«La vida mentirosa de los adultos»: la serie es mejor
Fugas
La obra de Elena Ferrante brilla en una serie muy singular, impropia de Netflix
28 Jan 2023. Actualizado a las 17:37 h.
El sol de Nápoles que lo ilumina todo, el mar, la omnipresencia de la música, la Vespa... pinceladas de buen cine que de la mano del director Edoardo De Angelis convierten el decepcionante libro de Elena Ferrante La vida mentirosa de los adultos en una serie muy singular, impropia de Netflix. Así, sin apartarse apenas de la trama original, De Angelis consigue insuflar vida y ritmo a una novela que por su exagerada introspección adolescente raya en el aburrimiento.
Para lograrlo le basta poner a la protagonista Giovanna a bailar breakdance, recrearse en las vistas del Vesubio o darnos toda una lección de sociología a través de la decoración de las tres casas que sirven de escenario principal a la trama: el piso del barrio burgués Vomero, donde vive la protagonista con su familia, la mansión junto al mar en Posillipo, donde residen los amigos ricos, y el barrio obrero de Pascone, lugar de nacimiento del padre y en el que aún resiste la irreductible y compleja tía Vittoria. Interiores de diseño moderno, sobriedad clásica y batiburrillo reflejan con acierto las tres clases sociales en las que se moverá la trama. Es en las mujeres donde recae el peso del guion: Giovanna interpretada por la excelente debutante Giordana Marengo y Vittoria encarnada por la veterana Valeria Golino bordan y mejoran sus personajes de sobrina adolescente y tía. Si la primera acierta al comunicar emoción a una protagonista taciturna y poco expresiva, la segunda resta la sordidez excesiva, casi caricaturesca, del personaje literario sin dejar por ello de arrollar en pantalla.
Todo mejora en esta versión de la historia de Elena Ferrante que añade a la trama original de infidelidad adulta y despertar juvenil a la madurez toques de color como un concierto rock muy subversivo o una pintoresca fiesta del Partido Comunista. Consigue así rebajar el efecto de los largos párrafos de pensamiento ensimismado y los farragosos diálogos en los que naufraga la novela.
El uso de la música es otro de los puntos fuertes de la serie: el cantante italiano Peppino di Capri junto a Rod Stewart y Ace of Base contribuyen a generar un cierto estado de ánimo que nos involucra con la historia. Ni la machacona repetición del mantra «cuando eres pequeña, todo te parece grande; cuando te haces mayor, todo pierde importancia», consigue romper ese ritmo.
Un final muy abierto pone el broche a esta miniserie en la que se paladea la calma y la belleza del buen hacer del cine italiano, que esta vez ha dado un toque pop a su eterno clasicismo. Brillante.