La Voz de Galicia

El viento del nordeste amainó y facilitó el control del gran incendio de Barbanza

Galicia

Javier Romero Ribeira / La Voz
Los vecinos de Moimenta, en Boiro, ayudaron a los brigadistas a sofocar las llamas.

La Guardia Civil investiga el robo de gasoil en vehículos durante la extinción. Ha sido desactivada la alerta de nivel uno

31 Aug 2013. Actualizado a las 11:45 h.

La comarca de Barbanza amaneció ayer sin el manto de humo con el que se acostó la noche anterior. El gran incendio que comenzó el jueves a primera hora de la tarde en Lousame, y continuó imparable hasta adentrarse en el término de Boiro, contó desde el primer momento con la ayuda de un fuerte viento del nordeste que, sobre las 23 horas, remitió considerablemente, lo que facilitó las labores de extinción en los diferentes focos que estaban activos en la sierra en ese momento. Este escenario continuó durante toda la madrugada, y se prolongó ayer durante casi todo el día. Aún así, el fuego siguió activo pero controlado. Y la Xunta no desactivó el nivel uno de alerta hasta bien entrada la noche del sábado. Había numerosas viviendas cerca de las llamas.

La gran cantidad de medios aéreos y terrestres desplegados para hacer frente a este incendio, que se atomizó en diferentes focos al poco de iniciarse, fue decisiva para poder evitar que las llamas alcanzaran las casas. En lo que coinciden todas las partes implicadas es que la realización de cortafuegos también fue clave. Sobre todo por la noche, cuando los nueve helicópteros y diez aviones desplegados se retiraron y únicamente había medios terrestres trabajando. Estos cortafuegos también ayudaron a que las llamas no llegasen al polígono industrial de Boiro, donde varias brigadas de la Xunta hicieron guardia para asegurar el entorno.

La estimación oficial de hectáreas calcinadas por este incendio -aportada por la Xunta al cierre de esta edición- era de 450. La misma que el Gobierno gallego dio poco antes de las tres de la tarde. Un portavoz del Ejecutivo autonómico señaló que «aunque el fuego sigue activo, no avanza, por eso tampoco aumentó la extensión arrasada». El fuerte nordeste que sopló durante toda la semana, y que ayer ya comenzó a remitir, seguirá amainando desde hoy. La previsión es que esa reducción de la intensidad sea progresiva durante las próximas seis jornadas.

Vigilancia especial

Lo que quedó claro en Barbanza, y en el resto de Galicia, un año más, es que los incendiarios no tienen escrúpulos. Igual que otros individuos que, en la madrugada del viernes, según informa María Hermida, robaron combustible en varios medios terrestres desplegados para realizar tareas de extinción. A raíz de estos hechos, la Guardia Civil intensificó el operativo que ya tenía movilizado para que los cacos no saqueasen las viviendas que fueron desalojadas en las aldeas de A Galea y Belles de Arriba. Al cierre de esta edición, y según fuentes oficiales, no había constancia de que se registrase ningún robo en estos núcleos dispersos de la sierra barbanzana.

La búsqueda de personas sospechosas durante la madrugada del viernes que pudieran estar implicadas en este incendio -el más grande de los registrados este verano en Barbanza- no cesó. En ella participaron también los responsables de las brigadas de la Xunta, que identificaron a numerosos vecinos que se desplazaban en sus coches por las pistas para, en casi todos los casos, comprobar que el fuego no había afectado sus fincas y plantaciones. Uno de estos profesionales, que procedía de Santiago, reflexionaba impotente a pocos metros de las llamas: «É imposible que isto o fixera un galego».


Comentar