Historias de amor (o desamor) para llevarse a la cama

«El fin del amor» Tamara Tenenbaum

No solo amor, también monogamia, consentimiento, belleza, maternidad. Tamara Tenenbaum aborda en cada capítulo un tema de máxima actualidad y nos ofrece una forma completamente original de interpretarlo. Un libro a medio camino entre el ensayo y las memorias que te abrirá los ojos a nuevos universos, a nuevas formas de amar y lo hará haciéndote sonreír. ¡Es tan fácil verse retratado en estas páginas! Lúcida y honesta, Tenenbaum nos ayuda a descifrar este mundo que tanto nos desconcierta a todos, también a los hombres. Por Elena Méndez

«Heartstopper»  Alice Oseman

«El amor es sencillo, enamorarse es lo complicado». Ese primer amor adolescente, dos chicos que se hacen amigos, más que amigos y se enamoran. Entonces, las emociones más sencillas se hacen complicadas. Todo ese proceso lo refleja a la perfección esta novela gráfica de la británica Alice Oseman que ya va por su quinto volumen y es un éxito entre jóvenes lectores de cómic de toda Europa. Tanto que Netflix ya prepara la adaptación a serie. Son historias reales que muestran el inicio de una relación abierta con gran delicadeza y naturalidad. Por Olga Suárez

«La única historia»  Julian Barnes

El amor echa raíces en el corazón, pero florece en la memoria. Porque las relaciones se terminan siempre y, cuando eso pasa, ocupan su lugar en el recuerdo. En esa caja de resonancia, lo reproducimos todo una y otra vez, hasta que, a fuerza de repeticiones, una historia de amor se convierte en la historia que nos contamos. De eso habla Barnes en esta novela, y en buena parte de la obra que ha escrito desde que murió su mujer y tuvo que enfrentarse a la ruptura más definitiva, hace14 años. Hace tres, publicó este título que admite lecturas y relecturas, porque cambia con el tiempo, igual que nuestras ficciones. Por Gabriela Consuegra

«Departamento de especulaciones»  Jenny Offill

 «Si existe un hogar es para meter a cierta gente dentro y dejar fuera a toda la demás». Solo que esta vez no nos quedamos fuera. La puerta de la intimidad se abre y cruzamos el perímetro de seguridad que rodea los momentos cotidianos de un matrimonio. Una canción, una plaga de chinches y un proverbio libanés. Todo encaja para formar esta historia de amor, desamor y reamor. Construida a base de fragmentos, que a veces parecen inconexos, uno debe leer entre líneas para llegar a un relato que resulta potente, honesto y difícil de olvidar. Por Belén Araujo

«Las formas del querer» Inés Martín Rodrigo

«Noray (no) soy yo», advierte, con unos reveladores paréntesis, la ganadora del Premio Nadal al lector de Las formas del querer, tan diversas, tan centradas en sí mismas. Quizá Noray no sea su autora, Inés Martín Rodrigo (Madrid, 1983), pero en su protagonista, una mujer que escribe una memoria familiar que es la memoria de España, la escritora refleja a varias generaciones de mujeres con sus guerras íntimas. Una carta de amor a los abuelos, a los libros, a los muertos que duelen y al valor del amor frente a la barbarie, el miedo y la desidia. Ismael, el amor (ilícito) de Noray, lee en una habitación de hospital las páginas del relato que ella escribió. Es la novela de su vida, un relato imperfecto, como los amores de verdad, que nos vuelve locos con su delicadeza, su encanto y la sorpresa final. Por Ana Abelenda

«Relato soñado» Arthur Schnitzler

 Contra quien piense que vista la película de Kubrick Eyes Wide Shut, visto todo, hay que traer aquí la necesidad y el gozo de leer la nouvelle que inspiró el filme protagonizado por Nicole Kidman y Tom Cruise. Más allá de que corriese el rumor de que el rodaje de este texto los había puesto contra las cuerdas y había tenido mucho que ver con la ruptura de pareja de ambos actores, la sutileza hace de este Relato soñado un bocado maravillosamente exquisito de aquella Viena finisecular (perfectamente paladeable hoy). Su autor, el médico y escritor austríaco Arthur Schnitzler, mete el bisturí (saja) en los mecanismos más perversos del funcionamiento del matrimonio (ah, el adulterio), entre el cinismo burgués, la doblez moral y los brillos más oscuros del deseo. Por Héctor J. Porto