«Hacks», el humor sin filtros es intergeneracional
Fugas
La serie de HBO ha dado la campanada tras llevarse tres premios Emmy y dos Globos de Oro este año
21 Jan 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Un tuit desafortunado condena al ostracismo a una deslenguada guionista de Los Ángeles. Desesperada por conseguir trabajo, se ve abocada a marcharse a Las Vegas para actualizar los monólogos de una cómica legendaria venida a menos. «Si hay algo que no me apetece es venir al desierto a escribir chistes patéticos para una vieja arpía», dice. Este es el punto de partida de Hacks, la serie de HBO con capítulos de media hora que ha dado la campanada tras llevarse tres premios Emmy y dos Globos de Oro este año. Con toques de sitcom y stand up, Hacks está protagonizada por dos personajes femeninos que se las saben todas, pero que son antagónicas. Una no tiene un duro, dice demasiados tacos, manda selfis desnuda a su novia y desprecia los chistes de «Toc, Toc y de hombres que no bajan la tapa del váter». La otra es una Tina Turner del humor que lleva caftán, ha escrito 30.000 chistes a lo largo de su vida y está tan forrada de pasta que se permite el lujo de lanzar el iPad a la piscina cuando le da un ataque de furia. Por no hablar del lujo súper hortera de su mansión. «¿Cincuenta borlas en el cojín del sofá? ¡¡Hasta a Liberace le parecería demasiado!!», le espeta la joven a la diva. Y esta le contesta: «Te equivocas. Le encantaba. Inhaló popper ahí mismo en el 85». A nadie debe engañar el planteamiento, ya manido, del choque generacional. El guion va mucho más allá, además de que es fresco, inteligente y, sobre todo, te hará reír.
Mención aparte merece la trama secundaria protagonizada por la crupier del casino, una tipa capaz de frenar en seco la conversación de cualquiera si suena el estribillo de su canción favorita para poder ponerse a cantar a gritos en el coche.
Te gustará Hacks si disfrutaste con el humor surrealista de Fleabag, el hastío liberador de la genial Pamela Adlon en Better Things o la agudeza de Maravillosa Mrs Maisel (su latiguillo «¡Tetas arriba!» se puede usar perfectamente como un grito de guerra feminista). En definitiva, comedia de la buena escrita por mujeres.