La Voz de Galicia

De crucero pionero a burdel

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Fernando Molezún A Coruña / La Voz
Detalle de la chimenea del «Leonid Brezhnev».

Una película coruñesa homenajea al viejo buque «Leonid Brezhnev»

10 Nov 2013. Actualizado a las 07:00 h.

La llegada de trasatlánticos al puerto coruñés es, de un tiempo a esta parte, una estampa habitual de la ciudad. Pero a finales de la década de los ochenta pocos cruceros hacían escala en A Coruña. Uno de los pioneros fue el Leonid Brezhnev, cuya singular y apasionante historia de amargo final -reflejo de las convulsas décadas pasadas- ha recogido el cineasta coruñés Ignacio Benedeti en una película que ha colgado en la plataforma de vídeo on-line Vimeo y que en poco más de una semana alcanzaba varios miles de visitas desde los más dispares rincones del planeta, además de ser noticia de portada en la revista digital Late Cruise News, referencia para los profesionales de la industria de los cruceros.

En la película, titulada Leonid Brezhnev Mon Amour y que está narrada tanto en castellano como en inglés, Benedeti rinde homenaje a este buque con las imágenes que tomó en su momento, en las diversas ocasiones que pudo viajar a bordo del mismo con su mujer, acompañado por los miembros del Movie Group, «un grupo de entusiastas y profesionales del cine ingleses que comenzaron a hacer cruceros juntos a finales de los sesenta y que se juntaban alrededor de la revista Movie Maker, dirigida por Tony Rose», cuenta en la cinta. Benedeti se unió a este singular grupo de pasajeros en 1986 en rutas que les llevaban hasta Casablanca o a Italia desde Inglaterra.

El barco fue construido en 1976 en unos astilleros finlandeses con la función de servir de ferri entre las repúblicas soviéticas del Mar Negro, pero a principios de los ochenta se reconvirtió en crucero y comenzó a visitar A Coruña en unas escalas que recogía fielmente La Voz en sus páginas. El productor define este crucero como «familiar», con 237 camarotes con capacidad para 550 pasajeros y una tripulación de 250 personas, «lejos de esos horribles Leviatanes del mar que surcan ahora las aguas con 8.000 almas a bordo», expresa Benedeti.

Cambios políticos e históricos

«Navegaba bajo el pabellón de la hoz y el martillo de la entonces temible Unión Soviética», cuenta en la película. Aunque eso no duraría demasiado. En 1989, con la caída del Muro de Berlín, desapareció del casco del barco el nombre del antiguo secretario general del Partido Comunista de la URSS y se rebautizó el buque como Karelia, «nombre de una diminuta república usurpada a Finlandia», cuenta este documental. Los cambios fueron mayores en los años siguientes: «La biblioteca tenía libros como el Manifiesto Comunista, pero con la caída del muro fue transformada en una discoteca. Y dos años después eliminaron la hoz y el martillo que decoraban la chimenea, así como la estrella roja que lucía en su proa», explica Benedeti.

La cinta -rodada, según especifica el autor en sus primeros segundos de metraje, en «glorioso Fujichrome inversible»- brinda, de paso, una postal nostálgica de A Coruña de hace un cuarto de siglo. El buque aljibe que abastecía de agua potable a los barcos, las viejas grúas de madera del puerto, la línea de costa sin centros de ocio ni palacios de congresos o la torre de control a medio levantar, son algunas de las estampas con las que Benedeti revuelve la memoria del espectador.

Fondeado en Hong Kong

El Leonid Brezhnev dejó de visitar nuestras costas allá por 1995. Desde entonces mucho han cambiado las cosas para este otrora elegante crucero de lujo. Fue pasando de un propietario a otro hasta acabar en manos de determinados empresarios de Hong Kong, en cuya bahía permanece fondeado el barco -rebautizado como Neptune- prestando sus servicios como burdel y casino flotante mientras acumula óxido en su casco.

No queda ya ni rastro de la imaginería soviética que un día lució, ni del encanto que derrochaba aquel pequeño trasatlántico que a finales de los ochenta representaba el más alto lujo para los coruñeses que lo veíamos atracar en Linares Rivas.


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