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Robos, violencia sexual y ciberestafas, los riesgos para la seguridad en Galicia

Galicia

José Manuel Pan Redacción / La Voz
Imagen de archivo de un control de agentes de la Policía Nacional en Vigo.

La violencia machista y el aumento del trapicheo de drogas mantienen en permanente alerta a los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil

24 Sep 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Galicia se mantiene desde hace años entre las comunidades más seguras de España, como ratifican cada trimestre los datos del Ministerio del Interior. Sin embargo, la percepción que el ciudadano tiene de la seguridad es muy variable en función de lo que ocurra en su entorno más próximo y de la evolución que tienen determinados delitos, en especial los que más preocupan. Por su gravedad, es evidente que destacan los ataques contra las personas y contra el patrimonio. Y en esos apartados se ha producido un preocupante repunte, como atestigua la Fiscalía gallega, que en su último informe advierte del aumento de los delitos de lesiones, de los ataques contra la libertad sexual y, en ese apartado, de las agresiones y abusos a menores.

El incremento de los delitos sexuales ya lo advirtió el Ministerio del Interior en el primer trimestre del año, cuando solo en Galicia llegó a contabilizar 43 violaciones. Los expertos en seguridad saben que ese tipo de delitos se cometen en entornos familiares o muy cercanos a las víctimas. Eso mismo sucede con la violencia machista, una de las mayores preocupaciones policiales. Luchar contra ese tipo de violencia y dar protección a las miles de mujeres que están amenazadas por sus parejas o exparejas es una de las grandes prioridades de Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Autonómica, que destinan una parte importante de sus recursos para hacer frente a esta «repugnante lacra social», como la definió el presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, José María Gómez y Díaz-Castroverde, que alertó de «la violencia machista oculta» que no llega a los juzgados porque no se denuncia.

También han tenido un repunte los robos con fuerza en domicilios y en locales comerciales de las ciudades gallegas. Las fuerzas de seguridad atribuyen ese incremento a las llamadas bandas itinerantes, generalmente formadas por delincuentes del Este de Europa que se desplazan a distintas zonas de España para asaltar viviendas y llevarse joyas y otros objetos de pequeño tamaño. Es este un tipo de delincuencia estacional que es capaz de desplazarse decenas de kilómetros por carretera para dar el golpe y regresar en la misma noche al punto de partida, lo que dificulta las investigaciones policiales para su localización y detención. Su presencia se dejó notar en los meses de verano en Galicia, y los cuerpos de seguridad mantienen una alerta casi permanente porque los próximos meses suelen ser elegidos por este tipo de grupos criminales para trasladarse a Galicia y asaltar casas y chalés en la periferia de zonas urbanas.

Percepción de inseguridad

El de los robos es uno de los grandes motivos de preocupación de las autoridades. Así se lo expresó esta semana la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, al delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco. La alcaldesa expuso que había aumentado «la percepción de inseguridad» en la ciudad y pidió una mayor presencia policial en las calles. En la reunión salió a relucir el aumento del consumo de drogas, uno de los aspectos que más influyen en esa sensación de inseguridad que empieza a percibirse en determinadas zonas. Desde las fuentes consultadas por La Voz se confirma ese repunte debido al regreso de la heroína a las calles de las ciudades.

El trapicheo de drogas eleva los riesgos en las zonas en las que se establece al implicar un aumento de los robos para poder consumir, según fuentes policiales. En todo caso, el delegado, como máximo responsable de las fuerzas de seguridad del Estado en Galicia, quiso destacar la labor policial al constatar un aumento de las tasas de esclarecimiento de delitos y recordó que actualmente Galicia cuenta con el mayor número de agentes del Estado de la historia, con cerca de 3.500 en la Policía Nacional y con unos 5.300 en la Guardia Civil.

Pero el delito se reinventa y las necesidades son cada vez mayores en materia de seguridad. Lo demuestran los altos índices de ciberdelitos. Destacan las ciberestafas y el robo de datos personales y bancarios a través de correos electrónicos, mensajes SMS e incluso por teléfono. Las fuentes policiales consultadas advierten de esa nueva delincuencia que va en aumento y que, aunque no se ciñe a una sola comunidad, sí tiene una gran afectación en Galicia.

Autoprotección para ponérselo difícil al delincuente

«Es sorprendente la cantidad de gente que deja abierto su coche». Esta revelación de un mando policial pone en evidencia la necesidad de elevar la autoprotección. Se trata de poner las cosas difíciles a los delincuentes. Y lo de cerrar el coche no es una anécdota, pues, al margen de otros métodos más sofisticados, hay ladrones que son capaces de recorrer una manzana entera probando una a una las manillas de las puertas de los vehículos aparcados. «Y siempre encuentran alguna que abre», explica la misma fuente. Comprobar que el coche ha quedado cerrado es una recomendación básica, como lo es también la de asegurarse de que se le ha dado al menos un giro de llave a la cerradura de la vivienda. Los expertos en seguridad recuerdan que el ladrón quiere correr los mínimos riesgos y va a elegir siempre la casa en la que se lo pongan más fácil.

