Un avión nazi en Arteixo
Firmas
Adolfo Vázquez, vecino de O Rañal, recuerda cómo vio caer un Junker 88 alemán en aguas de la playa de Sabón el 20 de agosto de 1942
03 May 2013. Actualizado a las 07:00 h.
Adolfo Vázquez Beira tiene 82 años y es vecino de Arteixo. Vive en la zona de O Rañal desde siempre, muy cerca de la conocida playa de Sabón y Alba. Y fue testigo de excepción de uno de los múltiples episodios de espionaje y contraespionaje que se desarrollaron en la comunidad gallega en los años cuarenta, durante la Segunda Guerra Mundial. Siempre bajo el mismo denominador común, la explotación del wolframio y la contienda mundial liderada por los alemanes.
Adolfo recuerda que tenía 12 o 13 años y que era verano: «Facía moi bo tempo. Estaba o día claro coma hoxe», explica. Él se encontraba en su casa de O Rañal cuando sintió un ruido: «Eran dous avións e un deles estaba tocado, botaba fume. Viñan da parte de Caión. Voaba moi baixo e perdía altura. Caeu ao mar na zona de Langosteira», comenta este residente de Arteixo que no se olvida del episodio. Un capítulo que también recogió Xabier Maceiras en su libro O mar de Arteixo e os seus naufraxios.
Vázquez recuerda que no hubo supervivientes en ese accidente y que, a los pocos días del suceso, apareció en la playa de Alba material procedente del avión, como el motor y algunas ruedas. Cuando Adolfo le contó la historia a Maceiras, en el 2010, este se puso a buscar información del episodio y lo describe con detalle en su libro. El combate aéreo que se disputó entre un avión del bando aliado y dos alemanes: «Foi o 20 de agosto de 1942. Un avión británico, un Avro Lancaster, partiu de Cornwall ao sueste de Gran Bretaña ese mesmo día ás once da mañá para intentar interceptar o mercante Wesserland, que tiña previsto saír de Corcubión cargado de volframio cara a Alemania. Á altura das illas Sisargas dous avións alemáns interceptaron o avión inimigo e atacárono. Foi alcanzado á altura da praia de Seaia, en Malpica, pero antes de ser derrubado o avión aliado deixou moi danado un dos Junker 88, que caeu en Arteixo, a 500 metros da desaparecida enseada da Becha», explicó Maceiras y que fue el mismo avión que vio caer Vázquez.
Tres víctimas
Iban tres tripulantes a bordo. El piloto, Adolf Runge, el observador Franz Müller y el encargado de la radio, Fritz Streng. Fallecieron los tres, pero solo se hallaron dos cadáveres. El cuerpo de Müller lo encontraron el mismo día en la playa de Baldaio y el del piloto lo halló el pesquero Dos hermanas, en la ensenada del Orzán el 3 de septiembre. Los dos combatientes nazis fueron enterrados en un primer momento en el cementerio de Suevos y más tarde los trasladaron a Cáceres.
Del avión aliado cuenta Maceiras en su libro que cayó en Xornes, Ponteceso, tras realizar una maniobra forzosa al llevar los dos motores ardiendo: «O impacto foi tan brutal que provocou o estourido de dúas das catro bombas que levaba, deixando nun raio de 15 metros os piñeiros tallados», explicó en su libro. También el arqueólogo subacuático Miguel San Claudio hace referencia de este combate aéreo en su libro sobre naufragios de Galicia.