Los narcosubmarinos en Galicia: del de acero localizado en 2006 al de fibra de 20 metros localizado ahora

El uso de narcosubmarinos para mover alijos de coca solo está a la altura de las grandes organizaciones. Es decir: con el dinero necesario para fabricarlos. Ocurre generalmente en Colombia, aunque dicha técnica también se estila en Brasil. También por el mar Caribe en dirección a Estados Unidos, o por la costa del Pacífico. Todo es posible si las ganancias son lo cuantiosas que se esperan.

En el caso del artefacto localizado este domingo en la costa gallega habrá que esperar a su inspección para saber si aporta algún dato relevante sobre el origen. Hay indicios para creer que se fabricó en la Guyana, aunque luego zarparía a Europa desde Colombia. También se cree que su construcción es artesanal, por lo que cruzar el Atlántico, en una travesía tan larga, implica un alto riesgo.

La investigación cree igualmente que los receptores, ya en España, pertenecen a organizaciones igual de fuertes que las de los remitentes.

En Galicia existe un precedente muy sonado. Ocurrió en noviembre del 2006, en Vigo. La diferencia es que en aquella ocasión, el pequeño sumergible, similar a un submarino, fue hallado por una patrullera de la Guardia Civil en las proximidades de Punta Borneira (en la boca norte de la ría viguesa). La embarcación fue remolcada hasta las instalaciones de la antigua Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada (ETEA) de Vigo para ser inspeccionada por agentes de los servicios antidroga y, posteriormente, a unos astilleros de Moaña.

En su interior no se encontraron restos de droga, aunque, desde el principio, la principal hipótesis contemplaba que el sumergible perteneciera a las redes del narcotráfico. Y es que, aunque era la primera vez que aparecía una embarcación de estas características en la costa española, sí se sabía entonces de antecedentes en las costas americanas, una novedosa técnica utilizada por algunos carteles para intentar burlar los radares de los servicios de guardacostas.

Ya en Galicia, el río lleva sonando años. No tanto como un método que se utiliza en la actualidad, pero sí hace una década aproximadamente. La metodología se atribuyó entonces también a las organizaciones más potentes del momento en las Rías Baixas y en España. Las mismas que nunca cayeron y que podrían ser las que esperaban la mercancía interceptada ayer. Pero, más allá de la identidad de los dueños, lo que revela este nuevo episodio es que la realidad del narcotráfico siempre supera a la ficción.