Galicia copa el mercado nacional de heroína
Galicia
La mitad de los alijos que llegan a España y el norte de Portugal pasan antes por las Rías Baixas a través de organizaciones holandesas, turcas, búlgaras, albano-kosovares o colombianas
14 Jul 2018. Actualizado a las 05:00 h.
El tráfico de heroína crece en Europa al mismo ritmo desmesurado que el de cocaína en Sudamérica. Y las Rías Baixas, en ambos casos, son el escenario de una asentada actividad criminal e internacional tanto para recibir los cargamentos como para darles salida por el norte de Portugal y algunas zonas de España. La gran diferencia es que un alijo grande de polvo blanco no baja de la tonelada de peso, mientras que uno de opioide, el más grande incautado hasta la fecha en Galicia, llegó a 64 kilos. «De cada dos kilos de heroína, al cortarla, se obtienen cinco. De hecho, casi siempre que hay decomisos suele cogerse también sustancia de corte. La heroína pura es muy fuerte por sí sola y puede ser mortal», explica un mando policial especializado en la sustancia.
Las aprehensiones de droga se han vuelto constantes desde hace años. Solo el grupo segundo de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Pontevedra acumula desde el 2009 185 kilos incautados y 91 detenidos, colaborando en no pocas ocasiones con la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera. Pero este reguero de incautaciones resulta insuficiente para cortar el flujo de mercancía y organizaciones extranjeras que usan las Rías Baixas como cuartel general. «Las cantidades decomisadas son el mejor ejemplo de que toda esa droga, al tratarse de heroína, no puede consumirse en Galicia. Una parte importante acaba en Portugal, al norte sobre todo, y otras zonas de España. La provincia de Pontevedra lleva años siendo una gran puerta de entrada para la heroína que se produce en Afganistán».
Los años 2016 y 2017 fueron especialmente fructíferos. Primero se aprehendieron 56 kilos en la operación Moska, el alijo más grande de Galicia hasta la fecha y ese año el más pesado de Europa. La organización era holandesa y se desplazaban al sur de Galicia para transportar por carretera la heroína; al año siguiente se cogió otra remesa de 64 kilos en el marco de la operación Tirabuzón, por lo que el nuevo éxito policial subió el listón nuevamente. En este caso con el arresto de cinco hombres de nacionalidad búlgara. Dicho país lleva años catapultando buena parte de la producción de este derivado de la amapola a Europa por carreteras, siendo muchos los países de su entorno que también se han profesionalizado en este tipo de narcotráfico.
«El origen siempre es Afganistán, luego se lleva a Bulgaria por carretera y de ahí suele ir a Holanda, que es el gran almacén europeo de esta sustancia. Galicia es la puerta de entrada de una parte de esa mercancía por la fama que tiene en el mundo del narcotráfico y las cadenas de distribución establecidas desde hace décadas. Digamos que los proveedores se aprovechan de sus contactos para mover su mercancía en poco tiempo», reconoce el mismo agente antes de añadir: «Entre el 50 y 60 % de la heroína que entra en España acaba en la provincia de Pontevedra para ser vendida luego a otros compradores que están por debajo y que son españoles o portugueses. En Madrid acaba mucha mercancía también».
Especializados
El perfil del traficante, al igual que el estupefaciente que trabajan, tiene sus particularidades. «A una persona que conoce el negocio de la heroína y trafica con ella nunca la verás moviendo cocaína. Sin embargo, a los que mueven coca sí que los verás aceptando cualquier negocio». De ahí que no pocas veces se investiga a ciudadanos de origen colombiano implicados en este delito concreto. Pero también a personas de nacionalidad turca, holandesa, portuguesa, búlgara y albano-kosovar. «Algunos están asentados aquí (en alusión a la costa de Pontevedra o su frontera con Portugal) intentando pasar desapercibidos y otros son itinerantes, están días, semanas en algún punto y se van moviendo según las urgencias que tienen».
El repunte de la heroína, atendiendo a la escalada policial para desmantelar organizaciones criminales, comienza en el 2010 tras unos años estigmatizada por las muertes que causó y el deterioro físico y psicológico en el que instaló a miles de consumidores. «Puntos de venta siempre han existido, algunos importantes, como el poblado de Catabois en Ferrol, y en menor medida el asentamiento de O Vao, en Pontevedra. Pero las organizaciones que operan en Galicia no se mueven en ese ambiente». En lo referido al consumo, la heroína vuelve a coincidir con la cocaína en que los dos países líderes mundiales en producción de ambas sustancias no dejan de aumentar sus registros de fabricación año tras año pese a los intentos de frenar el narcotráfico en su origen, yendo a las plantaciones donde, una vez tratadas química y clandestinamente, ambas sustancias se convierten en codiciados objetos de deseo en las calles de todo el mundo.
Camiones cargados de mercancía legal son el disfraz más recurrente
La red viaria que comunica Asia con Europa, por Bulgaria, es el particular océano en el que pescar alijos de heroína procedentes de Afganistán. Una vez en Europa, la droga puede acabar en cualquier país mediante camiones que aparentemente realizan una actividad legal pero que esconden huecos con droga, como ocurrió el pasado 14 de mayo en el marco de la operación Regreso, el último gran golpe contra la venta de heroína en Galicia.
Agentes del grupo segundo de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Pontevedra requisaron 7 kilos en una furgoneta que escondía los paquetes en huecos que atravesaban el interior del salpicadero de un extremo a otro. Al desmontar el vehículo se comprobó que los responsables del alijo habían cubierto con una gruesa capa de plomo la parte que almacenaba la droga por si la furgoneta era sometida al control de un escáner. En este caso no fue necesario, ya que la investigación previa de los agentes era muy precisa. La otra gran operación del 2018 -tutelada por la Udyco y la sección 23 de la Brigada Central de Estupefacientes- contra la venta de este derivado de la amapola fue también en mayo. Se bautizó operación San José y se cerró con el decomiso de 3,5 kilos en Ferrol.