La Voz de Galicia

El cadáver buscado en el Queen's sería de una brasileña desaparecida

Galicia

Miguel Cabana Lugo / La Voz

Varias testigos dijeron que en el 2007 ella sufrió una agresión en el local

15 May 2014. Actualizado a las 07:00 h.

El laboratorio central de la Guardia Civil ya analiza los restos recogidos el martes en un zulo subterráneo del club Queen?s de Lugo, donde los perros de la unidad canina detectaron el rastro de un cadáver. La investigación de la operación Carioca dirigida por la jueza lucense Pilar de Lara se centra ahora en conseguir muestras biológicas del cuerpo que estuvo allí enterrado. Si el laboratorio lo identifica, el siguiente paso será tratar de encontrar familiares de la víctima para cotejar su ADN y así identificarla plenamente. La hipótesis de la investigación apunta a que podría tratarse de una mujer brasileña que trabajaba en el club de alterne, a la cual le propinaron una paliza brutal en el año 2007, y que desapareció sin dejar rastro. Esa mujer, según varias compañeras que testificaron en la investigación de la operación Carioca, podría hacerse llamar Sara. Otra versión apunta a que utilizaba el nombre de Ana, porque aparecieron en varios puntos de la ciudad pintadas que rezaban: «Mafioso, guardia civil Armando ¿donde está Ana?», refiriéndose a uno de los agentes implicados en la operación y que fue encarcelado. En todo caso, el nombre real de esta chica brasileña sería otro y el juzgado buscará a su familia en Brasil si las pruebas de ADN dan positivo, para lograr identificarla.

Si la investigación consigue la prueba científica de que una joven que trabajó en el club estuvo enterrada allí, sumado a las declaraciones de varias testigos, el gerente del club, García Adán, podría acabar imputado por el presunto crimen, aunque el cadáver no haya aparecido.

El zulo en el que los perros detectaron el rastro está en una caseta dentro de la finca del Queen?s, separada unos 100 metros del edificio principal. Todo apunta a que el cadáver pudo ser enterrado allí cuando el suelo era de tierra, y posteriormente el proxeneta García Adán mandó construir un suelo de hormigón, con lo cual tapó definitivamente el enterramiento bajo la apariencia de dotar a la caseta de un fondo de cemento. La investigación judicial no había dado con ese zulo hasta que en marzo pasado alguien entró por la noche en la finca y reventó el hormigón dejando el butrón a la vista, lo cual motivó que el juzgado preparase el rastreo con perros y expertos.

Si a partir de los restos recogidos el pasado martes por la policía científica se consigue reconstruir un ADN, también será posible cotejarlo con otras muestras de sangre que se encontraron pegadas en las paredes de las habitaciones durante el registro a fondo que la jueza hizo en agosto del 2010 en el club de alterne, y que ya estaban cubiertas por varias capas de pintura. Esas manchas de sangre serían los restos de algunas agresiones violentas, pero los análisis no permitieron llegar a ninguna identificación. Ahora podrían ser comparadas con las muestras encontraron el martes.


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