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El secretario general de Vox: «En Galicia se pretende levantar 'apartheids' lingüísticos, por eso hay que proteger el español»

Galicia

Carlos Punzón Vigo Secretario general de Vox

«El PP está en su derecho de creerse que es la única fuerza hegemónica y monolítica en Galicia. También el PSOE creía que era el único partido que podía gobernar Andalucía»

18 Jan 2019. Actualizado a las 18:39 h.

Abogado y exboina verde, Javier Ortega Smith (Madrid, 1968), secretario general de Vox, llega mañana a Galicia para impulsar la implantación de su partido en las provincias de Pontevedra y Lugo, las que le faltaban en la comunidad, y acercar más los argumentos de su controvertido credo ideológico a las inquietudes de sus potenciales votantes gallegos. De entrada reclama que se «proteja el español en Galicia, frente al apartheid lingüístico de los que quieren imponer el gallego»; que se recentralicen competencias para «igualar» los derechos de los ciudadanos en todo el Estado, y, en definitiva, que España tenga un timón único.

-¿Se tomará una mariscada en Galicia? Lo digo porque el presidente de la Xunta mantiene que poco más de Galicia conocen ustedes.

-A mi no me gusta el marisco y además, el criterio de austeridad que he establecido para los viajes del partido por toda España, aunque choque con la amabilidad de los que nos reciben en las tierras que visitamos, es que nosotros comemos el menú del día. Por lo tanto no habrá mariscada en Galicia. Pero en todo caso, conocemos Galicia como cualquier otra tierra de España, pero la ventaja de defender un proyecto de ámbito nacional es que los diagnósticos son similares y las respuestas idénticas y sin diferencias.

-Si Vox llegase al Parlamento de Galicia, ¿sus parlamentarios hablarían gallego?

-No tendrían ningún problema, pero nosotros con las lenguas no hacemos bandera política. Las basamos en un principio de libertad. La imposición de una lengua es una forma de totalitarismo y se ha defendido como una forma de diferenciación, no para proteger un patrimonio cultural o lingüístico. A ellos no les valdría que dijésemos: pues que se estudie gallego en toda España. Se inventarían otra cosa para remarcar el hecho diferencial. Hay una lengua común, que es el español que es un patrimonio de todos los españoles y que como dice la Constitución hay el deber de conocerla y el derecho a poder usarla. Y ese derecho es el que está siendo conculcado con esas imposiciones.

-En Galicia el gallego se defiende y se articula su uso por ley, no por decisiones discrecionales.

-Las leyes de normalización para nosotros son leyes de anormalización, porque no hay nada más anormal que poner trabas o prohibir la lengua común. Queremos que cualquier español, que todo el mundo que resida en Galicia tenga garantizado que puede educar a sus hijos en la lengua materna, y si es el español, la lengua común, pues hacerlo con perfecta libertad. Y segundo, que la relación con la Administración tiene que poder hacerse en ese mismo idioma. No tenemos ningún problema con el gallego, faltaría más, pues es una parte de la cultura española, pero sí tenemos un problema con cualquiera que utiliza la imposición del gallego o ponen trabas al español para defender privilegios

-Insisto, pues desde 1988 hay una ley que declara al gallego como la lengua oficial de los ayuntamientos de la comunidad, por ser principal patrimonio cultural de Galicia, por ejemplo.

-Pero no es que el español esté arrinconado en la calle pero se pretende desde las instituciones. Las leyes de normalización lingüística de la época de Manuel Fraga, que por cierto, luego fueron copiadas en Cataluña, Baleares y Valencia. van en ese sentido. Nosotros lo que decimos es que la ley lo que tiene que garantizar es el derecho a usar y conocer en plena libertad la lengua española. No puedo entender que haya jóvenes en España que no estudien perfectamente el español o la historia de España en su totalidad y eso no es incompatible con que se estudie el gallego. Pero el español no puede dejar de estar protegido su uso, es un vehículo de la unidad de España, no como los apartheid lingüísticos que, también en Galicia, se pretenden levantar, las nuevas fronteras lingüísticas de España.

-El PP gallego les ha mandado un aviso: «no hay hueco para Vox en Galicia».

-Está en su derecho de creerse que es la única fuerza hegemónica y monolítica en Galicia. También el PSOE creía que era el único partido que podía gobernar Andalucía, y gracias a los votos de Vox ha dejado de ser así después de 36 años. Nuestro proyecto es el de una España unida pero sabiendo encajar la diversidad de las distintas regiones de España en un proyecto único y unido. Tenemos mucho que decir aquí con ese proyecto vertebrador único que otras fuerzas políticas que juegan a una especie de galleguismo, de nacionalismo de bajo nivel. Vamos a defender la solidaridad entre españoles, a defender las infraestructuras, a ponerle freno a la ideología de izquierda en muchos temas, por ejemplo las llamadas memorias históricas, o la ideología de género, a defender la bajada de impuestos, a luchar contra la despoblación y envejecimiento, y o se hace todo esto desde una política global o no se resolverá. Los problemas de Galicia, los retos de Galicia tienen muchísima mejor solución y fuerza si los acometemos desde un proyecto nacional y no mirándose el ombligo desde Galicia. Galicia va a tener un futuro mucho mejor si forma parte de un proyecto nacional y no solo pensando en Galicia, Galicia y todo en Galicia y lo solucionamos en Galicia, no. Somos españoles, y por eso defendemos Galicia.

