La Voz de Galicia

Feijoo escapa de la trampa de Madrid

Galicia

Gonzalo Bareño Madrid / La Voz

El presidente de la Xunta rechazó desde un principio la idea promovida por Cospedal de que Soraya fuera la candidata a la alcaldía de la capital y él la sustituyera como vicepresidente

09 Mar 2015. Actualizado a las 05:00 h.

Si a alguien le cabía alguna duda sobre el absoluto pragmatismo con el que Mariano Rajoy ejerce el oficio de político, la elección de Esperanza Aguirre como candidata a la alcaldía de Madrid las habrá despejado todas. Muy pocos políticos, en España y fuera de ella, sería capaces de escoger como aspirante a ocupar la alcaldía de la capital, tercer o cuarto cargo con más poder del país, a una persona que lleva años trabajando activamente para destruir políticamente a Rajoy y que ha descalificado su forma de gobernar con tanta o más saña que el PSOE. Ningún otro sería capaz tampoco situar como portavoz parlamentario a un personaje como Rafael Hernando, que conspiró contra Rajoy en el 2008, cuando se le daba por muerto. Si conviene, se hace. Y si no, no. Esa es su máxima. No hay nada personal, son solo negocios, que le decía el Padrino a su consigliere Tom Hagen.

Se acusa a Rajoy de ser un político frío. Pero eso, la ausencia absoluta de sentimientos en sus decisiones, lo considera él una de sus mejores virtudes. Con todo, no ha sido fácil tomar la determinación de asumir el riesgo de que Aguirre consiga ser alcaldesa de Madrid y empiece a crearle más problemas -ya ha empezado, en realidad- de los que le generaría el bueno de Gabilondo. Y no lo ha sido porque ha habido a su alrededor gente que ha conspirado una vez más para tratar de condicionar sus decisiones. La primera de ellas ha sido su secretaría general, María Dolores de Cospedal, que ha intentado utilizar la batalla de Madrid para satisfacer sus ambiciones personales. La número dos del PP, que mantiene un duro enfrentamiento con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, llevaba tiempo ocupándose de que trascendiera la noticia de que la vicetodo era la candidata con más posibilidades de hacerse con la alcaldía madrileña, según los sondeos. Hasta el último momento trató de que Rajoy diera un paso que habría despojado de todo su poder a la vicepresidenta. Y en los últimos momentos trató de redondear su estrategia haciendo que circulara la hipótesis de que Soraya fuera la candidata y Feijoo desembarcara en Madrid para sustituirla como vicepresidente del Gobierno. Algo que habría implicado que Feijoo, con el que tampoco congenia en absoluto Cospedal, asumiera desde el Ejecutivo el coste político de un posible fracaso en las municipales y autonómicas y luego en las generales, quedando muy dañado como futuro relevo de Rajoy.

El líder del PPdeG sabía que circulaba la hipótesis de su desembarco en Madrid. Y la rechazó de plano. Antes de que Rajoy se decantara por Aguirre, fuentes del entorno de Feijoo aseguraron a La Voz de Galicia que no contemplaba el salto inmediato a Madrid porque su compromiso seguía estando en Galicia. Y consideraban además absurda la idea de que fuera ahora vicepresidente, porque para cuando transcurriera el tiempo necesario para hacerse con los mandos de la nave de Moncloa estaríamos ya en verano. Y las Cortes se van disolver casi a la vuelta de la playa. O sea que, concluye este cronista, la idea era más bien una trampa política en la que no cayeron ni Sáenz de Santamaría, ni Feijoo, ni por supuesto Rajoy.

El juicio del caso Gürtel, en precampaña de las gallegas

El colapso en los juzgados españoles juega esta vez a favor del PP. La enorme lista de espera para los juicios en los que no haya presos preventivos, y en el caso Gürtel no los hay desde que Bárcenas salió de prisión, hace que el juicio no se vaya a celebrar hasta después de las elecciones generales. Un poco de aire para Rajoy. No va a tener tanta suerte Alberto Núñez Feijoo, que tendrá que convocar elecciones en el 2016. El complejo proceso será largo y la precampaña de las gallegas, y quizá hasta la campaña misma, se celebrarían así en pleno juicio. Claro que peor sería que la justicia fuera rápida por una vez y las gallegas se celebraran inmediatamente después de la sentencia previsiblemente condenatoria contra el PP.

El soberanismo pasa factura a Podemos en Galicia

El ciclón de Podemos empieza a pinchar en Galicia, en donde la formación no solo experimenta una reducción de militantes, sino que aquellos que se mantienen dados de alta en la web -único requisito para contar como registrado, ya que en esta formación no hay afiliación, ni carné, ni cuotas- participan cada vez menos en los procesos internos, a pesar de que basta con votar en Internet. En ese incipiente desencanto tiene mucho que ver el hecho de que, a pesar de las proclamas iniciales, algunos hayan comprobado que los dirigentes de Podemos en Galicia sostienen el mismo discurso sobre el derecho a la autodeterminación que llevan años escuchando en otras formaciones.

El PPdeG no podrá rescatar a Rajoy por tercera vez

Las andaluzas del 2012 fueron el mayor varapalo para Rajoy desde que es presidente del Gobierno. Confiaba en que Javier Arenas se hiciera con la presidencia de Andalucía e impulsara así a su Gobierno, debilitado por los primeros recortes. Sin embargo, la derrota de Arenas mostró el enorme desgaste que sufría el Ejecutivo. La historia puede repetirse. Un resultado catastrófico en Andalucía haría saltar todas las alarmas de cara a las generales. En el 2012, Feijoo y el PPdeG rescataron con su victoria en las gallegas a un Rajoy en horas bajas, como lo habían hecho con su triunfo en el 2009, cuando Rajoy era cuestionado en el PP. Ahora, de cara a las generales, Rajoy no tendrá la red de Feijoo.


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