La Voz de Galicia

¿Caballos de Troya en las listas del PPdeG?

Galicia

Gonzalo Bareño

Casado no se juega nada coaligándose en Euskadi o Cataluña con Cs, pero Feijoo sí asume riesgos aunque conserve las siglas

24 Feb 2020. Actualizado a las 10:13 h.

Viendo lo mal que ha gestionado el PP el proceso para formar una coalición con Ciudadanos en el País Vasco, que se ha cobrado la cabeza de Alfonso Alonso, es difícil saber si cuando Núñez Feijoo tomó la decisión de adelantar las elecciones gallegas para hacerlas coincidir con las vascas tuvo en cuenta esa variable. El presidente de la Xunta compartió la decisión del lehendakari Iñigo Urkullu de alejar lo más posible los comicios autonómicos de la inminente pero imprevisible convocatoria de las catalanas y de su tóxica campaña electoral, que todo lo contaminará. Pero lo que probablemente no calculó es que el empeño de Pablo Casado en formar una coalición con Ciudadanos en el País Vasco y Cataluña como maniobra previa a la absorción de los naranjas en las generales podría acabar afectando tanto a Galicia.

Por más que el foco esté puesto ahora en el País Vasco, con una crisis sin precedentes en la organización territorial, la designación de Iturgaiz tras la salida de Alfonso Alonso será irrelevante, como lo será en Cataluña sea quien sea el candidato, porque ni juntos ni separados van a ser PP y Cs decisivos en el País Vasco, donde el PNV ganará cómodamente pudiendo incluso escoger socios. Y en Cataluña, el derrumbe naranja, con o sin el PP, solo deja la duda de si habrá un Gobierno de coalición independentista o uno transversal entre ERC, PSC y los Comunes. Ni en Euskadi ni en Cataluña se juega nada el PP pactando con Cs. Pero sí en Galicia.

Obviamente, Feijoo ha rechazado renunciar a las siglas del PPdeG. Que alguien que logró tres veces la mayoría absoluta con esa marca la abandonara para sumar a un partido que no tiene un solo diputado en Galicia sería no solo una extravagancia, sino una irresponsabilidad. Pero la alternativa que ofrece Feijoo, entre las presiones externas y su propia generosidad con el PP, tampoco es inocua. Integrar a algún candidato de Ciudadanos en las listas populares en un puesto con posibilidad de acta, aunque sea remota y con las siglas del PPdeG, es también una operación de riesgo. Imaginemos, y no es muy difícil hacerlo, que las cuentas no salen como está previsto. Que el PPdeG lograra mayoría absoluta por un escaño. Y que entre los elegidos estuviera un miembro de Cs. El poder de ese diputado, que seguiría siendo naranja aunque se presente bajo el paraguas de los populares, sería enorme.

No hay forma legal de garantizar que vote siempre junto al PPdeG. Ni de forzarle a renunciar a su escaño. Si el experimento de absorber a Cs fracasa, en sus manos estaría el voto decisivo en una hipotética moción de censura contra Feijoo; condicionar los Presupuestos; jugar con ese voto para que Cs haga exigencias en otros territorios o marcar distancias cuando se acerquen las generales si no hay lista de España Suma. Hemos visto otros casos. El diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo fue decisivo para aprobar los Presupuestos de Rajoy pese a presentarse en coalición con el PSOE. Como el Bartleby de Melville, Feijoo preferiría no hacerlo. Pero asume el riesgo de meter un caballo de Troya en las listas del PPdeG para no perjudicar a Casado, aunque el coste pueda ser grande si el 5A el diputado decisivo es de Cs.

El portazo del líder del PP deja al Gobierno atado a ERC

El portazo de Pablo Casado a Pedro Sánchez el pasado lunes es el adiós a cualquier posibilidad de acuerdos transversales y de que el PP dé al Gobierno un mínimo de estabilidad en el Congreso. Sánchez se ata así durante toda la legislatura a ERC. Para aprobar cada ley, incluidos los Presupuestos, tendrá que transformar la abstención de los 13 diputados independentistas en la investidura en un voto a favor para alcanzar los 176 escaños. Una situación que refuerza a los independentistas catalanes en la mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat, de cuyos avances depende ahora que Sánchez agote la legislatura. ERC ya ha avisado de que solo habrá Presupuestos «si la mesa funciona».

Vox explota las críticas de Álvarez de Toledo a Feijoo

La solidaridad que ha mostrado Alberto Núñez Feijoo con Alfonso Alonso en un momento en el que el líder de los populares vacos estaba siendo ya acosado por la propia dirección de PP se entiende si se tienen en cuenta los antecedentes. Como Alonso, Feijoo ha visto como sus más críticos en el partido han acabado ascendiendo a la cúpula del PP. Ahí está el caso de Cayetana Álvarez de Toledo, que acusó a los populares vascos de ser «tibios» con el nacionalismo, pero que en su día fue incluso más lejos en su crítica a Feijoo, al que acusó directamente de ser nacionalista, de carecer de convicciones y de «objetivos nacionales» Un argumento que es el que ahora está explotando Vox para cuestionar a Feijoo.

El trato de Sánchez a Iglesias desconcierta al PSOE

El desconcierto es considerable en el PSOE con el trato que Pedro Sánchez está ofreciendo a Pablo Iglesias en el Gobierno de coalición. Ha pasado de decir que, al igual que un 95 % de españoles, no dormiría con ministros de Unidas Podemos en el Gobierno, a integrar al líder de Podemos en la comisión que controla el CNI y conoce los secretos de Estado. Sánchez ha decidido que la mejor forma de ganarse la lealtad de Iglesias es integrarlo en las mayores responsabilidades de Estado, para lo bueno y lo malo. Algo que no comparten todos en el PSOE ni en el Gobierno, donde la titular de Defensa, Margarita Robles, que será quien controle esa comisión en ausencia de Carmen Calvo, no sale de su asombro.

 


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