La obra del nuevo centro de protonterapia de Galicia, lista para arrancar

El nuevo Centro de Protonterapia de Galicia ha sido declarado proyecto público de urgencia y excepcional interés por el consello de la Xunta, que hoy jueves mantuvo su reunión semanal.

La declaración, explicó el presidente, Alfonso Rueda, pone fin a los procedimientos urbanísticos necesarios para poner en marcha las obras, que deben finalizar en el 2025. De hecho, la previsión de la Xunta es que la empresa adjudicataria las inicie en próximas semanas. 

Galicia, destacó Rueda, será «a primeira comunidade autónoma» en iniciar las obras de uno de los centros en los que se instalarán los diez equipos de protonterapia donados por la Fundación Amancio Ortega al sistema público de salud.

Esos aparatos posibilitarán tratar a los pacientes con una tecnología más «segura, eficaz e precisa» que la radioterapia convencional, en la que se utilizan fotones o electrones.

El centro de protonterapia se situará en el entorno del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Los trabajos incluyen la construcción de unos edificios que ocuparán 3.683 metros cuadrados, a los que se sumarán otros 6.075 metros de espacios exteriores.

El centro estará divido en dos niveles. En la planta baja se recibirá a los pacientes y habrá salas de mantenimiento y tratamiento personal. En la superior estará la dirección y los equipamientos. El inmueble contará con dos búnkeres que albergarán los dos equipos Proteus One de protonterapia, y habrá espacio para un tercero. El centro atenderá pacientes de Galicia, Asturias y Castilla y León.

Rueda insistió en que el centro supondrá una importante mejora en la calidad asistencial de los tratamientos que reciben los ciudadanos, ya que la protonterapia es tecnología «de última xeración» y «máis segura e menos invasiva» que los tratamientos anteriores, ya que permite centrar la radiación en los tumores, reduciendo los tiempos de terapia y los posibles efectos secundarios.

Investigación y CAR-T

La protonterapia reduce de forma significativa el tratamiento que reciben los tejidos sanos, de manera que permite tratar tumores para los que la radioterapia convencional no es efectiva y en los casos en los que no es posible recurrir a la cirugía.

Además de mejorar la atención sanitaria, el hecho de que la sanidad gallega cuente con esta tecnología supondrá un impulso para la investigación en Física y Biología de la Radiación. Esos estudios podrán conjuntarse con los que se desarrollen en el nuevo Centro de Producción de Terapias Avanzadas (CAR-T), que también pretende combatir el cáncer, uno de los mayores desafíos que afrontan los sistemas de salud modernos.

Los fármacos CAR-T permiten al sistema inmune del paciente reconocer y destruir las células tumorales. Recientemente la Xunta anunció una inversión de 127 millones de euros para la compra de dos fármacos para esas terapias. La fabricación de los medicamentos CAR-T requiere linfocitos T extraídos del paciente mediante una técnica de leucoaféresis. Esas células son sometidas a un cambio genético en el laboratorio y son inoculadas del nuevo al paciente. La modificación les permite reconocer y destruir células tumorales.