Rueda advierte que Galicia defenderá «con uñas y dientes la igualdad» frente al cupo catalán y no aceptará «las sobras del festín para los independentistas»

Desde mucho antes de que se hiciese público el acuerdo PSC-ERC para sacar a Cataluña de la caja común de financiación a cambio de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, Alfonso Rueda ha llamado a la unidad de acción para evitar una ruptura de la igualdad entre españoles. Ese llamamiento incluía a todos los presidentes autonómicos, y se plasmó en una petición insistente al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, de convocarles a todos para hablar de financiación, sin negociaciones bilaterales. Así lo dijo hace un año en el Quinto Encuentro en el Eo, una cumbre organizada por La Voz con el presidente de Asturias, el socialista Adrián Barbón, que se repetirá en los próximos días. El debate ya estaba abierto entonces por el acuerdo de investidura del propio Pedro Sánchez, que incluía la condonación a Cataluña de 15.000 millones de deuda.

Pero la llamada de Rueda a la unidad adquirió una lectura interna reforzada tras el acuerdo entre el PSC y Esquerra, porque la estrategia lógica del Ejecutivo de Sánchez pasaría por dividir a los presidentes autonómicos, especialmente a los del PP, con ofertas ventajosas de financiación para sus comunidades, con el fin de agrietar su oposición unida al concierto catalán.

La unidad de acción, defendida también por Alberto Núñez Feijoo y otros dirigentes populares, pareció consolidarse ayer, en la cumbre que reunió a todos los presidentes del PP. Queda ver si resiste en caso de que el Gobierno decida ponerla a prueba.

Rueda, en su discurso al terminar la cumbre, que pronunció justo después de que hablasen el propio Feijoo y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ejerció de anfitriona, celebró la decisión del líder del PP de convocarles a todos y que su partido haya fijado una postura común. En el ecuador de su alocución insistió en esa idea central de que cualquier reforma del sistema de financiación autonómico «debe ser negociada entre todos».

Pero otras dos ideas que dominaron su intervención: la defensa del principio de igualdad y que los gallegos no aceptarán un trato discriminatorio.

Empezó subrayando que Galicia va a «seguir defendiendo con uñas y dientes y todo el convencimiento la igualdad entre todos los españoles y todos los gallegos». Afirmó que esa igualdad es un «valor fundamental» que ha permitido a España llegar «a donde está hoy». Pero advirtió que el Gobierno de Pedro Sánchez «para sobrevivir, lo está dinamitando». Señaló el acuerdo PSC-ERC como el principal riesgo, porque la salida de Cataluña de la caja común de financiación «romperá la igualdad».

Rueda dijo que el Gobierno central debería reforzar ese principio y que el sistema de financiación se base «en la solidaridad entre territorios», pero denunció que las últimas declaraciones de los miembros del Ejecutivo van en dirección contraria.

Vinculó esos discursos a la necesidad de apoyos parlamentarios que tienen Sánchez en el Congreso e Illa en el Parlamento de Cataluña, pero subrayó que el «precio» de que ambos dirigentes socialistas sean presidentes no pueden pagarlo otras comunidades que sean «discriminadas» mediante un sistema de financiación diseñado «a medida de los independentistas» para dejar al resto las «sobras».

Dio a entender además que las últimas declaraciones del Gobierno han enconado las posiciones. Afirmó que han estado «trufadas de faltas de respeto» a las demás comunidades, ya que su contenido ha sido equivalente a «ofrecer un festín mayor» a los independentistas mientras se dice al resto que, como van «a disponer de más sobras, no deben protestar». Consideró que esa política «va en contra de la Constitución» y del principio de solidaridad, pero también la describió como «una falta de respeto absoluta y flagrante», ya no solo a los gobiernos autonómicos, sino a «todos los ciudadanos».

Rueda, que desde que fue reelegido presidente en las elecciones autonómicas de febrero aún no ha sido recibido por Pedro Sánchez, reclamó de nuevo al presidente que, en el caso de la financiación, convoque a todos los dirigentes autonómicos.

Dijo que ese «es su deber y obligación», pero al jefe del Ejecutivo «no le interesa» porque «sería la constatación de que España la formamos todos», lo que frustraría sus negociaciones y pactos con los independentistas.

El presidente de la Xunta, tras reiterar que Galicia no va a «tolerar una discriminación flagrante», añadió que el PP ha demostrado con el encuentro que es la «alternativa posible, una alternativa de gestión, responsabilidad e igualdad. La alternativa del sentidiño», concluyó.