Los futbolistas gallegos que conquistan el mundo
Futbol gallego
Cerca de una treintena de jugadores compiten a lo largo del planeta, algunos como Angeliño jugando a primer nivel en el RB Leipzig alemán
07 Dec 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Emigrar nunca ha sido un problema para los gallegos. No lo fue en el siglo XIX, cuando América y más concretamente la zona de La Plata se convirtió en una provincia más de Galicia, ni tampoco en el XX, cuando Centroeuropa supo valorar el esfuerzo gallego.
Ahora, es el deporte gallego el que exporta talento. Solo en el fútbol, hay cerca de una treintena de jugadores repartidos por el planeta. Algunos de ellos compitiendo a primerísimo nivel mundial. Es el caso de Angeliño Tasende (Coristanco, 1997), Se marchó a Inglaterra siendo adolescente, con apenas 16 años, y también ha estado en Estados Unidos y en Países Bajos, antes de recalar en Alemania, en donde se encuentra en la actualidad. Con su actual club, el RB Leipzig, ya ha alcanzado unas semifinales de la Champions y este curso ya suma 5 tantos, a pesar de ser lateral. «No me afecta el viajar. Al contrario. Y aquí, aunque llevo poco tiempo, pues me encuentro muy adaptado. Me han dado mucha confianza de inicio. Entre todos me ayudaron a entrar rápido y las cosas nos están saliendo muy bien, tanto a nivel de equipo, como de forma individual. El único problema es con el idioma, que es muy difícil. Estamos dando clases, pero bueno, de momento aún no hablamos nada. Tenemos traductor, así que eso nos simplifica», explicaba a La Voz hace unos meses.
Angeliño se fue de Galicia siendo un niño, pero hay más que lo han hecho recientemente buscando su mismo éxito. Es el caso de otro exdeportivista, Hugo Novoa, (Bertamiráns, 2003), que se fue en el 2018 a Alemania y que ya entrena con asiduidad también con el RB Leipzig. «El plan que tenían para mí era corto, pero no me esperaba que lo fuese tanto», reconoce. En Inglaterra hay otras perlas emigradas como Erik Bugarín (Mos, 2003) y Hugo Bueno (Vigo, 2002), en el Wolverhampton; Yago de Santiago (Vigo, 2003), en el Tottenham; y Álvaro Carreras (Ferrol, 2003), en el Manchester United.
Falque y Jonny
Quien también se marchó al extranjero siendo muy joven fue Iago Falque (Vigo, 1990). Con 18 años recaló en el equipo juvenil de la Juve y en Italia forjó gran parte de su carrera, con pequeños paréntesis en Inglaterra y España. Ahora juega para el Benevento, su quinto club transalpino.
Además de Angeliño y Iago Falque, hay otro gallego en una de las grandes ligas extranjeras. Se trata de Jonny Castro Otto (Vigo, 1994), canterano del Celta que en el 2018 buscó el éxito en Inglaterra. Ese año se fue al Wolverhampton, club que le llevó a ser internacional con la selección española. En agosto se lesionó de gravedad en la rodilla y desde entonces lucha por recuperarse cuanto antes.
A ellos hay que sumar jugadores formados en las categorías inferiores del fútbol gallego como los hermanos Alcántara (Thiago está en el Liverpool inglés y Rafinha en el PSG francés), Rodrigo Moreno (en el Leeds United inglés) y Pape Cheikh (en el Dijon francés, cedido por el Olympique de Lyon).
La Europa del Este, el destino más popular para los futbolistas gallegos
Fuera de las cinco grandes ligas (España, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra), los gallegos también tienen un gran cartel. Especialmente en la Europa del Este. En Georgia está Diego Diz (Vigo, 1991), que antes pasó por Islandia; en Polonia, Fernán Ferreiroa (Nigrán, 1995) y Hugo Díaz (A Coruña, 1997); en Rumanía, Ángel Bastos (Mos, 1992) y en Croacia, Dani Iglesias (Santiago, 1995).
Mención aparte merece Grecia, donde juegan Luis Fernández (Burela, 1993), Jordan Domínguez (Salvaterra, 1995), Borja Fernández (Vigo, 1995) y Juan Domínguez (Pontedeume, 1990). Los dos últimos, tras probar antes en Polonia y Austria, respectivamente. Mucho más cerca está el joven David Álvarez (Ourense, 2000), que este verano se marchó a Portugal para jugar en el Vitoria de Guimaraes.
