Pontón insta a la Xunta a «pedir perdón aos galegos» por la situación del Sergas
Galicia
Sesión de control monográfica sobre sanidad en el Parlamento de cara a la manifestación del domingo a favor del sistema público
08 Feb 2023. Actualizado a las 14:01 h.
La agenda de sus compañeros de Gobierno dejó vacía la fila reservada a la Xunta en el Parlamento en el último pleno mientras Julio García Comesaña se fajaba ante las críticas de la oposición por el colapso de la atención primaria gallega. Fue el día que el conselleiro de Sanidade calificó de «SOS bipartito» a la plataforma que convoca la manifestación del domingo 12 en Santiago, que tuvo como réplica a la nacionalista Montse Prado acusando al día siguiente a los gestores del Sergas y al PP de «panda de psicópatas». La situación de la sanidad inunda el debate en el Parlamento, hasta el punto de convertir la sesión de control de este miércoles al presidente de la Xunta en un monográfico sobre el tema. «Pídalle perdón aos galegos e as galegas», instó la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, a Alfonso Rueda. Minutos antes, su homólogo socialista en la Cámara, Luis Álvarez, desgranó factores que arman ese colapso sanitario, como las listas de espera, la saturación en emergencias, o las gerencias enfrentadas en el Sergas. Mientras, Comesaña miraba al frente, aludido pero sin turno para responder.
Pontón habló de trece años «de recortes e privatizacións», que provocan hasta quince días sin cita en atención primaria, centros sin médicos y urgencias saturadas. Todo ello «por un Goberno do PP convertido nun perigo para a saúde dos galegos e galegas», manifestó la líder nacionalista. «Por moito que se escondan en propaganda, o que leva feito o PP provoca un deterioro da saúde pública», continuó Pontón, que calificó como «exitazo» de los populares «desprestixiar a pública para beneficiar a privada».
«Hai dúas formas de facer política coa sanidade: a do PP, recortando no sistema público para beneficiar o negocio privado; e a do BNG, cun modelo no que saúde das persoas non dependa dos cartos na conta bancaria», comparó la portavoz nacional del BNG. Rueda tomaba notas y Comesaña seguía, paciente y con manos cruzadas, las críticas a su gestión. El presidente de la Xunta tomó la palabra para ironizar sobre el inicio de la intervención de Pontón: «Por unha vez pensei que ía facer un exercicio de humildade [...] Sexa humilde e pida perdón ás centos de familias que de xeito indirecto e durante anos viron perigar, coa súa ofensiva política, o seu futuro». El PSdeG le reprocharía después que abriese la sesión monográfica sobre sanidad aludiendo a la prórroga de Ence confirmada por el Supremo, asunto que la portavoz nacionalista eludió.
El presidente de la Xunta admitió que «hai problemas que resolver, as veces non coa celeridade que os galegos teñen dereito a esixir», y afirmó que su Gobierno siempre iba a ser «autocrítico». Acusó a Pontón de manipular cifras -«creo que nin as entende», valoró-, y destacó la inversión «histórica» en sanidad que recogen los Presupostos de este año.
«Temos un número de profesionais que medrou a unha cifra récord, que non son abondo, pero son 7.000 máis dos que había no 2009», advirtió, citando, como ya hizo en otras ocasiones, al consejero del ramo en Extremadura que dijo que «ni por todo el oro del mundo» podría contratar más médicos «porque no hay», extendiendo así el problema al conjunto del país. «Mesmo o dixo o xerente do Sergas no bipartito. Se dan conta de como terxiversan?», afeó, para reprochar a los nacionalistas, como también repitió anteriormente, que sean «tan bravos aquí e tan mansos coa Moncloa». «Sigan pensando que con todo isto sacarán rédito político. Verán como así non é», añadió en referencia a la manifestación del domingo.
El portavoz del PSdeG, Luis Álvarez, acusó a Rueda de liderar «unha demolición controlada» del Sergas. «Son corrosivos para a sanidade pública», continuó el diputado, que recordó las propuestas realizadas por su grupo y que los populares rechazaron con su voto en la Cámara. «Están máis pendentes de montar bronca permanente co Estado que de procurar solucións», criticó.
El turno de Comesaña
La peculiaridad del sillón del conselleiro, en la primera fila derecha, delante de los portavoces de la oposición, le impide mirar a sus interlocutores cuando se dirigen a él. Tuvo turno de hacerlo en una interpelación del BNG sobre atención primaria, defendida por Montse Prado, que también cuenta con otra singularidad: la de bajar de la mesa del Parlamento donde es vicepresidenta para hablar desde el atril. La diputada nacionalista acusó a Comesaña de «meterse nun pozo e seguir cavando» en su gestión, denunciando la ausencia de respuestas desde la Xunta ante la jubilación de profesionales médicos o la incorporación de nuevos facultativos que cubran las vacantes. «Compostela vai ser un clamor», pronosticó sobre la movilización del domingo.
El conselleiro exigió a la nacionalista, una vez más, que rectificase las declaraciones de hace quince días, cuando les calificó de «panda de psicópatas», y vinculó la manifestación del domingo a fines electorales. «Intentan construír un relato que ten como obxectivo criminalizar este Goberno e obter crédito electoral», protestó. Comesaña relacionó las palabras de Prado con el «caldo de cultivo» al que hacía referencia semanas atrás Luis Álvarez para explicar la crispación política actual. Aludido, el portavoz socialista levantó el micrófono para advertir que «en ningún momento» iba a emplear esos calificativos sobre cualquier persona fuera o dentro de la Cámara. Y ahí, por fin, el conselleiro se giró en su sillón para agradecer el gesto al diputado.