Las mujeres encienden los fogones para cocinar el cambio en la gastronomía

«Representamos al 56 % del sector y no se nos ve». Así de clara se manifestó este lunes en su ponencia María José San Román, chef del restaurante Monastrell, en Alicante, para hacer referencia a la situación de invisibilidad en la que todavía viven las mujeres en el ámbito de la gastronomía. Justo el año en el que medio mundo clama por acabar con la desigualdad en el ámbito personal y profesional, el Fòrum Gastronòmic quiso sumarse también a ese movimiento al presentar los platos de San Román y otras cinco grandes chefs de diferentes puntos de España. Aunque a veces su trabajo no tiene tanto eco como el de sus compañeros hombres, este lunes se pudo ver que estas chicas tienen mucho, mucho que ofrecer.

San Román mostró varios platos de arroz con una interesante vuelta de tuerca porque el arroz con leche lo hace sin lácteos y con zumo de naranja. También estuvo Iolanda Bustos, que explicó su día a día trabajando con más de 400 plantas silvestres comestibles que ella misma recoge para poner a punto en su restaurante La Calèndula (Regencós). María Solivellas, una ex productora de teatro que se fue a vivir a la sierra de Tramuntana, contó como cambió su vida por los fogones y ahora regenta uno de los restaurantes más valorados de Mallorca. Begoña Rodrigo dejó claro que es una valiente en La Salita (Valencia) porque, a pesar de las reticencias iniciales del público, ofrece anguila para dar a sus clientes un producto de calidad que, como dijo, «a priori nadie quiere por ser la hermana fea». Jennise Ferrari ha logrado convertir a su restaurante Qué Leche, en Las Palmas, en un punto de referencia de la alta gastronomía canaria. Pronto tendrá su homólogo informal: una taquería de kilómetro cero. Y desde Galicia tomó Gerona Lucía Freitas. La compostelana puso el acento gallego a la cita, de tres horas, y habló de su gusto por «cocinar muy gallego y con producto en desuso». Mostró al público de Gerona cómo hacerlo al presentar varias recetas que toman como ingrediente el congrio seco, un producto que trabaja gracias a un joven productor de Muxía, en la Costa da Morte.