La Voz de Galicia

El último lance de la costera de la xarda llevó a pique al «Mar Nosso»

Galicia

mar g. balseiro burela / la voz
El «Mar Nosso» estuvo varias horas con la quilla al sol antes de terminar hundiéndose.

Tres muertos y dos desaparecidos es el saldo del naufragio, a 20 millas de Navia (Asturias)

18 Apr 2014. Actualizado a las 16:11 h.

Un mar que los profesionales definen como calma blanca, y lo que parecía una buena jornada de la costera de la xarda, acabó ayer en tragedia para el arrastrero Mar Nosso. El pesquero, de bandera portuguesa y armadora de Marín, de 32 metros, fue localizado quilla al sol por otros barcos que faenaban en la zona, unas 20 millas al nornoreste de la ría de Navia. Llevaba 12 hombres a bordo. Tres muertos y dos desaparecidos, todos de nacionalidad portuguesa, era hasta última hora de ayer el saldo de un siniestro sobre el que solo las declaraciones de los 7 supervivientes podrán arrojar luz sobre lo ocurrido y sus posibles causas. De entrada, la hora en la que el pesquero se fue a pique está sin determinar. No saltó la radiobaliza, no hubo alerta de socorro y no saltaron las balsas salvavidas. Se supo de su desgracia sobre las 13 horas, cuando un barco se percató de que ya no aparecía en la pantalla del sistema de identificación automático (AIS).

¿Una copada demasiado pesada? ¿Una maniobra imprevista? Las hipótesis son diversas y poco claras. Uno de los supervivientes comentó que estaban recogiendo y que el aparejo «levou o barco». Sin embargo, buques que estaban en las inmediaciones apuntaron que «meteu a bordo o copo e o aparello, e deu avante para irse».

La alerta del Mar da Galega

El Mar da Galega, barco portugués con armador de Muros, fue el que alertó a Salvamento. Avisó de que el Mar Nosso estaba hundido y con la quilla al sol, a una milla de su posición. Fue también este pesquero el que recogió a los siete supervivientes. Antes, al parecer, había localizado dos cuerpos en el agua, de los que finalmente se hizo cargo el pesquero burelés Kika. El tercer cuerpo fue localizado por el remolcador Alonso de Chaves cerca de las siete de la tarde. Fue esta misma embarcación de Salvamento la que dio aviso de que el arrastrero se había hundido.

Tres de los tripulantes que salieron ilesos -el contramaestre, Juan Martín Calo, de 53 años, de Marín; el jefe de máquinas, Francisco Pereira Iglesias, de 51, de Bueu, y el portugués Bernardino Augusto Kora Bicho, de 48 y de Póvoa de Varzim- fueron trasladados por el Pesca 2 hasta Celeiro y desde allí al Hospital da Costa, donde permanecerán en observación hasta hoy.

Uno de los supervivientes aguantó más de dos horas en el agua, mientras que otro de los tripulantes consiguió agarrarse a la propia quilla del barco, y allí fue localizado por el Mar da Galega. Fuentes de la Consellería do Mar explicaron que todos «evolucionan bien, pero los médicos recomiendan que pasen unas horas en observación, sobre todo uno de ellos, que pudo haber tragado gasoil».

Los otros cuatro supervivientes fueron trasladados por el Helimer 211 al puerto del Musel (Gijón), y desde allí a los hospitales de Jove -Jesús Álvaro González, maquinista, de 56, con hipotermia grave; Rafael Meixide Rodríguez, de Marín, y el marinero portugués Sebastián Ferreira Maciel, los dos últimos con hipotermia leve- y Cabueñes. En este ingresó Francisco Manuel Alvite, de Vilagarcía, con síntomas graves de hipotermia. Todos evolucionaban favorablemente, según el consejero de Sanidad del Principado, Faustino Blanco.

Los tres cuerpos fueron trasladados hasta el Musel, y posteriormente a Oviedo para practicarles las autopsias.

El gerente de los armadores de Marín, Juan Martín Fragueiro, explicó que el propietario del Mar Nosso habló sobre las 11 de la mañana con el buque y estaba pescando con normalidad. Llevaba cien cajas de xarda e iba a hacer un lance más hasta cubrir el cupo, «terminar y volver a casa» porque ayer era su último día de la costera. «Desconozco los motivos, para eso existe una comisión de accidentes marítimos que dirimirá las causas», dijo Martín, que acompañó al armador, Claudino González, cuando visitó en el hospital de Burela a tres de los supervivientes. El armador, visiblemente afectado, no quiso hacer declaraciones.


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