La UPG, diana de las críticas de los escindidos

«¡Ola! Chámote e falamos despois disto», dijo Xoán Bascuas a Carlos Aymerich al encontrarse ayer a la puerta de la asamblea de Máis Galiza. «Non, non, voume meter noutras cousas e non vou ter tempo», espetó el parlamentario en medio de una tensión que parecía que iba a marcar la ruptura de la segunda familia más numerosa del Bloque. Pero no fue así. Es más, la cita de ayer por momentos se asemejó a la despedida temporal de amigos y familiares, porque hasta un par de parejas quedaron divididas en la escisión.

Los dos sectores dejaron claro que el adversario es el PP, pero además y sobre todo que el auténtico rival en el espectro nacionalista es la UPG, el partido mayoritario del Bloque. Escindidos y bloqueros identificaron esta corriente como el origen de todos los males del BNG, pero fue Bascuas uno de los que más cargó la mano. «Teñen imposto o procomunismo, o soberanismo e a creación da República Galega como obxectivos prioritarios, e iso deixa fora a +G», dijo el nuevo líder. Pero fue más allá, al asegurar que solo los afines a la UPG tienen puestos de trabajo dentro del frente, a lo que otra voz desde la tribuna añadió que algunos de esos empleados no se irán al nuevo partido ni como simpatizantes por miedo a perder su plaza.

Tras lamentos de los que se quedan en la organización nacionalista respecto a la UPG -pero en su caso sin citarla-, Bascuas elevó el tono para marcar ya una distancia sideral con la columna vertebral del BNG, al decir que en el frente «as decisións as toma a CIG e outras empresas dese holding».

fuertes acusaciones hacia la corriente mayoritaria