Hacer el Camino de Santiago en invierno: consejos, ventajas e inconvenientes
Galicia
Peregrinos experimentados dan sus trucos sobre la ropa, la mochila o cómo organizar las etapas
31 Jan 2022. Actualizado a las 22:43 h.
Ver la nieve sobre las pallozas de O Cebreiro, disfrutar del espectáculo de los ríos, atravesar bosques desnudos donde solo se escucha el silencio... Son algunas de las experiencias que ofrece el Camino de Santiago en invierno. Ponerse las botas y echarse a andar en los meses más fríos del año puede suponer un reto, pero hay peregrinos que eligen esta época para vivir una versión diferente de las rutas jacobeas. ¿Cuáles son sus recomendaciones?
«Todo depende da ruta que escollas», cuenta Cristina García, que hizo el Camino en las cuatro estaciones. «Se escolles o Camiño Francés, o Primitivo, do Inverno ou a Vía da Prata, que son rutas de interior, vas a notar máis diferencia de temperatura. Se escolles un camiño da costa, como o Inglés, o Portugués ou incluso o de Fisterra e Muxía, as temperaturas son máis suaves», explica.
Qué ruta elegir
Ramiro Oliveira probó todas las rutas, menos la marítima, y recomienda optar por los itinerarios costeros. «Lluvia te puedes encontrar en todos los Caminos y en cualquier estación, pero el Portugués tiene más servicios, temperaturas agradables y llueve menos en el sur de Pontevedra que a medida que nos acercamos a Santiago», explica. Y sabe de lo que habla. Trabajó en varios alojamientos compostelanos, por lo que lleva toda la vida en contacto con peregrinos. Algo que lo llevó a crear una web sobre las rutas jacobeas, donde ofrece consejos.
«El Camino de Invierno, que evita las nieves de O Cebreiro viniendo por la zona norte de la provincia de Ourense, es otro de los típicamente recomendados para esta época. Dependiendo del mes que se escoja hay menos servicios, pero planificándolo bien hay alojamiento de sobra», añade.
Cómo organizar las etapas
La organización es una de las bases para hacer el Camino de Santiago en cualquier época, pero en invierno este paso gana importancia. «A partir del puente del Pilar muchos alojamientos cierran, por lo que recomiendo reservar con antelación para no llevarse sorpresas. No es una época para ir a la aventura», cuenta Ramiro.
Otro de los hándicaps de peregrinar en estos meses son las horas de luz. «No hay que correr ni levantarse a las cinco de la mañana para conseguir sitio en el albergue. No es problema llegar al final de etapa, sino lo que haces después. Si quieres visitar sitios, vas totalmente de noche», explica el compostelano.
Cristina tiene la solución al problema: «Comezo a camilar moi cedo para chegar ao final de etapa con horas de luz e, se fose necesario, acortaría as etapas. En vez de facer 28 quilómetros nun día, os dividiría en dous». La mayor parte de las rutas cuentan con alojamientos en varios puntos de cada etapa, así que dormir no sería un problema. «Eu de noite non ando porque quero ir vendo o Camiño e os sitios polos que paso. Prefiro facer menos quilómetros en máis días que máis quilómetros en menos días», añade. En cualquier caso, si cae la noche, es importante llevar una linterna al estilo minero, de las que se llevan en la cabeza, explica.
Cómo hacer la mochila
El equipamiento necesario para salir a la aventura jacobea en invierno es otro de los puntos fundamentales de la planificación. «Cada persona tiene una forma de hacer el Camino. Yo soy de llevar poca ropa, un par de mudas. Llevo la mochila muy ligera porque sé que el peso que se acumula y los dolores de espalda pueden suponer un problema y no dejarte disfrutar de la experiencia. Considero que es muy importante olvidarse de los por si acaso, hay sitios para comprar lo que necesites», explica Ramiro.
Se recomienda que el peso de la mochila no supere un 10% del peso de la persona. Por eso, Cristina ofrece un consejo para evitar cargar con mucho equipaje: «A maioría dos albergues públicos teñen para lavar e secar a roupa. Eu o que faría é planificar onde me vou aloxar e se teñen eses servizos dispoñibles porque aforras moito peso na mochila».
Qué ropa llevar
Pero, ¿qué ropa se debe llevar? «Depende mucho de cada uno. A mí me gusta llevar pantalón corto desde primera hora de la mañana y un cortavientos con forro polar de cremallera para poder regularlo en función del frío que tenga. También es buena idea llevar un pantalón desmontable para pasar del largo al corto cuando se entra en calor», cuenta Ramiro.
La mejor opción, según los experimentados peregrinos, es optar por ropa técnica que permita la transpiración y, si se lleva abrigo, que sea ligero. Al chubasquero, «necesario en cualquier época del año», se le puede añadir un paraguas pequeño. Ambos recomiendan también una braga para el cuello. «Levaría guantes e gorro se fixese unha ruta de interior», matiza Cristina. Sobre la necesidad de llevar crema solar, cree que no está de más, pero considera más importante llevar un labial para proteger los labios del frío.
El calzado debe ser impermeable y estar usado para evitar hacerse daño en los pies. Aunque en verano puede ser recomendable utilizar zapatillas o sandalias de trekking, que permiten una mayor transpiración, en invierno es mejor optar por botas de montaña. «Antes de empezar a camiñar, é bo untar ven os pés en vaselina e logo poñer os calcetíns. Hai que procurar que estean sempre secos e levar varios pares para ir cambiando ao longo da etapa», recomienda Cristina.
Una experiencia diferente
Pero la mayor recomendación es, sin duda, animarse a peregrinar también en invierno. «Esta é unha época marabillosa para facer o Camiño. Apenas hai xente, ves outro tipo de paisaxe e podes desfrutar da gastronomía típica destes meses. Un bo caldo de navizas ou de grelos, por exemplo. Agora que imos entrar no entroido seguramente en moitos sitios se poden comer filloas, orellas, roscas...», resume Cristina. «O trazado é sempre o mesmo, pero dependendo en que estación o fagas vas atoparte un Camiño diferente», añade.
Los cambios en el paisaje es una de las razones que lleva a ambos expertos a recomendar peregrinar en todas las estaciones. Pero, si tuvieran que quedarse con una ventaja del invierno, sería que hay menos gente. «Se puede hacer un Camino más interior, dentro de uno mismo», explica Ramiro, que cree que «hay un Camino para todos, en cualquier época del año».