Santiago Díaz, autor de la trilogía superventas «Indira»: «A menudo es mucho peor la realidad que la ficción»
Fugas
El autor madrileño publica la última entrega de su serie negra... O no. «Mi plan era escribir tres, pero quizás haya sorpresas», advierte
29 Aug 2023. Actualizado a las 09:13 h.
A Santiago Díaz (Madrid, 1971) le fascina jugar al golf, —«aunque sé que no me pega nada, me encanta», señala—, pero, sobre todo, como profesor de Educación Física que es, el exitoso autor de la trilogía de novela negra Indira en cuanto puede se escapa a jugar al baloncesto. Debutó con Talión (2018) y hoy se ha convertido en un superventas gracias a la inspectora Indira Ramos: «Que no puedan parar de leer, que enganchen un capítulo tras otro. Ese es para mí el mayor éxito», asegura.
—Tras «El buen padre» y «Las otras niñas», cierras la exitosa trilogía de novela negra
con «Indira», como la protagonista.
—No sé si será la última... Mi plan inicial fue escribir estas tres novelas, pero, como vengo del mundo del guion, me gusta que los personajes evolucionen. Quizás haya sorpresas.
—¿Cómo afrontas el éxito?
—Me siento muy afortunado y estoy feliz, pero procuro seguir con los pies en el suelo, sigo llevando la misma vida que antes. Estoy muy agradecido por el feedback que recibo cada día en las redes, sin embargo, ahora tengo una mayor responsabilidad cuando me siento a escribir, porque no quiero decepcionar a los lectores, quiero que sigan disfrutando, que no puedan parar de leer. Ese es para mí el mayor éxito y sigue siendo mi objetivo.
—Tus lectores dicen que esta trilogía engancha desde la primera página. ¿Cuál es la fórmula?
—Busco adicción, que empieces y tengas que seguir leyendo, que no pares de leer. Me gusta que los personajes tengan matices, dobleces, que sean creíbles, también me fascina crear muchas tramas y que la acción sea rápida, trepidante.
—Gran parte del éxito se la debes a Indira Ramos, una inspectora particular.
—Desde el principio, tuve claro que la protagonista sería una mujer con un instinto policial increíble. Es un personaje que te fascina desde las primeras páginas, no solo por sufrir un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), sino también por su destreza y su habilidad a la hora de abordar cada nuevo caso. Y, a medida que la vas conociendo, quieres saber más de ella.
—En esta trilogía, mantienes al lector en vilo jugando con los secretos que guardan los personajes y, por otro lado, la realidad no es lo que parece.
—Los secretos son uno de los ingredientes fundamentales de cualquier novela, algo que se oculta, porque puede cambiar o complicar la vida de los personajes. Siempre da mucho juego al escritor. Y además, nada es lo que parece. Tiro mucho de hemeroteca para escribir tramas y darle matices a los personajes y, a veces, descubro noticias que me hacen estremecer. La realidad a menudo es peor que la ficción. ¿Cuántas veces no hemos visto en las noticias que el simpático vecino de la casa de al lado era un psicópata o un asesino fugado buscado por la policía desde hace años?
—Los malos atraen más que los buenos.
—A mí me fascinan los malos, son más seductores, más imprevisibles, dan más juego. Me encanta crear villanos, personajes oscuros, sin escrúpulos, que hacen cualquier cosa por alcanzar el éxito o tener poder. Nos atraen, porque pululan en ambientes sórdidos, truculentos, en paisajes alejados de nuestro día a día, donde hay drogas, asesinatos, asuntos turbios. Lo prohibido siempre seduce más.
—¿Cómo haces para que tus personajes sean tan creíbles?
—Un buen consejo que me dieron cuando empecé fue que dejara la vergüenza fuera del despacho o la guardara en un cajón si quería ser escritor. Y es cierto. Cuando escribes, debes hacerlo sin pudor, sin prejuicios y dejarte llevar por donde te guían los personajes.
—¿Nos sorprenderás con otro thriller o te apetece un cambio de rumbo literario?
—He decidido dejar a un lado la novela negra por un tiempo. Ahora estoy inmerso en la escritura de un thriller histórico, que espero tener listo en breve.
—¿Qué te gusta leer? ¿También eres un adicto a la novela negra?
—La novela negra me gusta mucho. El último de César Pérez Gellida, Nos crecen los enanos, me parece buenísimo. También me ha fascinado Terral, de Sergio Sarriá.
—¿Qué libro te ha marcado más?
—El cementerio de animales, de Stephen King. Lo leí con 14 años, me abrió la mente y me descubrió el mundo. Me sorprendió que un libro pudiera transmitirme tanta emoción, miedo y angustia. Me impactó.
—¿Por qué escribes?
—Me gusta contar historias, crear personajes, desarrollar tramas. Me fascina tanto que escribo todos los días, aunque sea un párrafo. Me relaja, me entretiene y también sufro. No sé hacer otra cosa en la vida.
—Antes que dedicarte a la literatura, escribías guiones de series, aunque en realidad eres profesor de Educación Física.
—Sí. Soy profesor de Educación Física y como siempre me ha gustado escribir, un verano vendí un guion y así empecé poco a poco en este mundillo. Hice algunos capítulos de A las once en casa y La casa de los líos, después entré en Antena 3, donde participé en Compañeros, Un paso adelante y El secreto de Puente Viejo, entre otras.
—¿Te sientes más a gusto escribiendo guiones o novelas?
—Hasta publicar la trilogía de Indira, compaginaba ambos oficios, pero ahora me estoy dedicando en exclusividad a la literatura. Escribiendo mis novelas, me siento más cómodo, tengo más libertad, aunque también es más inseguro. El mundo de los guionistas es muy injusto y está infravalorado. En 25 años de carrera como guionista me han hecho tres entrevistas y para hablar de Indira he tenido 30 en una semana.
—¿Qué te pierde?
—Ver un partido de la NBA. Como pille uno en la tele, fijo que me dan las dos de la madrugada. También me gusta jugar al golf, aunque no me pega nada, y al baloncesto con mi equipo de siempre.