La Voz de Galicia

Locomotoras

Galicia

Carlos Agulló

16 Dec 2016. Actualizado a las 05:00 h.

La política está así porque hasta este punto la hemos dejado ir. Y así se convierte en un acontecimiento que los dos alcaldes de las principales ciudades de Galicia se vayan a reunir. Más allá de la distancia ideológica que pueda haber entre ambos, en la historia más o menos reciente la rivalidad institucional entre Vigo y A Coruña parece haber superado incluso el antagonismo -para muchas personas incomprensible, pero a fin de cuentas tolerado- que mantienen las hinchadas de los equipos de fútbol de las dos urbes.

Pues así es. Abel Caballero y Xulio Ferreiro se van a sentar a hablar, sin un orden del día previo, sin agendas cerradas. Porque el regidor de Vigo viajará la semana que viene a A Coruña para acompañar a su amigo, el exalcalde Francisco Vázquez, en un acto institucional en el palacio municipal. Y en esta ocasión el sentido común nos va a ahorrar el despropósito de un nuevo episodio de una absurda y tantas veces alentada hostilidad entre los representantes de los dos principales motores del país. Porque, más allá de las bromas que el fútbol propicia y a pesar de unos cuantos irreductibles en la defensa de la tribu, es lo que hace la gente normal.

A Coruña y Vigo son dos locomotoras de un país pequeño. Extremos urbanos de un eje de menos de 200 kilómetros sobre el que se desarrolla la Galicia más próspera y donde se asientan algunas de las empresas punteras que están contribuyendo a crear riqueza en el interior e imagen de marca en el exterior. Son dos polos con muchos más intereses comunes de lo que muchas veces alcanzamos a ver. Si una y otra pierden el tiempo y energías en robarse el carbón de las locomotoras, el tren se para.


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