Los mejores en selectividad también triunfan en la vida
Galicia
Matemáticos, ingenieros, médicos y universitarios brillantes han demostrado que su alta nota en las PAU no fue por casualidad
04 Jul 2014. Actualizado a las 18:31 h.
Al igual que Patricia Martínez -la número uno de la selectividad del 2014-, ellos también fueron los mejores en las pruebas de acceso a la universidad (PAU) de Galicia de los últimos años y han conseguido mantener ese éxito en su vida universitaria y laboral posterior. Médicos, ingenieros y matemáticos, entre otras profesiones, o brillantes universitarios, los número uno de la selectividad desde el año 2007 consideran que las PAU abren puertas para acceder a carreras con notas de corte alto, pero creen que es fundamental mantener el estudio y esfuerzo en la universidad y luego en el mundo laboral.
Óscar Rivero, de Xinzo de Limia, logró con una nota de 14 sobre un máximo de 14 imponerse como el mejor estudiante de selectividad del 2012. Le sobraron dos puntos para entrar en la carrera que quería estudiar, un doble grado de ingeniería física y matemáticas en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), en Barcelona. «Dudé entre este doble grado y Matemáticas en Santiago, pero la oferta de la politécnica y las becas que tenía eran muy buenas», explica desde Ourense Óscar Rivero.
Cree que su capacidad de estudio sigue siendo la misma que en el instituto, «es un poco distinto, y las cosas son más complicadas, pero me organizo bastante bien», explica. Sin duda, lo hace, pues el doble grado que cursa es de cuatro años y medio, y él prevé terminarlo «en tres y medio». Como alumno de un instituto público, el Cidade de Antioquía, respalda plenamente la enseñanza pública: «Tiene que ser el pilar de cualquier sociedad».
Seis matrículas de honor
Con una media en la selectividad del año pasado de 9,8 Leticia Vázquez podía haber entrado en la carrera que quisiese, pero ella lo tenía claro: Ingeniería Química. Cambió su Ourense natal por Santiago y su casa por una residencia universitaria donde pasó el primer año de universidad. Cuenta que sí que notó el cambio del instituto a la facultad, especialmente en el convulso primer cuatrimestre, pero que «no es tan difícil como imaginaba». La clave está en «saber organizarse y adaptarse», ella no ha cambiado mucho el método de estudio que tan bien le funcionó en los años de instituto, y parece que sigue siendo un acierto ya que terminó este primer año con más de un nueve de media y seis matrículas de honor. «En época de exámenes sí que estudio bastantes horas, pero durante el resto del curso un par de horas al día llegan» y le permite hacer otras actividades.
Es una firme defensora del sistema de educación público, y no le sorprende que la mejor nota de este año haya sido para una alumna de un instituto público: «Me alegro, los alumnos de institutos públicos son los que suelen mantener la media en selectividad».
Paula Suanzes Díez quería estudiar medicina cuando se presentó allá por el 2007 a la selectividad -en aquel momento la nota máxima era de 10-. Alumna del Eusebio da Guarda, de A Coruña, sacó un 9,69, la tercera nota más alta de Galicia, y se matriculó en Medicina en Santiago. Hoy en día es residente en Medicina Interna en el hospital Vall d?Hebrón, de Barcelona, después de conseguir el número 64 en las pruebas del MIR de toda España. Piensa que eliminar las pruebas de selectividad «es dar un paso atrás» y que si cada universidad realiza una prueba de acceso «no todos los alumnos tendrás las mismas oportunidades».
El mismo año en que Paula quedó de número 3 en Galicia, el primer puesto lo ocupó Guillermo Lorenzo López. Obtuvo en el 2007 un 9,98 y estudió ingeniería de Caminos en la UDC. En la actualidad su carrera sigue ligada a la universidad: «Estoy preparando un doctorado en simulación matemática en problemas de ingeniería biomédica, lo que permitirá detectar de forma precoz crecimientos del cáncer. Lo que más me ha llamado la atención una vez dentro de la carrera fue la posibilidad de poder investigar, y es a la investigación a lo que quiero dedicar mi futuro».
Su idea es realizar las prácticas postdoctorales fuera de España, ya que «lo mejor es aprovechar e ir a cursos y congresos en el extranjero para luego aplicar aquí los conocimientos aprendidos».
Alejandro Vilar López logró en el 2011 la mejor nota de selectividad. Tres años después, este antiguo alumno del IES Lucus Augusti de Lugo está a punto de iniciar el cuarto y último curso de Física, el proyecto de fin de grado y, simultáneamente, varias asignaturas de Matemáticas. Todo en la Universidade de Santiago. «Tener una buena nota en el Bachillerato y en la selectividad es indispensable para entrar en carreras que tienen notas de corte muy altas, como Medicina, pero a la larga no vale de mucho. Es más importante cómo te mueves en la carrera y lo que haces en ella, si la llevas bien...», destaca el joven. A su juicio, es esto y no las calificaciones del instituto lo que «abre puertas» por ejemplo, para elegir el proyecto de fin de carrera o el profesor que lo va a tutorizar. Por esa razón considera que el selectivo es una prueba «de conocimientos de cultura general para filtrar el acceso a carreras muy demandadas». «Conozco gente que no tuvo expedientes tan buenos como el que pude tener yo y son realmente brillantes en la carrera», destaca. Con todo, él sigue estando entre los mejores, y su sueño es ser investigador a nivel universitario.
Saray Busto es uno de esos cerebros tan brillantes que ni siquiera le dan importancia a su expediente. Ferrolana y exalumna del IES Saturnino Montojo, quedó entre los tres primeros de la selectividad del 2008 con una nota que superó al nueve, pero de la que ya ni se acuerda. A sus 24 años ha finalizado el grado en Matemáticas con sobresalientes y matrículas, y lleva desde octubre trabajando en el departamento de Matemática Aplicada de la USC tras hacerse con una beca predoctoral de la Xunta. Ahora tiene un contrato de tres años por delante, un período en el que espera finalizar el Doctorado. Pero aún con todo, esta chica sale. «Yo creo que se puede compaginar, hay que tener un equilibrio y no encerrarse».
La vilagarciana Elena Guerreira logró el año pasado un 13,4 en la selectividad. Ahora mismo estudia Filología Inglesa en Santiago. Lo que más le gusta es la literatura y los idiomas, y considera que aunque hay que estudiar bastante, « el grado no es extremadamente difícil».