Feijoo no será secretario general del PP
Galicia
Fuentes cercanas al presidente de la Xunta descartan que vaya a ser el relevo de Dolores de Cospedal y atribuyen la información publicada en varios medios a rumores interesados
06 Apr 2015. Actualizado a las 13:13 h.
A 24 horas de que su Junta Directiva Nacional se reúna por primera vez en dos años, el PP es un partido al borde de un ataque de nervios en el que nadie conoce a nadie, todo se considera posible y cualquier rumor periodístico es recibido por algunos como una filtración de la facción rival con aviesas intenciones. La inquietud es máxima en Génova y en muchos territorios regionales, sin que haya en realidad demasiada justificación para ello, más allá de las teorías más o menos disparatadas de algunos medios de comunicación que anuncian una revolución en el partido a menos de dos meses de las elecciones autonómicas y municipales. Se comprende la zozobra de quienes, sin ser en realidad nadie, temen quedar fuera de juego en caso de mudanza. Pero sorprende sobremanera el ataque de pánico en el que parece haber entrado la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, emitiendo por boca de sus acérrimos un inaudito comunicado en el que se carga contra «los que perdieron en Andalucía». Cospedal ve por todos lados la sombra de su eterno rival, Javier Arenas, y lanza manotazos al aire tratando de quitárselo de encima.
En esa espiral enloquecida y caótica cabe entender también el hecho de que varios medios, incluso alguno de los que se consideran serios, den por seguro que Alberto Núñez Feijoo va a ser nombrado de inmediato nuevo secretario general del PP. El entorno más cercano al presidente de la Xunta asegura a La Voz de Galicia que no hay ninguna posibilidad de que tal cosa suceda. Y afirma que a Feijoo ni siquiera se le ha pasado por la cabeza la hipótesis de hacerse ahora cargo del partido. «No hay absolutamente nada de eso», explican. Desde la Xunta atribuyen esas informaciones a rumores interesados. Aseguran que el compromiso del líder del PPdeG sigue estando en Galicia y recuerdan que nunca ha estado en sus planes asumir ningún cargo en Madrid, ni en el partido ni en las Cortes, mientras siga ejerciendo su labor política en Galicia.
La cosa no va por ahí. En efecto, ya en el año 2008, estando Feijoo en la oposición en Galicia, se le ofreció la posibilidad de ser senador, como hicieron otros barones populares en la oposición, para alcanzar proyección política nacional en su territorio. Y él lo rechazó con el argumento de que quería ganarse la presidencia de la Xunta «desde Galicia». Pero es que, además, mal podría Feijoo aceptar el puesto de secretario general mientras es presidente de la Xunta cuando ya en el 2012 le aseguró a este cronista que rechazaba entrar en el comité de dirección del PP porque no le parecía «correcto» el «perder dos horas cada lunes en viajes a Madrid que se pueden perfectamente dedicar a Galicia».
Aseguran los que conocen bien a Rajoy que quienes esperen que mañana se anuncie desde Génova una revolución en el partido pueden esperar sentados. Y que una cosa es que Feijoo y Alonso tengan cada día más predicamento en el PP; que Cospedal vaya a estar más en Castilla-La Mancha y menos en el día a día de Génova, o que Arenas pueda asomar la cabeza, y otra que Rajoy vaya a emprender a estas alturas una purga total utilizando como ariete al presidente de la Xunta.
UPyD demuestra que el espacio político es reducido
Lo que ha ocurrido con UPyD, partido al que muchos consideran un muerto viviente de imposible recuperación, demuestra la dificultad de asentar en el tablero político nacional a partidos de nueva creación, por más que la crisis del bipartidismo constituya el hábitat adecuado para el surgimiento de nuevas fuerzas. Detrás de UPyD, que no surgió de un día para otro, había un proyecto político sólido que creció ordenadamente hasta lograr un grupo parlamentario en el Congreso. Podemos, y la expansión nacional de Ciudadanos, son casos distintos, de eclosión fulgurante en muy pocos meses y con un discurso ligado a una coyuntura muy específica, que tendrán aún más dificultad para perdurar.
Artur Mas y Oriol Junqueras ya no asustan a nadie
Resulta sorprendente, aunque aleccionador, comprobar que lo que hasta ayer provocaba terror y desasosiego acaba siendo objeto de rechifla. Pocos casos hay más claros de una huida política desesperada hacia adelante que la que han emprendido en Cataluña Artur Mas y Oriol Junqueras después de haber hecho el más espantoso de los ridículos con sus órdagos sobre el nonato referendo de independencia. Su último intento de acogotar al personal anunciando la declaración unilateral de independencia de Cataluña después de las elecciones del mes de septiembre ha sido acogida con más frialdad que indignación por quienes, incluso en Cataluña, están ya más que cansados de tanto órdago.
El discurso de Podemos se derrumba en Andalucía
A pesar del intento de no mojarse en nada hasta que llegaran las elecciones generales, no ha habido que esperar mucho para que el discurso de Podemos se derrumbe como un castillo de naipes. Sobre las lecciones de democracia interna cayó primero el baldón de que desde Madrid se controlara al milímetro la campaña electoral de la andaluza Teresa Rodríguez. Siguió después la imposición por parte de Pablo Iglesias de un comisario político afín como único autorizado para negociar con Susana Díaz. Y el mazazo llegó con la constatación de que Podemos está dispuesto a facilitar la investidura de Díaz, que hasta ayer era la casta, sin imponerle siquiera la condición de que el PSOE eche a los corruptos.