«Ulla» llega con fuertes vientos para cerrar el tren de ciclogénesis explosivas
Galicia
Los meteorólogos del Reino Unido achacan el mal tiempo al calentamiento de la corriente en chorro del Pacífico
14 Feb 2014. Actualizado a las 07:00 h.
Ulla podría ser la última. No solo porque la Universidad Libre de Berlín está a punto de acabar el abecedario a la hora de bautizar a las borrascas que llegan a Europa, sino porque esta ciclogénesis explosiva, que afecta hoy a Galicia con intensos vientos y mar de fondo, podría ser la última del tren de borrascas que han sacudido Galicia desde el pasado 24 de diciembre.
Aunque han sido los alemanes los que la han bautizado, esta borrasca, que bien podría ser gallega a tenor de su nombre, disparará de nuevo las alertas naranjas por vientos superiores a los 100 kilómetros por hora y olas de 5 a 7 metros, que el sábado podrán superar los 8 metros de altura significante. Estaba previsto que la ciclogénesis se hiciese notar especialmente esta madrugada. La Consellería de Educación ha suspendido las actividades extraescolares en el exterior.
Si Ulla cierra este tren de borrascas, pondría fin a casi dos meses en los que Galicia ha recibido siete ciclogénesis explosivas (Dirk, la del 6 de enero, Petra, Nadja, Ruth, Stephanie y Ulla) y otras muchas que no se llegaron a profundizar tanto, pero que sí complicaron el tiempo.
Hasta el momento, y a la espera de que se realicen los estudios científicos correspondientes, el tren de borrascas ha sido achacado al debilitamiento de la corriente en chorro del Ártico, que provocó la rotura del vórtice polar, bajando el aire frío a latitudes más bajas. Este, en contraste con el aire cálido, provoca el tiempo explosivo.
Un informe de la agencia meteorológica Met Office y del Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido aporta una nueva teoría de por qué se habría desencadenado este sinfín de borrascas explosivas: el calentamiento de la corriente en chorro del Pacífico. ¿Por qué? Al parecer, y según este estudio, debido a las intensas precipitaciones sobre Indonesia y el Pacífico occidental tropical, además de una temperatura oceánica de esa región mayor de lo normal.
Esta corriente en chorro, proveniente del Pacífico, habría afectado al pasar Norteamérica a la corriente de chorro polar, que es la que suelta el aire polar a latitudes en las que no debería. Aún así, y aunque el Reino Unido ya tiene su propia teoría, los expertos creen que hay que esperar para saber exactamente qué ha producido este tiempo tan explosivo. «Es difícil achacarlo a una sola cosa», señala José Ángel Viñas, físico del aire y comunicador científico. «Este tipo de relaciones causa-efecto son bastante corrientes en el sistema climático, aunque muy complejas», apunta.
De momento, parece que por un tiempo decimos adiós a las ciclogénesis explosivas.