Del resto, cabe destacar que Dani Cancela (A Coruña, 1981) lleva una década en Hong Kong. David Rochela (As Pontes, 1990) suma siete años en Tailandia y Andrés Túñez (Santiago, 1987) seis. Diego Castro (Pontevedra, 1982) cumple cinco en Australia. Otro de los veteranos en la diáspora es Sito Seoane (A Coruña, 1989), que desde el 2012 alterna etapas en Estados Unidos e Islandia; mientras que Nacho Novo (Ferrol 1979) sigue jugando, ya a un menor nivel, en un equipo de la novena división inglesa tras pasar por Escocia, Polonia, Estados Unidos e Irlanda del Norte. Diego Peláez (Santiago, 1989) probó en el extranjero superada la treintena tras una larga trayectoria en Segunda B. Primero en Grecia y ahora en Nicaragua.
Juan Domínguez, del PAS Giannina (Grecia): «Al principio es difícil, pero luego vale la pena»
El exdeportivista Juan Domínguez dio el paso de salir de España en el 2019 para jugar en el Sturm Graz austríaco. Este verano se mudó a Grecia para enrolarse en el PAS Giannina. «Si el destino y las condiciones son buenas, yo recomiendo el paso y salir a jugar fuera. Al principio es difícil, pero luego vale la pena por la mejora tanto personal como profesional al conocer culturas y metodologías diferentes», explica el centrocampista naronés, que jugó 84 partidos en Primera División con la camiseta del Deportivo entre los años 2009 y 2016.
Dani Cancela, del Kitchee (Hong Kong): «Mi mejor paso, pero hay que saber dónde te metes»
La voz de la experiencia la pone Dani Cancela, futbolista coruñés del Kitchee de Hong Kong. «Vine para un año y llevo una década jugando fuera, así que tengo que decir que es la mejor decisión que tomé nunca. Mi consejo a los que prueban ahora es que traten de saber a dónde van y quién los lleva, porque hay sitios y sitios. Hong Kong es una ciudad increíble, pero hay países en los que las cosas son más complicadas y hay que saber dónde te metes. Lo mejor de salir a jugar otro fútbol es sentirte más importante que de donde vienes y ver todo desde otro punto de vista», dice.
Dani Iglesias, del Rijeka (Croacia): «No me planteo volver a España a corto plazo»
Dani Iglesias llegó a Croacia de la mano del Alavés y una vez allí voló solo. «Hasta el momento mi experiencia está siendo muy positiva, tanto es así que no me planteo volver a corto plazo a España. Lo mejor de jugar en el extranjero es que te da la posibilidad de conocer nuevas culturas, nuevos países, otros idiomas, además de ver cómo es el fútbol fuera o la posibilidad de jugar competiciones europeas; así que, mientras tenga la posibilidad, mi idea es seguir jugando fuera. La parte mala, como todos se pueden hacer una idea, es estar lejos de tu casa», explica.
David Rochela, del Port (Tailandia): «Hay que tener mucho cuidado con quién te lleva»
Otro de los futbolistas gallegos más consolidados en el extranjero es David Rochela, que lleva desde el 2013 en Tailandia. «Yo realmente tengo suerte porque mi experiencia está siendo muy muy buena, pero hay que tener mucho cuidado con quién te lleva a los sitios. A veces hay agentes interesados en llevarte a un equipo determinado, a pesar de que saben que no es lo mejor para ti. Si eso está controlado, recomiendo salir. El fútbol no se acaba en España, se aprende mucho y creces como persona y jugador. Lo único malo es estar lejos de tus seres queridos», explica.
Diego Diz, del FC Samtredia (Georgia): «Manejas idiomas y haces amigos de todo el mundo»
Tras nueve años jugando en el fútbol gallego en equipos como el Rápido de Bouzas y el Alondras, Diego Diz dio el salto en el 2019. Primero en el Grindavík islandés y ahora en el Samtredia georgiano: «Es una experiencia que se la recomiendo a cualquiera. Por culpa del covid llevo desde enero sin ir a casa y está claro que esa es la parte mala, pero hay mil cosas positivas. Te culturizas y manejas otros idiomas como el inglés o el ruso, el georgiano lo doy por imposible; juegas en una primera división y puedes pelear por Europa. Encima haces amigos de todo el mundo».