«Galicia no puede seguir con retrasos en cerca de ocho de cada diez trenes, no se debe permitir a estas alturas del siglo XXI»
Galicia
La Xunta apremia por carta al ministro Óscar Puente a que «se aporten soluciones tras los constantes incidentes de los servicios ferroviarios» en Galicia, urge el conselleiro Diego Calvo
23 Aug 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Nueva jornada de problemas en cadena en la red ferroviaria gallega. Y nuevamente provocados por los últimos trenes en llegar, los Talgo de la serie 106, los Avril. Los viajeros que salieron poco antes de las nueve y media de la mañana de ayer de la estación Vigo-Urzaiz no podían imaginar que a las 13.34 horas, cuando estaba prevista su llegada a Madrid, estarían aún parados a apenas 17 kilómetros de Ourense esperando un tren en el que poder proseguir. El AVE 352 en el que viajaban se averió en Taboadela, donde se ubica el cambiador de ancho de vía. Fue precisamente durante las maniobras que realizan los trenes que tienen que hacer ese cambio para proseguir viaje cuando se produjo la avería.
Esta situación se viene repitiendo con frecuencia en el modelo Avril, que permite cambiar de ancho de vía y llevar la alta velocidad a las ciudades del eje atlántico. Son unos problemas que ha reconocido el propio Ministerio de Transportes, aunque en los últimos días aseguraba que se habían minimizado. La avería de ayer jueves ocurrió a mediodía y no se empezó a recuperar la normalidad en la línea hasta pasadas las cinco de la tarde. Los más de 500 pasajeros del AVE Vigo-Madrid averiado tuvieron que armarse de paciencia y esperar a que llegase otro tren enviado por Renfe desde Ourense para transbordarlos y continuar viaje. Pero no fueron los únicos afectados. Otros trenes del corredor Galicia-Madrid acumularon retrasos por la necesidad de hacer transbordos al llegar a este punto del trayecto, como el Alvia que salió de la estación de Chamartín a las 11.20 y debía llegar a Vigo a las 15.38 (se quedó detenido ya en la estación de A Gudiña-Porta Galicia); o el que salía de Ourense a las 12.43 hacia Chamartín. Ambos volvieron a ponerse en marcha poco antes de las cinco de la tarde, tras retirar el tren averiado del cambiador. Es otra de las consecuencias de la amputada línea de alta velocidad gallega, con tramos de una única vía y un consecuente cuello de botella cuando se produce una avería.
Horas antes de ocurriera esta incidencia, la Xunta había remitido una carta directamente al ministro Óscar Puente instándole a encontrar una solución tras los retrasos y averías recurrentes en el ferrocarril en Galicia. «Es necesario aportar soluciones a los constantes incidentes que sufren los servicios ferroviarios gallegos, tanto en la alta velocidad como en los servicios de media distancia, pues sigue sin haber día en que no se produzcan incidencias y continuos retrasos», expone en la carta el conselleiro de Presidencia, Diego Calvo, que en esta legislatura tiene entre sus competencias las de movilidad.
«Galicia —añade el conselleiro— no puede seguir con retrasos en cerca de ocho de cada diez trenes, lo que nos convierte en una de las comunidades autónomas con los peores registros de España, con demoras que llegan a ser incluso de más de una hora. Es algo que no se debe permitir a estas alturas, a punto de terminar el primer cuarto del siglo XXI».
«En la que consideramos una apuesta común a la hora de mantener un diálogo fluido y enriquecedor, te hacemos llegar directamente nuestra demanda de activar lo antes posible ese canal de comunicación con Renfe, dada la gran demanda ferroviaria en Galicia», apunta Calvo en tono institucional y horas antes de que el propio Óscar Puente comparezca esta tarde en el Senado, a petición del PP, para explicar los recurrentes problemas que se están viendo en la red ferroviaria, no solo en Galicia.
Esta comunicación llega tras otras remitidas al secretario de Estado de Transportes y al delegado del Gobierno, el 2 y el 9 de agosto, para pedirles una interlocución directa sobre los incidentes en la red ferroviaria, como previamente se había comprometido el propio Puente en una cumbre en A Coruña el 27 de junio. La Xunta asegura que no ha habido respuesta a esas cartas. El Gobierno gallego reclama activar ese canal con Renfe y «solucionar el mal funcionamiento tanto de los trenes Avril como del resto de servicios de media distancia».
«Estuvimos dos horas esperando a que nos dijeran qué iba a pasar»
A Juan Villar, las incidencias en los últimos días en la línea ferroviaria gallega le pilló de lleno. Estuvo varias horas esperando para poder subirse a su tren. «Estábamos todos los pasajeros en un recibidor en Chamartín [Madrid], de pie o sentados en el suelo, era bastante incómodo. Pasamos dos horas esperando a que nos dijeran qué iba a pasar», afirma.
Su tren debería haber salido de la estación madrileña a las 19.18 del pasado martes. Finalmente partió hacia Ourense a las 21.05, casi dos horas después. Durante todo este tiempo, Renfe, cuenta, no comunicó a los pasajeros el motivo del retraso en los trenes ni una aproximación horaria de cuándo se podría retomar el ritmo habitual. La única información que los usuarios recibían era «la que aparecía en las pantallas». «Solo nos decían que había problemas en la estación y que no podíamos subir al tren aún». «Para toda la gente que había allí —cuenta este viajero gallego— solo había una chica en un mostrador de información. Yo estuve media hora haciendo cola para hablar con ella y que me dijera algo, pero no me contó nada que no supiera ya», se queja, aunque añade: «Ella no tenía la culpa, la tenía Renfe, con todos los incidentes que han tenido en Chamartín estos últimos meses, han tenido tiempo más que suficiente para buscar una alternativa para gestionar situaciones como esta».