La Voz de Galicia

Raúl García de Loza: «Pasé muchas noches sin dormir»

Galicia

Jorge Casanova Redacción / La Voz

Entrevista al exárbitro internacional de fútbol

29 Jan 2019. Actualizado a las 16:30 h.

Ya cumplió los 70 pero, la verdad, no lo parece. Raúl García de Loza (Lugo, 1948), que en algún momento fue el terror de los futbolistas más díscolos del fútbol español de élite, se presenta en la cafetería de Santiago donde nos citamos hecho un pincel para repasar los viejos tiempos y los no tan viejos.

-¿A qué se dedica ahora?

-Colaboro con un medio de comunicación comentando partidos. No crea que es poco, porque hay partido casi todos los días.

-Porque de su actividad profesional ya está más que jubilado...

-Hace mucho ya. Yo trabajé 38 años en Telefónica, empresa para la que no tengo más que agradecimiento porque me permitió dedicarme a lo que más me gustaba: el arbitraje.

-¿Cómo se metió a árbitro?

-Muy fácil. Yo jugaba en un equipo de A Coruña, el Maravillas. Era un equipo de barrio y, la verdad, tenía muy pocas oportunidades. Por allí paraba un árbitro que me ofreció meterme. A mí me parecía un sacrilegio, pero al final empecé a ir a unas charlas y un día me invitaron a participar como juez de línea. Y así empecé hasta llegar a ser árbitro internacional.

-Nunca se arrepintió.

-Claro que no. Si me hubiera quedado jugando al fútbol no habría conocido muchas partes de Europa a las que viajé gracias al arbitraje.

-Usted era un árbitro polémico.

-No toleraba que me dijeran nada. Si oía un comentario de algún jugador, le sacaba la tarjeta.

-¿Cuál es su mejor recuerdo?

-Cuando me dijeron que ascendía a Primera División. Me hizo más ilusión que cuando me dijeron que era internacional.

-¿Y el peor?

-Un partido Jaén-Betis de Segunda. Pité un penalti contra el Jaén en el último minuto. Nos quisieron linchar. Yo tuve que salir muchas veces escoltado por la fuerza pública desde la puerta del vestuario hasta la escalerilla del avión. Eso era muy problemático. Ahora ya no pasa.

-Cuando se equivocaba y era consciente de que se había equivocado, ¿cómo lo asimilaba?

-Pues le diré que pasé muchas noches sin dormir. Pero también que me sancionaron por admitir públicamente que me había equivocado. Un mes de sanción y otro mes sin que me pusieran ningún partido.

-¿Qué opina del VAR?

-Estoy muy a favor, aunque este último mes me entraron muchas dudas. Siempre que se pueda evitar un error, es bueno. Si nosotros hubiéramos tenido esto, habríamos sido unos fenómenos.

-¿Es más fácil arbitrar ahora?

-En Primera División, muchísimo más. El perfil de un árbitro hoy es el de un joven de 1,80 y a poder ser, rubio y de ojos azules. Nosotros íbamos con dos asistentes y hoy hay un cuarto árbitro y otro que está viendo el partido por televisión y te avisa. Mire, para un árbitro, lo más difícil es el penalti en los últimos minutos y la expulsión del jugador local. Si te descargan de esa situación, es todo mucho más fácil.

-Y hoy se gana más.

-Un árbitro de Primera gana 280.000 euros al año. Y le voy a contar una anécdota: una vez, después de un Real Madrid-Barcelona, al llegar a A Coruña tuvimos que poner dinero de nuestro bolsillo.

-¿De qué equipo es usted?

-Del Deportivo de A Coruña.

-Porque todos los árbitros son de algún equipo...

-Me imagino que sí.

-¿Cuál fue el jugador más díscolo al que tuvo que arbitrar?

-Le diré tres: Juanito, Stoichkov y Hugo Sánchez. Y ya ve que no dudo. También había otros que eran auténticos caballeros como Butragueño, Santillana o Guardiola.

-¿Y el mejor futbolista que ha visto jugar?

-Maradona. Era un fenómeno, una maravilla.

-El mejor árbitro.

-Guruceta Muro.

-Y el mejor futbolista gallego.

-Amancio Amaro. En la actualidad, Iago Aspas.

-Defínase en cuatro palabras.

-Soy amigo de mis amigos, honrado, fiel y de derechas.

-¿Cómo es que vive en Santiago?

-Por el empleo de mi mujer, que es bastante más joven que yo. Es que me casé algo tarde, cuando dejé el arbitraje. Pero llevo a A Coruña en el corazón.

-¿Cocina algo?

-Ahí sí que no. Pero soy muy limpio y ayudo en las tareas de casa. Tampoco soy muy exigente para comer. Soy de sota, caballo y rey.

-¿Qué aficiones tiene?

-Hago una vida muy sana. Juego al tenis todos los viernes, corro cada dos días y los domingos juego al pádel. Soy muy metódico.

-¿Tiene un lugar favorito?

-Sí, una casa en Sanxenxo en la que paso mes y medio en verano.

-¿De qué se arrepiente?

-Hum... Quizás de no haber tenido más familia [tiene un hijo de 17 años], pero es algo que tampoco me pesa.

-Dígame una canción.

-Cualquiera de Julio Iglesias.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Ser honrado con uno mismo y también con los demás. Y ser feliz con lo que tienes, que hay mucha gente con mucho dinero que no lo es.

 


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