La Voz de Galicia

Hugo Vázquez Veiga: «Tenemos los pies de barro»

Galicia

ignacio carballo Jefe de Dermatología del CHUS

El jefe de Dermatología del CHUS acaba de reincorporarse a su puesto tras haber estado ingresado cuatro meses por covid-19, dos de ellos en la uci

27 Jul 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Hugo Vázquez Veiga, de 67 años, tuvo en vilo, literalmente, a media sociedad compostelana durante los cuatro meses, dos de ellos en la uci, que estuvo ingresado en el Hospital Clínico por covid, con neumonía bilateral. Ahora está recuperando la vida que se le interrumpió y que estuvo a punto de perder. Acaba de reincorporarse a la jefatura de servicio de Dermatología del CHUS y a su consulta. El prestigioso dermatólogo vuelve agradecido: «Es muy especial lo que yo he sentido. La gente dice ‘‘hemos pensado en ti’’, y yo me sentí muy cargado de fuerza cuando abría los ojos. Hay algo».

-¿Cómo recuerda su paso por la uci?

-Cuando te dicen que te bajan a la uci, como médico entiendes perfectamente lo que está pasando, que estamos llegando a una situación difícil de superar. Por tanto, todos los miedos y todas las preocupaciones del mundo. A partir de ahí, te dejas hacer por tus compañeros, que son inmejorables. Seguimos teniendo una sanidad de una calidad enorme, pese a lo que se quiera decir, tanto en personas como en medios.

-La pandemia lo demuestra.

-Está claro que sí.

-¿Era usted consciente?

-Se abre un paréntesis en el que la consciencia no está en ti. Pero ese período se pasa. Sigues respirando, viendo y entendiendo, y eso es una gran satisfacción, pero te das cuenta de que tu cuerpo, tras más de dos meses en la uci, no es el mismo.

-¿Recuerda algo bueno, si es que puede haberlo?

-Sí, alguna visita, alguien que te hablaba al oído, algunos compañeros que conocía, que me decían que eran ellos, el jefe de la uci diciéndome que ahora ya está todo bien, ahora vas a salir, ya verás…

-Pese a que los médicos conviven diariamente con el dolor, con el sufrimiento, con la muerte, les costará verse de ese lado.

-Sí, pero cuando decidimos que un paciente vaya a la uci es que tiene muchas posibilidades de salir en la uci; no tiene ninguna posibilidad en otro sitio y realmente sí que te pones un poco en su lugar. Dices: quiero que ingrese en la uci porque quiero que al menos tenga una oportunidad de sobrevivir.

-Y cuando por fin salió, tuvo que aprender de nuevo a moverse.

-Sí, hay que aprender a levantarse, a andar, a sentarse.

-Y hay que seguir luchando.

-Eso hay que tenerlo muy claro, y lo tuve desde el primer momento. Siempre dije sí a todo. Tienes que ayudar y se puede salir. Que cuesta mucho, sí; que el camino es largo, sí, pero se sale. Lo importante es poder integrarnos a la vida.

-¿Ahora se ve la vida de otra manera o eso es un tópico?

-Sí se ve de otra manera. Eres más consciente de tus limitaciones, de los pies de barro que tenemos en nuestra actividad diaria, ves que la enfermedad va contigo también, que no estás libre de ella… Estás deseando ver a tu familia.

-Como sociedad, ¿habremos aprendido algo de la pandemia?

-Deberíamos haber aprendido, pero no lo creo. Pensábamos que teníamos las enfermedades infecciosas más o menos controladas y nos encontramos con algo que nos desbordó completamente. Y también nos enseñó a los médicos lo que ya sabemos, que cada día tenemos que estudiar y prepararnos más. Y, a la sociedad, que por muy buena que sea la sanidad, hay que seguir invirtiendo en ella y apostando por ella.

-¿Qué piensa cuando ve esos desmadres que desafían a la enfermedad?

-Son actitudes que no entiendes. Los dermatólogos estamos muy acostumbrados a que no se nos entienda. Llevamos toda la vida luchando para que la gente no se queme con el sol, que no consuma luz ultravioleta porque produce cáncer de piel, produce melanoma y el melanoma mata. Pero seguimos viendo cada día más melanomas.

-Tenemos demasiada prisa por broncearnos.

-Sí. Tenemos la playa llena al mediodía. Lo mismo está pasando con el covid, no tenemos conciencia de lo que podemos estar haciendo. Nadie está libre. La libertad hay que respetarla, pero que no tenga una carga para otras personas, porque cuando tú enfermas, enferma mucha gente a tu lado, porque sufren. Si podemos evitar el cáncer de pulmón, dejemos de fumar; si podemos evitar el melanoma, dejemos de consumir exageradamente luz ultravioleta.

-Por la piel nos relacionamos con el mundo, con los afectos, y, sin embargo, la maltratamos.

-Sin duda alguna. Es el órgano más grande y el que se lleva la peor parte. De todas formas, la piel aguanta mucho, tiene una capacidad de regeneración alta. Y pese a todo lo que hacemos, se defiende bastante bien.

-¿Un cuerpo tatuado es una obra de arte o una agresión?

-Es una agresión a la piel, aunque tenga su arte hacerla.

-Y tanto hidrogel tampoco puede ser bueno.

-No. Un buen lavado con un jabón suave es igual de desinfectante como puede ser un hidrogel. Pero es mejor el hidrogel que no hacer nada.


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