Las mismas recomendaciones de autoprotección se extienden a las personas cuando están en la calle y dejan, por ejemplo, sus móviles en la mesa de una terraza. Eso es como dejar objetos a la vista en el interior de un coche aparcado, advierten las mismas fuentes, que aconsejan mantener los teléfonos y bolsos siempre a la vista y situados de forma que se dificulte el robo.

Ciberestafas en aumento

Esos consejos de protección personal son válidos también en el ámbito de las nuevas tecnologías para evitar las ciberestafas. Guardia Civil y Policía Nacional han creado grupos especializados para combatir el ciberdelito, pero de poco sirven si el usuario no adopta una serie de medidas de precaución básicas. La primera de ellas es desconfiar de correos electrónicos y mensajes que piden datos personales o de las tarjetas bancarias. Son miles los intentos de ciberestafa que se cometen cada día, por lo que es necesario extremar las precauciones y, por ejemplo, no abrir nunca enlaces o archivos adjuntos en correos electrónicos, o no proporcionar, ni siquiera por teléfono, datos que piden desde una supuesta entidad bancaria.

De las patrullas tradicionales al proyecto de guardias civiles virtuales

Las necesidades en cuestiones de seguridad están en permanente transformación y cada vez son más las competencias que asumen los cuerpos policiales y que restan recursos para lo que se conoce como seguridad ciudadana. Pese a que Galicia más policías nacionales y guardias civiles que nunca, a nadie se le escapa que cada vez estos cuerpos tienen más dificultades para estar presentes en las calles. Es esta una vieja reivindicación de los sindicatos y asociaciones y de los propios ciudadanos, que piden un aumento del número de agentes para poder dar un mejor servicio a la población.

Los cuerpos de seguridad tienen a su cargo puntos de vigilancia permanentes, como son las prisiones, los puertos, los aeropuertos, las oficinas de extranjería, la vigilancia de los edificios públicos o las escoltas a autoridades. Y no hay que olvidar que esos cometidos policiales también forman parte de lo que se define seguridad ciudadana, por lo que la solución pasa, inevitablemente, por el incremento de las plantillas policiales y por el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para las labores menos operativas pero igual de necesarias.

Avatares superrealistas

Ese recurso a las nuevas tecnologías es el que incluye el Ministerio del Interior en el plan piloto que ha diseñado para la creación de guardias civiles virtuales en determinadas zonas de España.

Según el proyecto del Gobierno, se trata de una solución integrada que busca «mejorar la atención al ciudadano en las zonas en riesgo de despoblación», situadas fundamentalmente en la España rural en donde la Guardia Civil tiene atribuida la vigilancia, como es el caso de la mayoría del territorio de Galicia. Con «avatares superrealistas», que estarán representados con uniforme de la Guardia Civil y que tendrán que estar dotados de inteligencia artificial que les permita ofrecer un lenguaje natural a través de una interfaz diseñada para pantallas interactivas, Interior pretende sustituir a los agentes reales en trámites burocráticos de atención ciudadana, de manera que las patrullas reales puedan dedicarse a las actividades de seguridad ciudadana y vigilancia.

Muchos concellos no pueden garantizar el servicio de policía local

En Barbanza la falta de policías locales impide que pueda haber turnos de noche. Ribeira es el único concello que mantiene ese servicio, que estuvo prestándose también en Rianxo durante el verano, pero tras las fiestas de la Guadalupe se suspendió. En general, durante el verano se cubrieron las noches durante las grandes fiestas con el apoyo de policías de otros municipios, pero pasada esa temporada ya no hay efectivos suficientes. Solo en Boiro calculan que serían necesarios cinco o seis agentes más para recuperar el servicio.

En la comarca de A Coruña el caso más relevante es el de Sada. El pasado verano fueron varias las tardes en que el servicio se resintió al punto de no haber ningún policía local en accidentes en el núcleo urbano. De la plantilla actual de 20 policías, solo hay 10 en activo. Cinco están de baja, otro acaba de jubilarse, a otro no le han renovado la comisión de servicios, y tres regresan a la academia para seguir su formación hasta diciembre. En los últimos meses el conflicto de algunos agentes con el gobierno local de Sada giró en torno al cobro de horas extras.

En la Costa da Morte están bajo mínimos por a las bajas laborales y las comisiones de servicio. En la comarca hay 67 plazas, pero Corcubión carece de servicio desde antes de la pandemia al jubilarse su único agente. En Muxía solo hay uno y Zas también cuenta con un único agente.

En Carballo, con más de 31.000 vecinos, hay seis auxiliares para compensar las cuatro bajas y poder garantizar los servicios nocturnos. En Cerceda están operativos cuatro de ocho y en Cee también tiran de los auxiliares. Hay dos y tres policías.

Con informaciones de las Redacciones de La Voz en A Coruña, Barbanza y Carballo

 


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