La Guardia Civil eleva la presión sobre los peatones que no utilizan chaleco
Galicia
Impuso 140 denuncias en el 2021 y anuncia más vigilancia ante los atropellos. Las multas por no llevar la prenda reflectante son de ochenta euros
07 Feb 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Son los usuarios más vulnerables de la carretera, y en caso de accidente llevan siempre la peor parte. Los peatones son una gran preocupación para los responsables de la seguridad vial en todas las carreteras de España, pero de manera especial en las de Galicia. No es para menos. La dispersión poblacional y el entramado de carreteras, pistas vecinales y caminos complican la seguridad vial en Galicia. Lo ratifican los datos de siniestralidad de la Dirección General de Tráfico. El pasado enero murieron 11 peatones en el conjunto de España, y 2 de esos atropellos mortales ocurrieron en carreteras gallegas. Hubo incluso un tercer fallecido en las afueras de Vigo, que la DGT no contabilizó en su balance provisional porque se produjo en demarcación de la Policía Local y ese registro inicial solo recoge accidentes mortales en vías interurbanas.
Los atropellos siguen siendo, por tanto, uno de los mayores problemas para el tráfico en Galicia. El año pasado murieron 78 personas en accidentes en la red viaria gallega y 12 eran peatones. No son las cifras del 2005, cuando morían 50 peatones en la comunidad, pero son siniestros que preocupan mucho porque en la mayoría de los casos se consideran evitables tomando unas medidas básicas de prevención. La primera es que el peatón se haga ver. Es la parte más débil, y en un atropello en carretera hay muchas posibilidades de que fallezca o sufra lesiones muy graves. Lo recordaba hace unos días la coordinadora de la DGT en Galicia, María Victoria Gómez Dobarro, al recomendar a los peatones «la necesidad de hacerse ver en la carretera» para que el conductor pueda tomar las decisiones correctas a tiempo. De ahí la importancia de usar un chaleco o cualquier otra prenda reflectante. Además de recomendable, hacerse visible es obligatorio en circunstancias de poca visibilidad. Lo recuerda Héctor Teixeira, guardia civil del Sector de Tráfico de Galicia, al señalar que de noche (o de día, en condiciones de poca visibilidad), es siempre obligatorio que los peatones lleven una prenda reflectante. El artículo 123 del Reglamento General de Circulación indica que en vías interurbanas, «entre el ocaso y la salida del sol, o en condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan sensiblemente la visibilidad, todo peatón, cuando circule por la calzada o el arcén, deberá ir provisto de un elemento luminoso o retrorreflectante homologado», de forma que sea visible a una distancia mínima de 150 metros para los conductores que se aproximan.
80 euros de multa
El incumplimiento de esa norma supone una multa de 80 euros, y la Guardia Civil de Tráfico de Galicia advierte que denunciará a los peatones, en especial a los que reincidan, que no utilicen el chaleco cuando es obligatorio. El agente Teixeira asegura que hay demasiados incumplimientos, «con el riesgo que supone para la persona que va caminando». Y apunta casos en los que los propios guardias civiles entregan chalecos a peatones que se encuentran en la carretera y, sin embargo, al día siguiente los vuelven a ver en el mismo sitio pero sin el chaleco.
El año pasado, la Guardia Civil denunció en Galicia a unos 140 peatones por no llevar prendas reflectantes a las horas obligatorias. También fueron sancionadas otras 35 personas que iban caminando por la carretera de forma antirreglamentaria. Y a los agentes les llamó mucho la atención que 24 de esas denuncias lo fuesen para peatones que caminaban por autovías o autopistas, algo que está terminantemente prohibido.
Mayores de 70 años atropellados al lado de su casa
Cada año se producen más de cien atropellos en las carreteras interurbanas de Galicia. Es un tipo de accidente devastador que cuando no causa la muerte provoca graves lesiones a las víctimas. Según los datos que maneja la Dirección General de Tráfico, las consecuencias son siempre demoledoras, de forma que en un atropello a más de 80 kilómetros por hora, el accidente es mortal en el 95 % de los casos.
Galicia es una de las comunidades con más atropellos. Y el perfil de la víctima está muy definido. Es el de una persona de edad avanzada, de más de 70 años, que vive cerca de una carretera por la que ha caminado toda su vida para realizar actividades cotidianas, como ir al bar, al supermercado, a la farmacia o a la finca situada al otro lado de la calzada. El peatón de riesgo suele cruzar varias veces el mismo tramo de carretera y muy probablemente sin usar una prenda reflectante que permita que un conductor pueda verlo con la antelación suficiente. Lo frecuente, además, es que vista ropas oscuras, lo que hace más difícil visibilizar su presencia.
«No queremos que vuelva a morir gente atropellada. Es un accidente evitable», asegura el guardia civil Héctor Teixeira. Ha visto muchos atropellos en la carretera y está convencido de que es un siniestro que se puede eliminar con mínimas medidas de precaución. Por un lado, que los peatones se hagan ver y que no se confíen nunca. Que no crucen hasta cerciorarse de que el conductor los ha visto. Por otro, que los automovilistas reduzcan la velocidad al aproximarse a entornos de casas al lado de la carretera y que tengan en cuenta que el peatón puede calcular mal las distancias.