La reforma pesquera lanzada por Bruselas destruirá unos 600 barcos sólo en Galicia

Para Galicia, esta iniciativa se traduciría en el desguace de 600 barcos -cinco veces más de los que había faenando en Marruecos- y en las pérdidas de 1.000 puestos de trabajo cada año. El comisario de Pesca, Franz Fischler, no escatimó esfuerzos para tratar de convencer a un auditorio formado por unos trescientos periodistas sobre la necesidad de introducir un cambio «profundo» en la política pesquera comunitaria. Sin obviar que España es uno de los países más díscolos con su iniciativa, utilizó castizas expresiones ibéricas como «agarrar el toro por los cuernos» para definir su propuesta, mientras su gabinete distribuía un folleto de cuatro páginas en el que se asegura que la reforma de la PCP «no discriminará a España», distinción que no se ha hecho con ningún otro país de los Quince. «Necesitamos hacer una reforma a fondo de la PCP ¿alegó Fischler¿ porque nuestros pescadores tienen el mismo problema que el pescado: si no hacemos nada, acabarán desapareciendo». Con este lacónico mensaje, Fischler defendió una propuesta con la que quiere reducir entre un 30% y un 60% el esfuerzo pesquero de la UE, lo que supondrá la destrucción de unos 8.600 barcos, un 8,5% en número y un 18% en tonelaje. Estas orientaciones dejan claro que, sobre todo, se primará el desguace de los buques de mayor porte, que en Galicia serán unos 600 y más de 1.200 en el conjunto de España. Empleos La reforma de la PCP, que Fischler desea ver aplicada a partir del próximo 1 de enero, también se marca el objetivo de reducir en un 11% el empleo directo en el sector pesquero. Y si este recorte se aplica de forma equitativa y proporcional, como asegura Bruselas, España será uno de los países más afectados pues tiene 68.000 marineros, casi un tercio de los 250.000 que hay registrados en toda la UE. Para lograr estos objetivos, la Comisión Europea plantea modificar las reglas de los fondos IFOP, incrementando este intrumento financiero con 272 millones de euros (45.000 millones de pesetas) más hasta el 2006. Se eliminarán las ayudas a la construcción de nuevos barcos y se recortarán las que se destinan a exportación de buques o a la constitución de empresas mixtas. A la vez, Fischler propone aumentar las primas para el desguace y destinar más fondos ¿como ya ensayó al expirar el acuerdo pesquero con Marruecos¿ a los marineros que cambien de profesión. La propuesta de Fischler fue aprobada ayer por la mayoría del colegio de comisarios, en una reunión a la que no pudo asistir la española Loyola de Palacio. Ésta, a través de una carta remitida al responsable de Pesca, calificó las medidas que trata de impulsar su colega de «decisiones brutales que olvidan las condiciones de vida de nuestros pescadores y que no contribuyen a la protección de las especies marinas». Enfrentamiento Fischler es consciente de que su idea de PCP choca de frente con los intereses de algunos países. «Ahora tenemos que discutir ¿recalcó¿, pero creo que tendremos un acuerdo antes de finales de año», sentenció. Pero el sector gallego no está dispuesto a discutir. El grito unánime ¿más fuerte en boca de armadores¿ es el de tumbar una reforma que es «la sentencia de muerte de la pesca tal y como la entiende Galicia, la de capturar para el consumo». La pesca gallega no está dispuesta a caer otra vez en el error de pasar por el aro de Bruselas: que Fischler ponga toda la carne en el asador, para que «despois, todo o que se conquira suavizar da reforma pareza un éxito», expuso Xabier Aboi de la CIG. En Europa, los diputados gallegos también ha reaccionado contra las sugerencias de Fischler. Mientras Daniel Varela (PP) calificó de «error histórico» una propuesta que protege a los peces en lugar de los pescadores, Rosa Miguélez (PSOE) habló de una reforma «desguazadora» y Camilo Nogueira llamó a la unión de las instituciones para derribarla.