La Voz de Galicia

Coti regresa a Galicia: «Tengo tantos sombreros como guitarras»

Fugas

MARTA REY /  M.V.

El artista argentino, que actúa el 7 de septiembre en el «Recorda Fest» en A Coruña, está viviendo un gran momento vital. «Mi esencia es la misma que la de hace 15 años», confiesa

30 Aug 2024. Actualizado a las 10:42 h.

Sus canciones ponen música a la banda sonora de la vida de unas cuantas generaciones, y todos, en algún momento, hemos cantado sus éxitos en un karaoke junto a amigos. Coti, que en realidad es el apodo que le puso su hermana pequeña, sigue con la misma energía que el primer día en los escenarios. Argentino, pasional y enamorado de España, admite que antes que ver el sol prefiere escuchar la voz de sus seres queridos.

—¿Cómo está siendo tu gira por España?

Está siendo muy lindo. Lo estamos disfrutando mucho, con conciertos hermosos y con mucha gente. En Bilbao hemos tocado con la Orquesta Sinfónica. Estoy muy contento.

—El 7 de septiembre vienes al «Recorda Fest». ¿En Galicia somos buenos anfitriones?

Absolutamente. Estuve en Ferrol y en Redondela la semana pasada. Galicia siempre nos recibe de la mejor manera, nos encanta ir. En el festival estaré acompañado por amigos y amigas que quiero y admiro mucho. Será una nueva página en esta gira que estamos haciendo.

—Acabas de lanzar junto a Ana Guerra «Canción de Luto». ¿Cómo ha sido trabajar con ella?

Todo ha sido muy fluido. Estoy muy contento y agradecido por la invitación, la canción ha quedado muy bien. Estamos ilusionados con ella. 

—Tú a ellos les puedes aportar experiencia, pero ¿qué te aportan los artistas jóvenes a ti?

Frescura. La verdad es que es muy lindo encontrarse con gente joven. En mi banda casi todos son chicos jóvenes, ya estoy acostumbrado a trabajar con personas de diferentes edades a mí, tanto mayores como pequeños. Siempre es un orgullo que las nuevas generaciones escuchen mi música. Lo estamos viendo mucho en los conciertos. El público se va renovando, incluso hay niños. Es algo que tiene un extra de bonito.

—¿Qué sientes cuando canciones como «Nada fue un error» u «Otra Vez» siguen tan vivas como el primer día? 

Bueno, justamente eso. Son canciones que siguen vigentes y que están más vivas que nunca porque están muy incorporadas en el repertorio del público. Eso se ve en los conciertos. Notamos como la gente que las canta, atraviesan todas las edades y todos los lugares a donde vamos.

—En la canción de «Tu equipaje» dices: «Al partir no te lleves la tristeza, no te lleves la angustia que a veces tuvimos». En la vida de un artista, que parece todo tan perfecto, ¿has tenido algún bajón durante tu carrera que te haya marcado o te haya hecho reflexionar?

¡Claro, muchísimos! Pero hay que pasarlos. Son momentos, más allá de los bajones artísticos, bajones personales, que en un artista, es lo mismo. Al final, una cosa toma influencia sobre la otra, pero hay que recomponerse, como cualquier persona que pasa algún momento de tristeza o de desilusión. Hay que recobrar el interés por la vida. Creo que muchas veces la clave está en uno mismo, ¿no? En observarte, en serte sincero, quererte y analizarte. Así se superan las situaciones, uno nunca está exento. La vida es un poco así, hacia arriba y hacia abajo.

—¿Eres muy exigente contigo mismo?

¡Muy exigente! [risas]. Pero siempre tiro hacia una exigencia al lado del disfrute, y para ello uno tiene que disfrutar con lo que hace. Esa es la clave. Si no se disfruta lo que haces, se acaba enseguida la energía y la ilusión, se hace todo muy difícil. Pero para poder disfrutar, también hay que trabajar mucho, porque para hacerlo tienes que estar preparado. Por ejemplo, para tocar encima del escenario y poder pasártelo bien, tiene que haber mucho ensayo detrás. Necesitas estar preparado para no estar pensando en lo que estás haciendo, sino en soltarte, fluir... Hay ciertas cosas que sí que tienen que ver con la preparación de un artista.

—¿Crees que estamos en un momento en el que se hacen canciones con letras superficiales?

Sí, absolutamente, pero de alguna manera se está volviendo a aquellos años como el 2000. Una tendencia de valorar aquellos años dorados de la música en español, de tantas bandas y artistas que ocupamos un lugar muy importante dentro de la música española rica en letras, en melodía. De alguna manera, el hecho de que todas estas canciones sigan vivas, hablan por sí solas. Son canciones que han tocado la fibra de muchísima gente y que van pasando de generación en generación. El Recorda Fest tiene mucho de esto.

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— ¿Y queda algo del Coti de hace 15 años?

Toda la esencia. Obviamente, uno se tiene que permitir cambiar y se tiene que permitir aprender y mejorar, pero la esencia nunca cambia.

