La declaración clave este jueves en el juicio del Alvia: el hombre que conocía el peligro de la curva de Angrois
Galicia
José Ramón Iglesias Mazaira era jefe de maquinistas de Ourense cuando alertó a sus superiores del riesgo de ese lugar
27 Oct 2022. Actualizado a las 10:38 h.
José Ramón Iglesias Mazaira es uno de esos tipos que ha sacrificado mucho en el caso del accidente del Alvia. Algún día se conocerán las razones que lo llevaron a revelar —o a dejar que se revelara— un mensaje de peligro sobre la curva de Angrois contenido en un correo electrónico que llegó a al menos nueve altos cargos de Renfe año y medio antes del descarrilamiento del Alvia. Es probable que todo lo que se le complicó la vida a partir de que ese aviso de riesgo se conociera sea compensado por la satisfacción que debe producir apostar por la verdad y no por la ocultación deliberada, como a menudo hicieron Renfe y sobre todo el ADIF a lo largo de la instrucción judicial.
José Ramón Iglesias Mazaira, que declarará mañana jueves en el juicio del Alvia, era jefe de maquinistas de Ourense y formaba a otros compañeros en la nueva línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago. Durante esos viajes de aprendizaje se dio cuenta de que la transición de velocidad en la curva de Angrois era demasiado brusca e intuía la posibilidad de que se produjera un accidente en ese punto. La literalidad del mensaje sobrecoge después de saber que en esa curva hubo 80 muertos y 147 heridos. El jefe de maquinistas describía que ese repentino cambio de velocidad se hacía «sin aviso previo», sin amparo del sistema más seguro (ERTMS) y con una única señal tardía que «de poco vale, puesto que de no haber reducido previamente la velocidad nada se podrá hacer ya».
A lo largo de estos últimos ocho años —el aviso se reveló en el 2014—, Iglesias Mazaira no flaqueó en defender que su mensaje de peligro debió de haber sido atendido, y que utilizó los canales que solían usar para este tipo de alertas. La defensa del ADIF y de Cortabitarte (el otro imputado) sin duda intentarán desvirtuar su actuación alegando que no siguió los canales reglamentarios para una alerta de seguridad. Lo asediarán con preguntas en esa dirección en la vista oral, como ya hicieron en la fase de instrucción.
Que las presiones no pudieron con él lo demuestra su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso, en julio del 2018, ante los diputados: «Quiero dejar claro que si no llegó más allá mi informe, no fue debido a que mi actuación no fuera la adecuada, puesto que como se puede comprobar sí debió llegar a todos los departamentos relacionados con la seguridad en la circulación de Renfe, quienes sí forman parte del máximo órgano de decisión en materia de seguridad».
El peso penal
Suele decirse que si hay un riesgo imposible de ver es ilógico que eso suponga un reproche penal. Los investigadores de accidentes en el mundo del transporte también suelen decir que, si se demuestra que alguien conocía el riesgo, avisó de su existencia y no se hizo nada al respecto, existiría como mínimo una imprudencia. No obstante, la advertencia no atendida de Iglesias apenas ha tenido peso en la instrucción judicial. Tampoco en la decisión de imputar a un ex alto cargo del ADIF. Queda por ver qué pasará en el juicio. Qué peso tendrá el hombre que conocía el peligro de la curva de Angrois.