Unos viejos hazmerreíres con 51 años de humor a sus espaldas
Fugas
Los argentinos Les Luthiers aseguran que el público gallego les da suerte, como un talismán. Y el auditorio corresponde su generosidad e inteligencia. Actúan en Vigo, Santiago y A CoruñaActor y cantante, entró en Les Luthiers en el 2015 como parte del reemplazo de Rabinovich.
16 Nov 2018. Actualizado a las 05:10 h.
A menudo se ha comparado a los británicos Monty Phython con los Beatles. Como ellos, marcaron una época y, aunque sus componentes han seguido con sus carreras por su cuenta, su obra se contempla -y disfruta- como un legado. Forzando el paralelismo, los argentinos Les Luthiers serían los Rolling Stones del humor, en el sentido de que permanecen en activo tras 51 años de trayectoria, lo que los sitúa en la envidiable posición de darse el lujo de elegir para sus espectáculos lo más granado dentro de una trayectoria repleta de aciertos.
En todo caso, Les Luthiers no necesitan el reflejo de ninguna comparación. Son tan personales como inimitables. Su humor deriva de un agudo sentido de la observación, ese que es capaz de ver lo absurdo, lo divertido, donde a los demás nos pasa inadvertido. Sumado al ingenio, la curiosidad y la música como elemento cohesionador -y generador de esa sensación de extrañeza tan generosa con determinados tipos de humor-, el resultado es una concepción del espectáculo que empieza y acaba en Les Luthiers.
Un elocuente ejemplo de ese privilegio antologador del grupo es el espectáculo que traen a Galicia, Viejos hazmerreíres, cuyo título, que puede ser objeto de interpretaciones diversas, es una muestra más de un humor al que no escapan ni ellos mismos. Son casi dos horas en las que se han elegido algunas de sus obras más celebradas, y que se podrán disfrutar en Vigo (Auditorio Mar de Vigo, hoy, mañana y pasado), Santiago (entre los días 22 y 24 en el Palacio de Congresos) y A Coruña (Palacio de la Ópera, del 27 al 30 de noviembre, más el 1 de diciembre).
El número más antiguo de Viejos hazmerreíres se remonta a 1983 y en él nos encontramos a Mastropiero en pleno encargo musical: una obra en homenaje a un especialista en obstetricia. Por el escenario desfilan otros personajes igualmente inspiradores de carcajadas: un gurú apologeta de la vida sana, dos policías que deben averiguar quién mató al músico de jazz Tom McCoffee, un grupo de mujeres piratas y los marineros que las llevan en un bergantín... Como novedad, el público gallego podrá conocer a Clarita y Rosarito, que protagonizan un número del 2014 que hasta ahora no se había visto, Receta postrera, y que saca partido a un formato muy querido por Les Luthiers: Radio Tertulia.
Como es habitual, los componentes del grupo argentino viajarán acompañados de algunos de los 46 instrumentos «informales» que han ido elaborando con los años y que ya son seña de identidad de sus espectáculos. Más que un artilugio de atrezo, son también verdaderos protagonistas. Ahí están, para demostrarlo, la Desafinaducha, el Nomeolbidet, la Lira de asiento o Lirodoro, el Tubófono silicónico cromático o la batería de cocina, que tendrá su momento de gloria en Receta postrera: ahí sonarán su parte aguda, once sartenes para interpretar una melodía, y la grave, el acompañamiento de seis ollas.
Igual que otros grandes artistas, Les Luthiers ya es mucho más que sus integrantes, incluso más grande que la suma de todos ellos. Lo prueba el hecho de que su actividad se haya prolongado más allá de la muerte temprana de su fundador, Gerardo Masana, y la más reciente de Daniel Rabinovich. Su obra va ya mucho más allá de sí mismos.