La asignatura más compleja para los padres
Galicia
01 May 2014. Actualizado a las 07:00 h.
La educación de los hijos es una de las asignaturas más complejas que los padres tienen delante, y en su aprobado concurren, además de la transmisión de altas dosis de sentido común, razonabilidad y tolerancia, una parte importante de suerte y por qué no, la genética. En una familia, educando a todos los hijos con el mismo rasero, se pueden producir, y se producen, resultados diversos. Hijos estudiosos conviven familiarmente con hermanos con desastrosos expedientes académicos. El éxito de los padres es poner amor y empeño, pero el resultado a veces se escapa de las manos. Uno puede equivocarse, y de hecho se equivoca, por participar en primera persona en la educación y sin adoptar la postura de un convidado de piedra. Hace unos días, unos padres vieron cómo sus hijos e hijas desaparecieron esfumándose, y si bien la carta que dejaron escrita y el propio hecho de ser un grupo hacían descartar situaciones peligrosas, para los progenitores de los menores, tres de ellos, supuso horas de incertidumbre e impotencia. Poco tiempo después, para ellos una eternidad, y como se preveía, los jóvenes fugados aparecieron sin menoscabo físico alguno.
Cuando yo era un niño, y de esto ya ha llovido, estaban en boga recetas tales como «la letra con sangre entra» o «vas a andar más recto que una vela». Hoy, afortunadamente, es otra la filosofía que se aplica. La razón, la tolerancia, la suerte, hacen que las relaciones sean mucho más fluidas, pero, a pesar de todo, nada evita que la emulación de una película, de un líder del colegio o un amor fou tiren de un golpe los principios transmitidos.
En este caso, poco más que decir. El hallazgo de los jóvenes, enfrascados en la construcción de un lugar donde vivir sin prohibiciones, convierte la fuga en una aventura primaveral. Un final feliz pero agridulce.