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El plan de rescate de la UE obliga a Portugal a cobrar en casi todas las autovías

Galicia

CARLOS PUNZÓN REDACCIÓN / LA VOZ

El vial que une Viana con Oporto tiene ahora un 25% menos de tráfico

13 Apr 2011. Actualizado a las 10:38 h.

La implantación de peajes en las cuatro autovías del norte de Portugal está disuadiendo notablemente a los usuarios habituales de dichos viales, construidos y explotados en régimen de concesión. La crisis económica que sufre el país vecino y las dificultades que, sobre todo, los extranjeros encuentran para adquirir los dispositivos de pago automáticos está desviando a las antiguas carreteras nacionales a los conductores portugueses que buscan abaratar sus recorridos, y a la autopista A-3 a los foráneos, que en gran medida han dejado también de viajar a Portugal o lo hacen en menos ocasiones desde que el 15 de octubre se impuso el peaje en las cuatro autovías del norte del país.

Aunque el descenso en el tráfico era una apreciación generalizada a lo largo de los ayuntamientos por los que discurren los viales afectados por el pago sobrevenido, el Instituto de Infraestruturas Rodoviarias (INIR) de Portugal acaba de confirmar esa tendencia al cifrar en 41.000 los coches que han dejado de circular al día por dichas autovías. El organismo de control de carreteras del país vecino advierte de que dicha caída se produce desde que se implantaron los peajes automáticos, resultando que desde octubre fueron 1,2 millones los coches que dejaron de utilizar al mes las autovías de pago, cifra que se eleva a casi 3,7 millones en el conjunto del trimestre.

Uno de cada cuatro en la A-28

Aunque la A-28, que cuenta con pórticos de peaje desde Viana do Castelo a Oporto, es la que más sufre el abandono por parte de los conductores gallegos, también es la que menos pérdida de usuarios acusa de las cuatro del norte que han pasado a ser de pago. Un promedio diario de 7.427 coches dejaron de utilizar dicho vial en el último trimestre del 2010, cantidad que lleva a su concesionaria a contar con 668.430 coches menos en el último trimestre del año pasado.

La A-28, en todo caso, es una autovía cuyo uso se estaba incrementando entre los gallegos, hasta ahora habituales usuarios en su mayoría de la autopista A-3 dado que parte del mismo puente de Tui y continúa sin desvíos hasta Oporto. Mientras la bajada en el número de usuarios de la A-28 asciende a un 24,95%, llega a un 47,42% y a un 43,25% en las dos circunvalaciones de Oporto, ambas muy empleadas por los gallegos en sus desplazamientos al aeropuerto Sá Carneiro y al área comercial de Matosinhos. Sumando las dos autovías, cuentan ahora de media diaria con 23.000 vehículos menos que cuando no tenían peaje automático.

Todavía es mayor el descenso de tráfico en la última carretera que ha pasado a ser de pago, la que une Oporto y Aveiro, donde la bajada alcanza incluso un 50%.

La pérdida de usuarios a causa de los peajes ha sido reconocida ya por el Gobierno en funciones a través de su secretario de Estado de Obras Públicas, Paulo Campos, dirigente que asumió desde el principio la necesidad de cobrar por el uso de las autovías en régimen de concesión. El número dos del ministerio reconoció incluso que las cifras son superiores a las que preveía el Ejecutivo de Sócrates, aunque minimizó la pérdida económica generada por el descenso de usuarios al conllevar esta una reducción en los reembolsos por descuentos y exenciones que tiene que hacer el Estado a las concesionarias.

Complicada adquisición

Las dificultades que están encontrando los conductores gallegos para adquirir los dispositivos de pago o los bonos por tramos, en teoría disponibles a través de Internet, ha llevado a la Xunta a reclamar esta misma semana la implantación de cabinas tradicionales de cobro de peajes, al entender que la venta o alquiler de aparatos conlleva trastornos a los conductores gallegos al verse obligados a parar a la ida y a la vuelta en sus desplazamientos, o pelearse literalmente con la web de Correios de Portugal para lograr los bonos para trayectos cortos..

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