La Voz de Galicia

La policía toma a un ciego como testigo de un registro en Vigo

Galicia

E. V. PITa VIGO / LA VOZ

Buscaba droga en un bar y también recurrió a una niña para que testificara. «Solo veo manchas», dijo el vendedor de la ONCE que estuvo en la inspección

16 Oct 2012. Actualizado a las 07:00 h.

La policía antinarcóticos tomó como únicos testigos a una niña de 14 años y a un ciego que vende cupones de la ONCE cuando hacía un registro en busca de estupefacientes en una tasca de Vigo. El asunto fue destapado por el abogado de un acusado en un juicio rápido que se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. El regente de un bar se enfrenta a dos años de cárcel por atentado a un policía antidrogas, al que dio un pisotón en un forcejeo para impedir el registro, en el que no se halló nada ilegal.

Los hechos se remontan a la medianoche del pasado 30 de septiembre y tuvieron lugar en una tasca de vinos del barrio de O Calvario. En el juicio, los policías explicaron que acudieron al lugar por una notificación de la comisaría, que a su vez había sido informada por una llamada anónima de una vecina que decía que esa tasca era un punto negro de venta de drogas y trapicheo. El encargado, Jaime A., novio de la dueña, lo negó ayer y aseguró que allí solo van jubilados a beber tazas de vino y a jugar la partida. Sospecha que la informante anónima es una clienta dominicana a la que expulsó del bar por escándalo.

Cuando llegaron los agentes antidroga solo había dos clientes, un jubilado y un hombre de mediana edad con gafas negras, así como el acusado. Este último relató que irrumpieron dos hombres vestidos de paisano y dos policías uniformados que le mostraron sus placas. Querían registrar la barra, pero temía que las placas fuesen falsas y exigió que le mostrasen la orden judicial. La versión de los agentes es que los recibió con insultos como «payasos» y otras lindezas, que los dos clientes dicen no haber oído. El abogado alega que es ilógico que alguien reciba a la policía al grito de «fuera de aquí».

Para los agentes, el encargado estaba algo bebido y sostienen que, preso de la furia, tiró mesas y sillas, por lo que fue complicado ponerle las esposas. Los dos clientes del bar fueron cacheados y no llevaban droga.

Como el encargado se opuso a que un agente entrase a registrar la barra fue esposado. En el forcejeo lanzó patadas al aire y pisoteó el pie de un agente. Fue sentado en una silla y luego cuatro funcionarios lo tumbaron en un coche patrulla. Lo acusan de intentar dar patadas a un policía.

El acusado declaró en el juicio: «Estaba en mi derecho a no dejarlos entrar». Su abogado sugiere que el hombre reaccionó enérgicamente ante algo que no le parecía justo. Los policías replicaron: «No nos dejaba hacer nuestro trabajo, decía que las placas las habíamos comprado en un chino».

Solo ve manchas

Tras el arresto, los antinarcóticos fueron a buscar a la dueña del bar a su casa para que fuese testigo del registro. El cliente de gafas negras conocía el barrio y acompañó a un inspector a la vivienda, pero solo estaba la hija, de 14 años. La adolescente, como representante de la propietaria, y el cliente fueron los únicos testigos de cómo los policías buscaban droga en el bar.

«Fue un chivatazo falso, no hallamos nada», relató al juez un agente. Este niega saber que el cliente que lo acompañó fuese ciego, porque no lo parecía. Pero para probarlo, el abogado le preguntó en el juicio al testigo: «¿Usted me ve? ¿Soy un policía?». El hombre contestó: «Algo veo, pero solo son manchas». Vende cupones de la ONCE.

Ya en comisaría, el encargado del bar se desplomó en el suelo. Aseguró al juez que es diabético, sufrió un bajón de azúcar y se despertó en una ambulancia. Los agentes indicaron que todo fue teatro, como les confirmaron los sanitarios del 061. Añadió que está «casi inútil» del brazo izquierdo, por lo que es imposible que lanzase puñetazos al aire.

Un agente admitió que «cosas así no pasan todos los días», pero no ve nada raro en registrar un bar con una niña de 14 años y un ciego como testigos.


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