Con Trueba y Tallón «on the road»
Fugas
04 Feb 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Enero acaba, los cielos amanecen en azul, voy hacia el norte por la AP-9, a los lados de la calzada estalla el amarillo de las mimosas y el verde se oculta tras las heladas que cristalizan sobre la hierba.
Conduzco mi viejo coche, que se desliza suave a pesar de los años y los kilómetros, que no siempre son lo mismo, con Trueba en el asiento de atrás y Tallón en el del copiloto. No sé en qué piensan ellos, Trueba nos cuenta cosas y Tallón toma ibuprofeno intentando superar la noche pontevedresa, que siempre da más de lo que pide, pero yo rezo, pordiositodemivida, que mi vehículo no falle precisamente ahora y se estampe contra los quitamiedos con dos de los mejores escritores de nuestro país a bordo.
Después del peaje, la ventanilla se niega a subir y mientras piso el acelerador, agarro con la mano derecha el volante y con la izquierda tiro del cristal hacia arriba al mejor estilo Picapiedra. Juan se atusa el pelo, alborotado por el viento gélido y David deja de contar anécdotas de Berlanga, superado por el guion de su viaje de promoción.
Tal vez recuerden, como yo, aquel accidente de avión de Avianca, que cuenta tan bien Arturo Lezcano en Madrid, 1983. En él iban varios escritores sudamericanos a un encuentro cultural en Colombia. A punto de aterrizar en Barajas, una lectura equivocada de la altura en la que volaban hizo que el aparato llegara a tierra trescientos metros antes de lo esperado. Una buena porción de talento desapareció en aquel vuelo.
Por suerte, yo los dejé en Coruña tiritando, pero sanos y salvos.