La Voz de Galicia

«Xynthia» perdonó a Galicia

Galicia

Susana Basterrechea

El ciclón perdió fuerza al no seguir la trayectoria prevista y porque su centro, donde apenas hay viento, creció al tocar la comunidad

01 Mar 2010. Actualizado a las 02:00 h.

Xynthia

demostró el sábado en Galicia que la meteorología no es una ciencia exacta. El ciclón extratropical dejó lluvias abundantes y vientos fuertes en la comunidad -la racha máxima llegó a 196 kilómetros por hora en Lardeira (Ourense) y hubo otras cuatro que superaron los 140 (en la ourensana Serra do Eixe, en la zona de Vimianzo, en Vigo y en Os Ancares)- pero en general no sopló con la intensidad esperada. ¿Qué le ocurrió al Xynthia ?

Según los meteorólogos, que aún tienen pendiente un análisis en profundidad del fenómeno, el ciclón no siguió la trayectoria que habían marcado los modelos matemáticos. «Lo que daban era que la borrasca iba a entrar un poco más oriental de lo que realmente ocurrió», señaló ayer Vicente Pérez Muñuzuri, director de MeteoGalicia. Es decir: la previsión apuntaba a que el centro del Xynthia iba a barrer la comunidad de sur a norte en diagonal, desde las Rías Baixas hasta Estaca de Bares, pero el núcleo de la borrasca realmente tocó tierra más o menos a la altura de Barbanza y salió entre Malpica y A Coruña.

Menos profundidad

A mayores, el ciclón extratropical no ganó profundidad al llegar a Galicia. «Creíamos que bajaría diez milibares entre las dos y las ocho de la tarde, pero no se profundizó. Eso nos salvó de tener vientos más fuertes», apuntó ayer Juan Taboada, meteorólogo de MeteoGalicia. «Es como si se hubiese estancado al llegar aquí. Se desorganizó», añadió. Y su núcleo, donde apenas sopla viento, se hizo más grande al atravesar la comunidad, lo que dio lugar a zonas de calma «y a aumentos de temperatura según iba pasando».

Xynthia

«se deshilachó, se deshizo», abundó Vicente Pérez. En MeteoGalicia ya manejan una teoría para explicar el fenómeno: un globo sonda lanzado el sábado a las cinco de la tarde reveló que la corriente de chorro, que separa las masas de aire frío de origen polar de las de aire cálido de origen subtropical, no estaba donde debía estar, que era a entre 8.000 y 10.000 metros sobre Galicia. «Eso hizo que ese efecto de profundización de la borrasca no fuera tan fuerte», afirmó Pérez.

Pero Xynthia sí juntó sus isobaras y ganó profundidad de camino a Francia. En el país vecino no han tenido vientos muy superiores a los que hubo en Galicia, pero han sufrido lo que se denomina una marejada ciclónica. Xynthia provocó una subida del nivel del mar que, junto con la pleamar, el fuerte viento de mar a tierra, el oleaje y la crecida de los ríos, han inundado el litoral atlántico francés y dejado varias decenas de muertos.


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