La Voz de Galicia

Champán para todos

Fugas

Luís Pousa

19 Feb 2016. Actualizado a las 05:00 h.

El 9 de julio del 2008, Sergio Algora amaneció muerto. El escritor y excantante de El Niño Gusano sufrió un infarto mientras dormía y ya no llegó a cumplir los 40. El líder de la banda que iluminó los noventa con unas letras nada usuales padecía graves problemas cardíacos y desde el 2003 lucía sobre el esternón esa cicatriz que le recuerda a los cardiópatas lo cerca que han estado del otro lado. Como los escritores con gato -a ver si alguien escribe de una vez el inventario de los escritores con minino, de Twain a Cortázar y Perec-, los cardiópatas escriben diferente. Con un amor especial a la música de las palabras. Tal vez porque conocen como nadie la trascendencia del ritmo en los engranajes secretos de todo.  

Aloma Rodríguez, una de las voces más frescas de la nueva literatura española, ha dedicado a Sergio Algora un libro insólito: Los idiotas prefieren la montaña (Xordica). Arranca con su muerte y salta al día en que la autora empezó a trabajar de camarera en el bar de Algora, el Bacharach, donde la bohemia musical y literaria de Zaragoza abrevaba y se reinventaba cada madrugada.

Cosiendo al relato vivencias y voces como la del añorado Félix Romeo, compone la autora una espléndida, irreverente y heterodoxa necrológica. Una necrológica que, lejos de los inciensos fúnebres al uso, es sobre todo una crónica luminosa donde confluyen la literatura, la amistad, la música, las copas, el amor y el desamor, la vida y el envés nocturno de la vida.

Algora odiaba que le dijesen que las letras de El Niño Gusano, sus letras, eran surrealistas. Siempre replicaba que esa era la forma en la que él veía las cosas. Y por eso escribía así. Y para leer Los idiotas prefieren la montaña, hay que dejar de fondo canciones como Pon tu mente al sol. Y recordar la broma con la que solía aferrarse a la existencia: «Sergio Algora ha muerto. Champán para todos». Y este libro de Aloma Rodríguez es justo eso. Champán para todos a la salud de Algora.


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