La flota gallega vuelve a Marruecos en pleno declive del caladero
Galicia
La presencia de barcos de Galicia podría aumentar en cuanto se cierren los flecos del pacto Las capturas descargadas por la flota marroquí cayeron un 18% el año pasado
04 Mar 2007. Actualizado a las 06:00 h.
Con más de siete meses de retraso, el acuerdo de pesca suscrito entre la Unión Europea y Marruecos entra en vigor y, durante los próximos cuatro años, hasta 119 barcos europeos podrán pescar en aguas de Marruecos y del Sáhara Occidental, previo pago de más de 40 millones de euros anuales de las arcas comunitarias. Entre esos 119 buques sólo hay 18 gallegos, aunque la relación podría incrementarse en función de las normas que se establezcan el próximo día 8 -para el que está fijada la reunión del comité mixto que atará los detalles técnicos del acuerdo- y de las posibles renuncias de otros países con derecho a pescar. Pero el panorama que tiene la flota en este regreso a unas aguas que en su día dieron cobijo a alrededor de 120 buques gallegos es desolador, con un caladero en pleno declive. El volumen de capturas que en el 2006 arribó a los puertos marroquíes alcanzó un total de 709.000 toneladas, lo que supone un descenso del 18% con respecto al producto capturado en el 2005, según datos de la Oficina Nacional de Pesca (ONP), con sede en Casablanca. Los profesionales hablan de agotamiento de los recursos y desde el Ministerio de Agricultura no ocultan la preocupación por que algunas especies, como es el caso del pulpo, no acabe de recuperarse, pese a ser objeto de sucesivos paros biológicos. Este considerable descenso en las magnitudes pesqueras se ha visto acompañado, sin embargo, de un aumento de hasta un 6% del valor de las capturas, que se situó en los 3,6 millones de dírhams (alrededor de 340 millones de euros), según esta misma fuente. Y, desde luego, Marruecos no será buen mercado. El consumo medio individual de pescado en Marruecos no alcanza los 10 kilogramos por año, cuando la media mundial se sitúa en los 16 kilos por persona y en España ronda los 35. Entre las causas de tan bajo consumo, expertos consultados aluden a la pervivencia de una cultura tradicional que prima la carne animal sobre los productos marinos. Por otra parte, la ONP cita también problemas estructurales del sector, tales como la debilidad de las redes de distribución, la multiplicidad de intermediarios o la excesiva tutela e intervencionismo de algunas instituciones -las colectividades locales, por ejemplo- sobre la propia comercialización. No es, por tanto, extraño que la obligación de descargar parte de las capturas en Marruecos sobresalte a la flota gallega.