Finaliza la investigación del narcosubmarino de la ría de Arousa, con un histórico del narcotráfico nunca condenado como único implicado
Galicia
Las pruebas sitúan a las planeadoras que descargaron 4.000 kilos de cocaína del Poseidón llegando a una nave en Vilaxoán propiedad de Juan Vidal Padín, conocido como el Burro
18 Dec 2024. Actualizado a las 20:16 h.
Juan Vidal Padín, conocido como el Burro, arrastra desde hace dos décadas la leyenda de ser uno de los capos de la ría de Arousa que ha trabajado a su antojo, pero sin que haya tenido nunca una sentencia condenatoria. Los investigadores policiales lo han situado en la cúpula del narcotráfico gallego, con estrechas relaciones con proveedores colombianos y complicidad de funcionarios que a cambio de dinero priorizaban la captura de otros traficantes. Pero la buena suerte de Juan el Burro cambió el pasado abril.
Fue detenido junto a otras seis personas por su presunta relación con la llegada a Galicia, en marzo del 2023, del segundo narcosubmarino visto en la comunidad, y bautizado por sus constructores como el Poseidón. Un mariscador se topó de frente, flotando en la ría, frente a Vilaxoán, Vilagarcía, el casco, ya vacío, después de que alguien, en la madrugada del 12 al 13 de marzo, lograse poner a salvo a la tripulación y descargar al menos los 4.000 kilos de cocaína que transportó desde Sudamérica.
El Burro figuró policial y procesalmente desde el principio en lo más alto de la trama. La investigación la llevó el Juzgado número 1 de Vilagarcía, que acaba de finalizar la instrucción. De los siete detenidos el pasado abril, el juzgado y la Fiscalía Antidroga optaron por sobreseer provisionalmente los cargos contra seis de ellos, y mantener la acusación únicamente contra Vidal Padín. Pero, paradójicamente, no por tráfico de drogas, porque nunca se incautó ni un gramo de droga en el marco de esa investigación. Sí le atribuyen un delito de género de contrabando por el presunto uso de embarcaciones ilegales en España, de las que solo se usan para el narcotráfico marítimo; su presunta gran especialidad en el submundo narco.
Hay varias pruebas recopiladas en su contra por el juzgado, recoge el auto que oficializa el final de la instrucción. La primera y principal está en dos planeadoras que fueron ubicadas saliendo en la madrugada del 12 al 13 de marzo de una nave de su propiedad en Vilaxoán, a pocos metros de donde apareció varado el Poseidón, para recoger el alijo, a la tripulación del narcosubmarino, y regresar a la misma nave de la que habrían zarpado. La reconstrucción de la breve singladura está documentada a través del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), de la Guardia Civil. A mayores, existen imágenes de cámaras de videovigilancia instaladas en la zona.
Juan el Burro también tendrá que explicar por qué su teléfono se conectó varias veces, la madrugada de la descarga, en la misma nave de su propiedad de la que habrían zarparon las planeadoras y regresaron con, presuntamente, más de cuatro toneladas de cocaína repartidas en fardos. A mayores, en su contra, hay planeadoras ilegales en España de grandes dimensiones halladas en la misma nave, el día de los registros, que lo acercan igualmente a un delito de género de contrabando. Su defensa ya alegó entonces que dichas embarcaciones —diferentes a las que se habrían utilizado para recoger la droga de el Poseidón— eran encargos hechos al astillero que posee Vidal en esa nave con embarcadero por países de África para la defensa de sus litorales.
Juan el Burro y el resto de detenidos el pasado abril, tras el operativo policial que ponía fin a 13 meses de pesquisas desde el hallazgo fortuito de el Poseidón, quedaron en libertad con cargos, hasta ahora. Seis de ellos, considerados empleados de el Burro, ya están fuera del procedimiento. Sí continúa el considerado cerebro de este alijo y de un entramado especializado en descargar toneladas de cocaína en Galicia desde hace dos décadas. Así lo sostienen los cuerpos policiales que le siguieron de cerca en todo en este tiempo, pero que nunca lograron incriminarlo con un porte concreto, ni tan siquiera con delitos de blanqueo de capitales. De hecho, Vidal está considerado un empresario de éxito en su comarca natal.
El auto judicial conocido hoy no hace ninguna referencia a las dos planeadoras de grandes dimensiones varadas en una playa de Ribeira días antes de hallarse el Poseidón, que inicialmente alguna unidad policial especuló que podían tener relación con la descarga hecha en Vilaxoán. Los cuerpos policiales sí tuvieron información semanas después sobre cómo se consumó dicha descarga, recurriendo a un piloto de planeadoras fugado desde hace años, Fernando Prado, alias Chiscote, también imputado y ausente en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra Sito Miñanco y con gran experiencia pilotando cualquier embarcación a motor. La información policial garantiza que Chiscote logró burlar la vigilancia policial de la ría en aquellos días acercando lo máximo posible el casco hasta Vilaxoán, casualmente a escasos 300 metros de la nave con embarcadero propiedad de el Burro.