Feijoo eleva el tono contra la deriva de la líder «máis radical» del BNG y sus socios políticos
Galicia
Pontón replica acusando al presidente de la Xunta de «enlodar» el debate practicando el «trumpismo»
24 Feb 2021. Actualizado a las 23:20 h.
Cada vez que el BNG se retrata en algún acto junto a sus socios de EH Bildu o Esquerra Republicana, al presidente de la Xunta le suena una alarma. Así que la escena vivida este martes, con el diputado del Bloque en el Congreso, Néstor Rego, compareciendo junto a otros cinco partidos independentistas para proclamar que su objetivo es acabar con lo que denominan «régimen del 78», no pasó desapercibida para Alberto Núñez Feijoo, que la blandió como un arma arrojadiza contra la líder del BNG, Ana Pontón. No solo la acusó de dirigir el BNG «máis radical» de la historia, sino que la emplazó «a rachar dunha vez» con fuerzas que no condenan el terrorismo, imputaciones que Pontón vinculó con una campaña del PP para «enlodar» el debate político.
La participación virtual de Ana Pontón en un acto electoral de ERC en el que estaban Arnaldo Otegi y Oriol Junqueras fue, hace quince días, lo que marcó la sesión parlamentaria de control al presidente de la Xunta. Y esta deriva que el PP aprecia en el BNG contaba ahora con nuevos ingredientes, como la negativa de los nacionalistas gallegos a suscribir en el Parlamento gallego una declaración institucional de condena de la violencia callejera en Cataluña o el manifiesto por la ruptura democrática, que el BNG refrendó ayer con partidos secesionistas de Cataluña y el País Vasco.
La portavoz nacional del Bloque llegó este miércoles a la Cámara con el documento debajo del brazo, la propuesta para captar fondos europeos de reactivación económica, pero en su primera intervención lanzó un ataque preventivo contra el líder del PPdeG por lo que pudiera caerle después encima. Acusó a Feijoo de estar solo interesado en «enlodar o debate» para no hablar de los problemas reales, de estar instalado en una realidad paralela en la que «sóbralle o Parlamento», dijo, y que si por él fuera «gustaríalle pechalo».
«Descarado, lamentable e bochornoso». Así valoró Feijoo que el BNG acuse al PP de querer cerrar la Cámara cuando este 23F suscribió un manifiesto con otras fuerzas independentistas contrario a la democracia constitucional. El dirigente popular elevó más el tono para reprochar que en el Bloque tildaran de «réxime» la democracia del 78, y advirtió a Pontón que ni Xosé Manuel Beiras ni Anxo Quintana, sus predecesores en el cargo, había llegado tan lejos con sus posicionamientos ideológicos. «O BNG máis radical da historia de Galicia é o que vostede encabeza», esgrimió.
También Pontón añadió carga semántica a su réplica, al arremeter contra un Feijoo al que equiparó con Donald Trump. «Vostede fai sempre trumpismo político», le soltó, para «difamar» y embarrar el debate. Acto seguido, se movió de su escaño para aproximarse al asiento que ocupa el presidente de la Xunta, como marcándose un Beiras, pero no con intención de golpear la mesa de Feijoo, sino con ánimo de entregarle un documento. Eso sí, entretanto Miguel Santalices, muy alertado, llamaba sin éxito a Pontón al orden y advertía que de nada sirve tener todo el hemiciclo delimitado con mamparas si después los diputados no se cumple con las reglas del distanciamiento social.
«Estou encantado de que veña a este escano», replicó irónico Feijoo, y sobre todo que no sea «para petar nel», como otros nacionalistas, en alusión directa a Beiras. Y enseguida volvió a su duelo dialéctico con el BNG, poniéndole deberes a Pontón: «Debería vostede rachar dunha vez con eses partidos que nin sequera condenan o terrorismo», propuso. «Fágao», insistió. «E se non lle deixan, non importa», porque en asuntos de este calado —concluyó— es mejor «disentir».
Polémico manifiesto del Bloque y sus socios, que tilda el 23F de «operación de Estado», y la democracia, de «réxime»
El tenso careo que Núñez Feijoo y Ana Pontón mantuvieron en el Parlamento gallego tiene mucho que ver con el manifiesto firmado en Madrid por el BNG y otras cinco fuerzas (EH Bildu, Esquerra Republicana, Junts, la CUP y el PDECat), en el que tildan el 23F de «operación de Estado» que blindó los pilares y valores «do réxime establecido na mal chamada transición democrática española coa figura do rei e o Exército como os seus maiores garantes».
El documento de cuatro párrafos, que no suscribieron ni el PNV ni Compromís, prosigue que los valores blindados tras el 23F son «antidemocráticos», pues de ellos nacen «a represión, a desigualdade, a inxustiza, a corrupción, a conculcación de dereitos e o recorte de liberdades que se manteñen ata o día de hoxe».
La democracia parlamentaria española es, para las fuerzas firmantes del manifiesto, el «réxime do 78», y advierten que mientras en España «non se recoñeza o dereito á autodeterminación e continúe habendo presos políticos, exiliados e represión» ni existirá normalidad democrática ni este país «poderá ser considerado unha democracia plena».
También hace una referencia a los disturbios y los actos violentos registrados en los últimos días tras la detención del rapero Pablo Hasél. Dice el documento que «o descontento social e a protesta» es la respuesta ciudadana a las «taras democráticas que o Estado español leva décadas arrastrando».
Y concluye el manifiesto presentado públicamente en el Congreso que las seis fuerzas que suscriben el texto se reafirman en la idea de que «unha democratización real só será posíbel desde a ruptura coa herdanza, os privilexios, bases e valores que representa o réxime do 78».
Por esa misma razón, el BNG y sus socios reivindican el compromiso de «seguir traballando para alcanzar solucións baseadas no respecto á vontade popular, a liberdade e a democracia no camiño cara á construción de repúblicas libres, independentes, soberanas e xustas».