—Los argentinos sois muy pasionales, futboleros... ¿Qué rasgos como argentino crees que están impregnados en tus canciones?

Eso es verdad, somos apasionados. La pasión me parece algo positivo cuando es una pasión productiva, cuando uno la pone en lo que hace y demás. Pero no en cuestiones destructivas. Por ejemplo, a veces en el fútbol se confunde un poco y también tiene sus aristas... Esa pasión en algunos casos lleva a la rivalidad, o se canaliza a través de ella otras frustraciones que tenemos como sociedad. Creo que es un punto negativo. Pero bueno, la pasión está siempre, como cualquier otra energía, que si está bien empleada me parece bien.

—«Madrid» es una canción muy nostálgica. ¿Qué significa para ti esta ciudad?

Madrid es una casa, el lugar donde yo me encuentro y donde se encuentra parte de mi historia. La canción la escribí aquí. La ciudad me resulta entrañable, la amo y es parte de mi vida. Cuando uno va viviendo en diferentes sitios, va adoptando algunas ciudades como su casa y esta es una de ellas. 

—¿Tienes alguna colaboración que te quede pendiente por hacer?

Más que aferrarme a la idea de que me gustaría colaborar con alguien, me gusta esto de que vaya surgiendo. Lo que pasó con gente de las nuevas generaciones como con Ana Guerra, Gonzalo Hermida, El Chelista... De alguna manera me tienen como referente y eso para mí es muy hermoso. Es una acción de cariño y me encanta que me sorprendan. En Argentina también me han llamado para colaborar y todo es gente que trae propuestas muy interesantes. 

—De todos tus álbums, ¿cuál dirías que es el más especial para ti?

Eso va cambiando. Por ejemplo, me gusta el de Gatos y Palomas porque es un disco muy creativo. Después están los que hicimos en directo y que también me encantan. El disco que grabé en en el Colón es muy especial, porque es como un resumen de todo, y también contamos con orquesta. Los discos de estudio son más engorrosos, pero ahí se pueden trabajar más las sonoridades. Es como un laboratorio. 

—Me sorprendió que no te gustase grabar videoclips...

No es algo que me mueva mucho. Creo que la canción es un género que se defiende por sí sola. Esto de que tenga que necesitar imágenes, nace a partir de la televisión y con las redes sociales. La canción no es un género audiovisual, es de letra y música. Me parece que la gracia de las canciones es que cada uno le ponga las imágenes que quiera en la cabeza. Pero bueno, es un mal necesario. A veces prefiero aparecer tocando o cantando, hacer un videoclip sencillo, porque la propia canción es la que cuenta.

—¿Tienes alguna manía en tu día a día o antes de subir al escenario?

No, te diría que tengo rutinas que me resultan eficaces. Haber dormido bien, calentar la voz, las piernas... Las piernas son muy importantes en el escenario. Ciertas cosas que son necesarias para el cuidado de uno mismo, y como te decía antes, para poder disfrutar. Estar bien de garganta, ir bien vestido... Ese tipo de cosas que hacen que uno después se sienta cómodo en el escenario para dar lo mejor de si mismo. El tema de la concentración también es fundamental, sobre todo con tu equipo. 

—¿Cuántos sombreros diferentes tienes?

¡Muchos! Tendré unos 20 o 30, más a menos la misma cantidad que de guitarras [risas].

—Y si te hago escoger entre piano o guitarra, ¿te quedas con la guitarra, no?

Sí, sobre todo porque me la puedo llevar a todos lados, y así puedo tocar en cualquier sitio. Es más apegada a uno. El piano que más amo lo tengo en Buenos Aires, y ese no se puede mover con tanta facilidad. 

—¿Cómo definirías el momento que estás viviendo ahora como artista?

Es un momento diferente, porque con la experiencia de muchos escenarios, canciones, grabaciones... A todo se le suma la misma ilusión de siempre. Creo que estoy viviendo un momento único. Obviamente, uno siempre tiene más ilusión cuando empieza, pero claro, tampoco tienes la experiencia. La experiencia se consigue con el paso de los años y con trabajo. No se puede comprar, ni conseguir con apoyo de una discográfica. Se consigue solamente con tiempo, y es lo más caro. Lo más difícil es mantenerse, sufriendo todas las olas, tanto las buenas como las malas, y recuperarse tanto de los fracasos como de los grandes éxitos. Haber pasado una pandemia y situaciones familiares difíciles, y a pesar de todo, seguir tan vivo visitando ciudades y haciendo conciertos con miles de personas con la misma energía que siempre. Este año he hecho cosas por primera vez, como la de tocar con una orquesta sinfónica en Bilbao. Fue uno de los mejores conciertos de mi vida. Sigo con la mentalidad de vivir nuevas experiencias. 

—Y antes que ver el sol...¿Qué voz te gustaría escuchar?

La de mi gente querida y cercana. La de mis padres, mis hijos y mi esposa. 


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