Marc Dorian: «Nuestra música te lleva a mover el cuerpo, expresarte y ser libre»
Fugas
Cuando la gente ya se empieza a levantar, el pop electrónico de Dorian vuelve con ganas de agitar las emociones de sus seguidores
23 Oct 2021. Actualizado a las 09:44 h.
Dorian es otra de esas bandas que esperan a que pasase la zozobra coronavírica para volver a sacar un disco. «Lo tenemos ya pensado para el primer trimestre del año que viene y espero que para entonces ya esté todo normal», adelanta su vocalista Mar Gili, recién llegado de Estados Unidos. «Hemos hecho 14 fechas en un ambiente que era como el de la vieja normalidad, en el que la mascarilla era opcional», señala. Este viernes estarán en los Directos Vibra Mahou.
-¿Cómo funciona un grupo como Dorian en Estados Unidos?
-Estados Unidos, para los músicos y artistas, es un país tremendamente abierto. Por eso es permeable a muchas propuestas. En nuestro caso tenemos un público de origen latino, pero ya crecido en Estados Unidos, que demanda música alternativa en español. No es el público de Miami y el reguetón, sino gente a la que le gusta la música independiente en inglés. Y también, en español. Es algo que lo hay por todo el país y creciendo. Nos encontramos como pioneros dentro de una nueva escena.
-Teniendo en cuenta que el hábitat de Dorian ha sido siempre los clubes y los festivales es de imaginar que la pandemia ha sido especialmente dura.
-Sí, cuando se declaró el confinamiento tuvimos claro que los de la música pop íbamos a ser los primeros en bajar la persiana y los últimos en abrirla. Y así fue. En ciertos momentos las autoridades han tenido poca sensibilidad hacia el mundo de la música, el teatro y las artes escénicas en general. Ha sido muy duro, mientras que en otros ámbitos no lo fue tanto. A la gente se le reprimió ir a un teatro, mientras que los vagones del metro y los autobuses estaban a reventar, especialmente los que salían de barrios de clase trabajadora. Eso se ha vivido con dolor, pero también hay que decir que se han podido dar conciertos, al contrario que en América Latina, donde casi no se podían hacer. Dentro de lo que cabe, hemos podido hacerlos, con la gente sentada y todo eso, pero lo hemos hecho.
-¿Y cómo casa Dorian con las sillas, cuando son todo lo contrario?
-Claro, nuestra música invita al baile y a que te expreses con tu cuerpo. Es una música que une a la gente, que hace que se abrace y salte. Tener al público sentado en una silla era un poco contra natura. Aunque también tenemos canciones para escuchar sentados, en el ADN de la banda están el club, la pista de baile, las cascadas de sentimiento y energía. Eso te lleva a mover el cuerpo, a expresarse y ser libre. Estábamos todos dándolo todo, pero a medio gas. Porque el público no podía expresar. Pero bueno, esperemos que vaya quedando atrás. Y que en un futuro todo esto se afronte de otro modo.
-Dorian siempre fueron noche y vivir hasta el amanecer. Pero se van cumpliendo años y las cosas cambian. En su último disco parecen reflexionar sobre ello. ¿Ha llegado la madurez?
-Afortunadamente, las letras sirven para expresar todo lo que te va pasando a lo largo de tu vida. Si estás madurando no tiene sentido escribir cosas que te han pasado hace 15 años. En Justicia universal, hay menos alusiones al mundo de la noche, aunque las hay como en la canción Duele. Pero sí que hay muchas alusiones a la vitalidad. El baile es vitalismo. Y la noche lo es, pero el día también. Ahí hay mucho donde vivir.
-El tema «Algunos amigos» parece muy obvio en esa madurez.
-Hace referencia a esa evolución que tenemos las personas con el paso del tiempo. Amigos de toda la vida que han cambiado o que has cambiado tú respecto a ellos. Ya no los reconoces. Te cuesta conectar con ellos. Y otros no, siguen en ese nivel de conexión de siempre. Habla de cumplir años y de asumir que la vida es ganar y perder cosas por el camino. Y que no pasa nada. Que si hay quien desaparece de tu vida, te tienes que quedar con lo bueno que te ha aportado. En ese sentido, Justicia universal entronca con unos Dorian más maduros que quieren hablar de otras cosas, incluso de cosas de corte político-social.
-O, volviendo a «Algunos amigos», hasta de la propia muerte.
-Claro. «Lucharé hasta la muerte por ver cada nuevo amanecer / y cuando mis días se acaben me iré sin rencor y sin dolor si puedo». Eso es muy importante. Irse sin ese rencor o dolor. Si no lo haces así, es que a lo mejor no has hecho bien las cosas.