El policía nacional de Ourense se suicidó con una de las armas desaparecidas en su comisaría
Galicia
El agente envió correos electrónicos en los que se inculpaba del robo de las pistolas
12 Apr 2016. Actualizado a las 05:00 h.
El arma con la que un policía nacional de Ourense se quitó la vida el sábado es una de las seis que llevan más de un año desaparecidas de la comisaría. A falta de la conclusión de la investigación, ha trascendido que el agente no usó su arma reglamentaria. En el mismo despacho donde sus compañeros hallaron el cadáver aparecieron tres pistolas, una de ellas la PPK de la que salió el fatal disparo. En el cargador no había más balas.
Sumida como está la comisaría de Ourense en una profunda crisis, con tres frentes diferentes aunque directamente relacionados, la muerte de Celso B. A. ha abierto una cuarta herida. Algunas fuentes policiales, sin embargo, se inclinan por ver lo que parece un suicidio como primer paso hacia el punto final. Por ahora, es un caso independiente, bajo secreto sumarial. Los otros siguen su curso.
En el despacho del fallecido aparecieron el sábado tres armas. Dos son de las primeras sustraídas de las que se supo, en agosto del 2014. La tercera es una de las tres cuya ausencia se notó en febrero del 2015. Esos hechos, sumados a que en la misma tarde del sábado el agente envió correos y mensajes telefónicos autoinculpándose del envío de anónimos y de la sustracción de armas, parecen allanar el camino a la solución de al menos el caso de las pistolas y el de los anónimos -calumnias o injurias y revelación de secretos- con sendas diligencias penales abiertas.
Medios conocedores de las investigaciones internas mantienen dudas. Ya no solo sobre la confesión, sino sobre la capacidad del fallecido para generar las pruebas que incriminaron al equipo de drogas, que fue prácticamente desmantelado en noviembre pasado. Dentro de la comisaría las sospechas están orientadas en otra línea y, al parecer, esta muerte no las varía, incluso con autoinculpación.
La crisis en la comisaría se empezó a gestar en agosto del 2014 al desaparecer las tres primeras armas. En febrero del 2015, por la vía del anónimo, trascendió ese robo y se hizo llegar a distintos medios informativos otro escrito en el que se señalaba a varios mandos. Y hubo más anónimos, que condujeron a que en noviembre del 2015 fueran detenidos varios policías del grupo de drogas por supuesta connivencia. Esta última operación se planteó a partir de las diligencias por el robo de armas, pues el denunciante lo relacionaba todo. Esta muerte ha enrarecido un poco más el aire en la comisaría.