Begoña Fernández, exbalonmanista olímpica: «Los pacientes aún me reconocen»
Galicia
Auxiliar de enfermería, segunda entrenadora, madre... El día no tiene horas suficientes para todo lo que hace ahora la que fuera capitana de las Guerreras que lograron el bronce en los Juegos de Londres
28 Feb 2019. Actualizado a las 05:00 h.
Si tiene que acudir al hospital en Vigo y le atiende una auxiliar de enfermería de metro ochenta e indomable melena leonina bajo el gorro, sospeche. Es muy posible que esté tratando con una de las mejores pívot del balonmano europeo. Begoña Fernández (Vigo, 1980) dejó las canchas en el 2015, con un bronce olímpico al cuello y la espinita de no haber logrado una Champions. En menos de cuatro años su vida ha dado un giro copernicano. «Echando la vista atrás me doy cuenta de que fueron muchos cambios bruscos en un espacio muy corto de tiempo. Me lesioné, me retiré, y de repente estaba embarazada, la Federación estaba llamándome para ser embajadora del balonmano, el Sergas para empezar a trabajar... y yo no sabía ni por dónde me daba el aire», cuenta con los nervios y la risa asomándole en la voz.
Me preocupaba mucho el tema laboral al retirarme, no todo el mundo te abre las puertas»
Hoy se considera muy afortunada, pero lo cierto es que fue ella misma quien sembró las semillas de su nueva vida, al compaginar la competición de élite con estudios de auxiliar de enfermería y técnico de laboratorio. «Me preocupaba mucho el tema laboral porque al final los deportistas estamos en una situación complicada. Te retiras con 35-36 años sin ningún tipo de experiencia laboral y no todo el mundo te abre sus puertas. Esa situación me daba un poco de miedo por eso siempre les insisto a las más jóvenes: hay que estudiar y enfocar tu futuro». Ella se lo ha tomado en serio y el año próximo espera cumplir su sueño de estudiar Enfermería. De momento ejerce como auxiliar y se sorprende cuando los pacientes la reconocen bajo el uniforme: «¡Me da una vergüenza! Pero también es gratificante cuando alguien que está ingresado te ve y se lleva una alegría, te cuenta que seguía a las guerreras y notas que le hace ilusión».
¿Ha dejado de lado el balonmano? «Imposible. El balonmano es mi vida», contesta rotunda. Ahora lo vive desde el banquillo ya que ejerce de segunda entrenadora en el UB Lavadores. El gusanillo parece haberse transmitido a su hijo. «Aún no sabe muy bien en qué consiste pero sabe que quiere jugar a manomano como sus papis y a mí me encanta que venga a ver partidos y viva el ambiente del deporte», explica orgullosa. El peque es a día de hoy quien se encarga de mantenerla en forma porque en su apretada agenda no hay tiempo para el ejercicio físico. «No he vuelto a hacer deporte, la verdad es que no me estoy cuidando nada ¡me faltan horas! Alguna vez estoy tentada de hacer algún circuito con las chicas del equipo pero las veo a ellas tan en forma y yo en tan mala que me digo: esa preparación la tengo que hacer en solitario o me muero de vergüenza», dice entre carcajadas. Y es que su día a día es ahora más agotador que el deporte de élite.
FUI
Capitana de las Guerreras, la selección española de balonmano que logró el bronce olímpico en Londres
SOY
Auxiliar de enfermería en el Sergas y madre de un niño