-¿Rechaza entonces por ejemplo la idea acuñada desde la derecha por Manuel Fraga de la Administración única, del autogobierno como forma de organización racional?

-La gran falacia de las comunidades autónomas es que la administración cuanto más cerca esté del ciudadano es más eficaz. Y lo único que ha hecho es convertirse en una traba entre el servicio público y los recursos. La verdadera administración cercana, la que está al lado de los españoles de a pie es la municipal, que es a la que se le han detraído recursos importantísimos. Nuestra idea de descentralización pasa por las diputaciones provinciales y el apoyo a los ayuntamientos. Si las autopistas, la educación, la sanidad se gestionan desde un ministerio nacional, que actúe con la totalidad de los recursos, con criterios de verdadera solidaridad, no habría zonas de España con autopistas fabulosas y otras con carreteras miserables; unos con AVE, otros sin un tren decente; hospitales saludables en unos sitios y otros a medio construir... Las comunidades autónomas provocan despilfarro y división entre los españoles, unos de primera, otros de segunda, de tercera... dependiendo donde te haya tocado vivir. 

-La Diputación de Pontevedra emitió esta semana una publicidad institucional abogando por ni un paso atrás en la defensa de los derechos de las mujeres y aludiendo a Vox como amenaza de las mismas. Es una respuesta a sus postulados. 

-El gran problema que están encontrando los poderes establecidos con nosotros es que creen que el discurso oficial que emiten sobre Vox es el que percibe la calle, y la verdad es que están a años luz. Quieren hacer creer que Vox está contra las mujeres, por su desprotección, cuando es justo lo contrario. En Andalucía, del 100% del presupuesto de la Junta para la atención de mujeres, el 78% se iba a regar 2.000 asociaciones de estas de feminismo radical, que viven de todo eso, y solo el 2,8% del presupuesto llegaban en ayudas directas a mujeres maltratadas. Eso es lo que les ha encabritado, que hayamos descubierto la gran mentira. Vox quiere proteger a las víctimas, a todas, no hacemos distinción de si son hombres o mujeres, niños o ancianos, ni si són homosexuales o heterosexuales. Queremos leyes más amplias y acabar con ese negocio que se ha montado alrededor de este tema. 

-Pero decir que hay gastos en organizaciones de ayuda a la mujer y que deben desaparecer es como decir que también tiene que desaparecer Cáritas, por ejemplo, cuando su trabajo es más que necesario. Hay redes de atención a las mujeres, casas de acogida de dichas organizaciones que no son capaces de cubrir por sí solas las administraciones. ¿No son injustos con su generalización?

-Yo le hablo de datos exactos. Solo llega el 2,8% a ayuda directa a las mujeres maltratadas en Andalucía, el resto se queda en sueldos, asociaciones y demás. Usted tiene razón, la sociedad civil puede hacer una gran labor, pues le pido que mire el porcentaje que gasta Cáritas en ayuda directa y lo que se queda en gastos de administración, en su caso esta segunda parte es ínfima. Claro que tiene que haber ayudas para las víctimas de la violencia intrafamiliar, y casas de acogida, y ayuda psicológica y económica incluso para los que se puedan haber quedado en la calle, pero lo que decimos es que tienen que ser gestionadas directamente por la Administración para no se quede por el camino con gente que está viviendo de ese entramado. Es lo que nos dicen muchas asociaciones de mujeres que de verdad quieren ayudar a las víctimas. Nosotros no tendremos duda en querer acabar con el maltrato en la familia, de las mujeres, de los hombres y de los niños. Una víctima es una víctima, no me hable de estadísticas.

-Déjeme que vuelva a aspectos electorales ¿Dependerán en Galicia alguna alcaldía o la misma Xunta de Vox?

-Seremos decisivos. Eso es lo que espero y confío, ese es nuestro objetivo. Tengamos el resultado que tengamos, que seamos decisivos. Las encuestas ya nos dan también diputados de Galicia en las Cortes, pero lo realmente importante no es el número, es que seamos decisivos, insisto. No negociaremos sillones, sino políticas. 

-¿Podrían entonces votar a un alcalde del PSOE?

-Pues mire usted. Si me pone ante la tesitura de que los votos de Vox sean decisivos para que fuese una persona u otra alcalde, si las políticas que defiende Vox la asume y se compromete con ellas un alcalde socialista, tendrá nuestro apoyo. No tendremos ningún problema, aunque lo que prefiero es que el alcalde sea de Vox. Entre siglas y política, lo que defenderemos serán acuerdos políticos, medidas concretas. Y a partir de entonces decidiremos si apoyamos cada iniciativa o no. No nos casaremos con nadie.  

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