El accidente de autobús más grave en décadas en Galicia deja seis fallecidos en Cerdedo-Cotobade
Galicia
Un autocar de la línea Lugo-Vigo se precipitó al Lérez desde 29 metros de altura. «Pasamos por esa carretera unha hora antes e non estaba mal pese á chuvia»
26 Dec 2022. Actualizado a las 10:16 h.
Mientras miles de hogares preparaban la mesa para disfrutar la cena de Nochebuena, una llamada al 112 hizo presagiar lo que a la postre ha sido el más grave accidente de autobús ocurrido en Galicia desde 1987, cuando 37 personas murieron en un siniestro en Verín.
Pasaban unos veinte minutos de las nueve de la noche del sábado cuando un particular informaba de que se acababa de encontrar destrozado un tramo de unos veinte metros de quitamiedos y barandilla de protección del puente de la N-541 sobre el río Lérez a su paso por Pedre, en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade. El hombre trasladó sus temores de que se hubiera producido un accidente, si bien, debido al mal tiempo y a que era de noche, no conseguía ver nada pese a asomarse al río desde la zona.
A pesar de estos exiguos datos, y según confirmaron desde el 112, se optó por activar los protocolos de emergencias movilizando a los Bombeiros do Deza, GES de A Estrada, 061, Protección Civil, Guardia Civil de Tráfico y personal de mantenimiento del Ministerio de Fomento, al tiempo que se puso en prealerta a los Bombeiros de Pontevedra, cuerpo que se unió al dispositivo como consecuencia de una segunda llamada telefónica. En esta ocasión, desde el interior del autobús de Monbus que cubre la línea entre Lugo y Vigo: al parecer, la única pasajera que sobrevivió al accidente logró ofrecer nuevos datos, como el relativo a que, tras caer al río, el habitáculo comenzó a llenarse de agua. La fuerza con la que bajaba el agua provocó que las escasas ventanas que habían resistido a una caída de veintinueve metros de altura quedasen completamente hechas añicos.
Dos vidas salvadas
La celeridad con la que se activaron los medios de rescate permitió salvar la vida del conductor, de 63 años, y de María del Rosario González Rocha, esa pasajera. Ambos fueron trasladados por el 061 al Hospital Clínico de Santiago y al Hospital Montecelo de Pontevedra, respectivamente. En ninguno de los dos casos se teme por su vida.
Esa misma noche se recuperaron los cuerpos sin vida de dos de los pasajeros. Posteriormente, las labores de búsqueda se tuvieron que suspender por las malas condiciones que se registraban. «Un elevado caudal do Lérez, moita corrente e un nivel de auga no interior do autocar que xa tocaba o teito do vehículo», precisaron al respecto desde el 112.
Ya entonces los participantes en el operativo se daban cuenta de la dificultad que entrañaban estos trabajos, y es que para el rescate de los supervivientes fue necesario utilizar una línea de vida, un dispositivo empleado por los bomberos que permite la sujeción en lugares elevados.
Con las primeras luces de la mañana del domingo, el trabajo de rescate se retomó, de tal modo que, en torno a las once, se recuperaba un tercer cadáver en el interior del autobús, al tiempo que los integrantes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de A Coruña verificaban que no quedaba nadie más en el interior del vehículo. No pasó mucho tiempo hasta que fue avistado, en este caso por el helicóptero de la Guardia Civil, un cuarto cuerpo, que se localizó en una zona de acceso muy complejo, por lo que tuvo que intervenir el Pesca I de Gardacostas.
La quinta víctima mortal fue localizada poco antes de las cuatro de la tarde a unos quinientos metros del lugar del siniestro; el cuerpo se encontraba en una curva del río antes de la presa de Anllóns, hasta la que llegaron numerosos restos del accidente y objetos personales del pasaje arrastrados por la corriente. Para entonces los rastreos por tierra, agua y aire cubrían cerca de tres kilómetros de extensión. Pocos minutos después era localizado un sexto fallecido.
La incógnita del noveno pasajero
En torno a las cinco de la tarde, los servicios de emergencia dieron por finalizado el operativo tras haber rescatado finalmente los cuerpos sin vida de seis personas. Desde un principio se mantuvo la idea, basada en la declaración inicial del conductor, de que en el autocar viajaban nueve personas. No obstante, con el discurrir de las horas se pudo comprobar que las denuncias de las familias por desaparición únicamente se referían a seis usuarios, que con los dos supervivientes conformarían un pasaje de ocho personas, incluyendo el conductor, y no de nueve. Pese a considerar la posibilidad de que el piloto se hubiese confundido por el shock, la Guardia Civil confirmó ayer que hoy o cuando las condiciones meteorológicas lo permitan se realizará una nueva batida por la zona del suceso.