El Poseidón, el narcosubmarino que deja una estela de enigmas

El hallazgo del Poseidón implica dos grandes certezas: un gran alijo de cocaína descargado en la ría de Arousa y que los narcosubmarinos no son anecdóticos en Galicia. El resto, por ahora, supone un cúmulo de enigmas.

 ¿Quién envió el artefacto cargado de cocaína?

La experiencia en Sudamérica evidencia que únicamente las grandes organizaciones tienen capacidad para financiar el astillero, la construcción del semisumergible y hacer acopio de varias toneladas de cocaína. El narcosubmarino que llegó a Galicia en el 2019 lo financió el clan del Golfo, una multinacional del narcotráfico en Colombia y posiblemente la organización más fuerte del país. Aunque no se descarta que los 3.068 kilos que venían a bordo pertenecieran a varios proveedores asociados para aprovecharse del astillero y artefacto financiado por el clan del Golfo. La comida de Brasil y Colombia hallada a bordo del Poseidón hace pensar que Brasil pudo ser nuevamente el puerto de salida, y gente de Colombia la mecenas y cerebro de la operativa. La cifra de cocaína transportada llegaría a 5.000 kilos, con un valor de mercado en España de 150 millones de euros.

 ¿Por qué tanta droga?

Para exprimir la inversión previa realizada antes de partir. Construir cada semisumergible supone al menos 700.000 euros, además del coste del astillero clandestino, vigilancia del mismo y nóminas de los constructores y gasto de estadía en la selva. El Poseidón tiene capacidad para albergar entre cinco y seis toneladas de cocaína, y los investigadores creen que se aprovechó toda. Esa capacidad de acopio está directamente relacionada con el excedente de plantaciones de hoja de coca y cocaína ya procesada que existe no solo en Colombia; también en Perú, Bolivia y, más recientemente, en Venezuela. Esa sobreproducción, iniciada en el 2016, ha sobrealimentado todas las rutas mundiales del narcotráfico desde entonces.

 ¿Quién recibe el alijo en Galicia?

Hay que diferenciar entre los encargados de salir a recoger los fardos y a la tripulación, y los destinatarios finales del alijo. Los primeros, nadie descarta que son lancheros de O Salnés. Principalmente porque en la comarca están asentados los mejores y más equipados de Galicia. También porque el semisumergible se halló en la ría de Arousa. Ya poner nombre, o apodo, a los narcos que recibieron la mercancía en tierra resulta la otra gran incógnita. Y aunque hay organizaciones en Galicia capaces de algo así, con línea directa con proveedores en Sudamérica, la experiencia del 2019 evidencia que no tienen por qué ser gallegos, aunque sí residentes en España.

 ¿Dónde acaba la droga que se descargó?

El formato de trabajo en el submundo narco refleja que las organizaciones de narcolancheros contratadas para recoger alijos frente a las costas de Galicia suelen cobrar un porcentaje de la droga transportada. Si el porte que trajo el Poseidón lo descargó gente de O Salnés, ese porcentaje del alijo ya está a buen recaudo en algún escondite de la comarca. Saber qué destino tiene el resto de la mercancía implica aferrarse nuevamente a los patrones de trabajo habituales utilizados por estas mafias: España sería un destino prioritario, aunque otra parte del alijo puede acabar en Europa. Tampoco se descarta que sean varios los destinatarios de la cocaína, asociados para esta empresa concreta.

 ¿Duración de la travesía?

Depende de los contratiempos que surjan, si se tiene en cuenta el tipo de embarcación artesanal utilizada, sus limitaciones y riesgos. La experiencia del semisumergible hundido en el 2019 en la ría de Aldán, pese al mal tiempo en forma de varios temporales y a otros numerosos problemas sufridos en alta mar, duró tres semanas. Es un hecho que entre el 20 y el 21 del pasado febrero ya estaba reptando a ras de agua frente a las costas de Galicia, por lo que la fecha de salida coincidiría con el inicio del mes.

¿Qué pasó en los 19 días transcurridos entre los hallazgos de las lanchas en Ribeira y el Poseidón?

La tesis de investigación sostiene que las planeadoras abandonadas en Ribeira el 22 de febrero no alcanzaron el narcosubmarino. En los siguientes 19 días, hasta el hallazgo del Poseidón, la misma tesis policial apunta a que la tripulación del semisumergible esperó a que regresaran para recogerlos. Uno de los tripulantes, incluso en estado moribundo o muerto. La presencia de patrulleras y medios aéreos implicó cerrar las rías durante días, hasta que la presión fue remitiendo por la falta de información sobre la posición del artefacto. Quizá la estrategia de los narcos solo implicó esperar. Incluso hay información que indica que se barajó trasladar la descarga a Asturias para evitar el avispero de patrullas en las Rías Baixas ¿Pero había víveres y combustible para tantos días? Lo único seguro es que alguien sí realizó el trabajo con éxito. Decir si ocurrió fuera de la ría o dentro resulta otra incógnita. Lo normal es hacerlo más allá de la isla de Sálvora, pero quizá las circunstancias dentro del Poseidón obligaron a acercarse a la costa. Lo que no resulta normal es que el casco se hallara tan adentro de la ría, tras esquivar decenas de bateas.