«Innovar me hace feliz»
Galicia
José Manuel Pato González, vecino de Laxe, ha patentado diversos artilugios que ayudan a salvar vidas
02 Jul 2012. Actualizado a las 07:00 h.
La tarjeta de presentación de José Manuel Pato González debería incluir un dobladillo para los cargos, honores y cometidos. Nacido en Marín hace 57 años y vecino de Laxe desde 1987, es empresario, inventor, creativo y emprendedor, además de delegado en Galicia de la Real Liga Naval Española, «la primera oenegé del mar, creada en 1902», miembro de su junta de gobierno nacional y responsable del área de pesca.
Ha patentado (y cedido a la Xunta) varios artilugios que salvan vidas: el PeATO (bolardos que se izan en los pasos de peatones cuando el semáforo está en rojo para los vehículos), un chaleco con sujeción para los pescadores de caña en la costa, y un sistema de seguridad alimentaria para las bebidas de lata, que evita los riesgos sanitarios.
¿Por qué le dio por ponerse a inventar? «Por la necesidad de crear algo que sea beneficioso para mis coetáneos. Innovar, -explica- descubrir cosas, me hace feliz, sobre todo si consigo que sea bueno para las personas, y salvar vidas lo es». De todos modos, son tiempos convulsos para los negocios. «Sí, es un tiempo de problemas, pero también lo es para reflexionar, para ver las debilidades y las fortalezas, y tenemos que incidir en las fortalezas: una de las principales que tiene Galicia es la creatividad». Pato dice que la felicidad se alimenta en buena parte de la «vida interna, los pensamientos», aunque en su caso, además de ese software, hay hardware: «Soy feliz por la familia que tengo, por el trabajo, los amigos, y por vivir en la Costa da Morte, una comarca privilegiada con un patrimonio y unas cualidades enormes».
En la Liga Naval tienen que ayudar a la gente del mar. «Somos una asociación sin ánimo de lucro, apolítica, que defiende los intereses marítimos de España, que fomenta la solidaridad, la honorabilidad, el respeto, los principales valores», explica. Ligado toda su vida al océano (de Marín pasó a Vigo, y de ahí a A Coruña, antes de recalar en Laxe), asegura que «España fue grande cuando miró al mar, desde que le dio la espalda se empobreció».