Feijoo recoloca al último de los exconselleiros que fracasó en las locales
Galicia
La vida de los 11 exconselleiros de Feijoo
El concejal de Santiago Agustín Hernández presidirá el Consello Económico e Social
22 Sep 2019. Actualizado a las 21:01 h.
Feijoo vuelve a mover el circuito interno del PPdeG para cubrir uno de los cargos autonómicos más destacados, la presidencia del Consello Económico e Social (CES). El Gobierno gallego propondrá al concejal y portavoz en el Concello de Santiago, Agustín Hernández (Madrid, 1961), para sustituir a Corina Porro, a la que Feijoo le encomendó la delegación de la Xunta en Vigo poco después de que se hiciese cargo de la gestora de la agrupación local. Hernández, ingeniero y funcionario autonómico, tuvo cargos de segundo nivel en la Administración de Manuel Fraga y fue nombrado conselleiro de Medio Ambiente e Infraestruturas con Feijoo, que le pidió en el 2014 que tomara las riendas del Concello de Santiago tras la delicada situación generada por los exalcaldes Gerardo Conde Roa y Ángel Currás, que protagonizaron casos judicializados que provocaron una una cascada de dimisiones.
Hernández fue regidor de la capital gallega durante casi un año, pero en las urnas pagó las consecuencias del errático mandato con unos resultados que fueron calificados como aceptables para la dirección gallega, que asumió el la responsabilidad de perder la alcaldía tras casi tres décadas de gobiernos socialistas. En las pasadas elecciones de mayo, Hernández mantuvo a los populares como segunda fuerza, pero agotó su crédito en el ámbito municipal al quedarse muy lejos de la mayoría absoluta que necesitaría para recuperar el bastón de mando. Su salida de la política local era cuestión de tiempo.
El nombramiento requiere una comparecencia del candidato propuesto ante el Parlamento de Galicia, donde el portavoz del grupo mayoritario Pedro Puy ya avaló la capacidad del exconselleiro: «Non teño máis que boas palabras», dijo de su compañero en la agrupación compostelana del PP, que será dirigida por una gestora hasta que se celebre un congreso local del que saldrá una nueva presidencia de cuatro años que suele coincidir con el cabeza de cartel electoral.
Feijoo, que en diez años ya tiene tantos conselleiros en nómina como exconselleiros -once- completa así las salidas de los líderes locales que procedían de su Gobierno y que se quedaron lejos de sus objetivos. De alguna forma, el presidente ya adelantó la misma noche electoral que en Vigo, Ourense y Santiago habría cambios. Los puestos de senadores por designación autonómica desbloquearon las dos primeras ciudades -Elena Muñoz y Jesús Vázquez- y, en cadena, el regreso de Porro dejó libre este puesto del CES, que cuenta con una remuneración superior a la de los conselleiros, más de 70.000 euros.
Beatriz Mato y José Manuel Rey partieron hacia A Coruña y Ferrol y solo consiguieron ser líderes de la oposición, pero al menos durante los próximos trece meses mantendrán su sueldo de diputados en O Hórreo. Las exconselleiras de Sanidade Pilar Farjas y Rocío Mosquera ya tenían sus puestos en el Sergas, donde continuaron como directivas en distintas áreas -la primera ya se jubiló-, mientras que Roberto Varela y Samuel Juárez han continuado sus carreras vinculadas a la diplomacia en las embajadas de Francia y China, en los ámbitos de la cultura y el medio rural, respectivamente. Varela, que no estaba afiliado al PP, ya había cultivado anteriormente su proyección internacional, al igual que Juárez, que también es exdelegado del Gobierno y que ejerció en puestos similares en Estados Unidos antes de meterse de lleno en la política gallega.
Marta Fernández Currás, que es inspectora de Hacienda de profesión, podría tener un sueldo público, pero tras pasar por la Xunta y el Gobierno pidió una excedencia para ejercer como consultora de firmas internacionales. El vigués Javier Guerra hizo el recorrido inverso al de sus excompañeros: dio el salto a la Xunta tras participar en la política local, y regresó a sus negocios privados tras tres años y medio como conselleiro.